Hablar de Loida Zabala (Cáceres, 1987) es sinónimo de fuerza. No únicamente por los kilos que levanta, que también, sino por todas las veces que se ha tenido que sobreponer a los golpes que le ha dado la vida. Desde los 11 años, cuando sus piernas dejaron de responder y le hicieron vivir en silla de ruedas, hasta el pasado mes de noviembre cuando le apareció en el cuerpo un cáncer terminal muy agresivo. Una historia de superación.
A pesar de las adversidades, Loida Zabala se concentra en el presente y lo hace con una sonrisa de oreja a oreja. Participó en la prueba de halterofilia de los Juegos Paralímpicos de París 2024. Llegar hasta allí ya era todo un éxito. Mucho más que una medalla. Fue la encargada de abrir la competición y levantó 60 kg cargados de fuerza (llegó hasta los 75) y espíritu vital. Porque ella es eso, pura vida.
Nació en una pequeña localidad de Cáceres, Losar de la Vera, lugar que siempre ha considerado su casa. Allí, cuando era niña de apenas 11 años recibió el primer gran revés de su vida. Fue víctima de una mielitis transversa que le acarreó graves problemas en sus piernas. Nunca más volvió a caminar y comenzó entonces su historia de superación. La silla de ruedas le enseñó la palabra "libertad".
Esta independencia se perdió por momentos hasta llegar a unos límites que no se pueden cruzar. Un mes antes de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 Loida vivió el segundo episodio negro de su vida. Sufrió malos tratos por la que entonces era su pareja que le lesionó del brazo y estuvo muy cerca de privarle acudir a la cita paralímpica. "Fue una de las experiencias más duras de mi vida, mucho más que haber pasado por el hospital y demás. Que te maltrate alguien a quien tú quieres, amas y que es un pilar en tu vida es difícil", confesó hace unos años a Radio Marca.
Superado todo esto, y siendo una figura en la halterofilia española, Loida Zabala sufrió en noviembre de 2023 uno de los golpes más duros de su vida. Aunque lo afrontó con la entereza de siempre. Le diagnosticaron un cáncer de pulmón con metástasis en cerebro, hígado y riñón.
Un tipo de cáncer que no tiene cura, pero que ha ido remitiendo poco a poco en los últimos meses. No queda nada en el riñón y de nueve tumores en el cerebro sólo le quedan dos residuos tumorales. Su mentalidad ha cambiado por completo y ahora valora la vida hasta el último momento. Cada día es una oportunidad.
Mucho más que una medalla
París 2024 se presentó como eso, "una vida extra" para Loida Zabala. Por primera vez en su carrera logró tres intentos válidos en una competición internacional. Lo hizo ayudada con la fuerza de su familia, siempre presente junto a ella.
No pudo contener las lágrimas en su presentación por megafonía y tampoco lo hizo después en la zona mixta. Peleo contra viento y marea por estar en los Juegos, ese era su único pensamiento cuando estaba ingresada en diciembre por cáncer, y hasta el último día, literalmente, ha tenido que batallar.
Y es que estuvo a punto de no dar el peso para poder competir. "En enero yo pesaba 61 kilos. El bajar a 50, el estar en sauna durante tanto tiempo con la médica ahí, con el tensiómetro, todo el esfuerzo que hemos hecho... Quedarse a las puertas era una noticia devastadora para mí. Me ha costado mucho llegar hasta aquí, ha sido muchos meses de sacrificio, pero cuando finalmente me dieron la noticia de que si esto también puedes convertir, fue como si me volviera a decir que estoy clasificada", apuntó.
"He dudado mucho en los últimos meses y lo he hablado con las personas más cercanas. Era muy difícil y tenía miedo a que me dijeran que no iba a París. Si me hubiera hundido y al final hubiera tirado la toalla, no estaré viviendo en este momento", reconoció Loida.
La cacereña, muy emocionada, se alegró de la presencia de su familia en la competición. "Ha venido mi madre, mi hermano, mi pareja, han venido amigos también, ha venido gente de Extremadura también. Nunca había vivido algo así y ha sido increíble. Levantar la barra y ver allí a todos tus seres queridos ha sido inolvidable".
Un referente
La vida le puso un obstáculo muy grande a Loida desde pequeña, pero salió adelante gracias, en parte, a la halterofilia. Recurrió a ella para luchar contra el cansancio crónico que padecía y se acabó convirtiendo en todo un referente de la disciplina en España.
Comenzó una exitosa carrera deportiva en 2006 en Grecia donde conquistó su primera medalla de oro. Después se proclamaría campeona de España en los años 2007 y 2008, antes de lograr un diploma en los Juegos de Pekín 2008.
Poco después llegaron más campeonatos nacionales, ya que permaneció invicta hasta el 2013. Antes, en 2011, consiguió la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Emiratos Árabes Unidos. Y en 2012 consiguió mejorar el resultado de Pekín gracias a la quinta plaza que firmó en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Sin embargo, sus mejores resultados llegaron a partir del año 2016. Medalla de oro en la Copa de Europa de Málaga, otro quinto puesto en Río de Janeiro 2016, medalla de oro en la Copa del Mundo de Eger (Hungría) en 2017, medalla de bronce en el Europeo de 2018 y medalla de oro en la Copa del Mundo de Tokio en 2019.