Una alcaldesa italiana prohíbe el críquet dentro de su política de recuperar los "valores cristianos"
Anna Maria Cisint ha prohibido jugar al críquet, desatando polémica al intentar frenar la influencia cultural de la comunidad bangladesí en la ciudad italiana de Monfalcone.
7 septiembre, 2024 02:15En la ciudad costera de Monfalcone, ubicada en el noreste de Italia, una decisión de la alcaldesa Anna Maria Cisint ha desatado una fuerte polémica al prohibir a la numerosa comunidad bangladesí jugar al críquet, el deporte nacional de su país de origen.
Esta prohibición, que a primera vista podría parecer un simple problema deportivo, ha sacado a la luz tensiones más profundas relacionadas con la inmigración, la identidad cultural y los valores sociales en una localidad que ha experimentado una transformación demográfica en las últimas dos décadas.
Monfalcone, una ciudad con una población de poco más de 30.000 habitantes, es un caso único en Italia. Aproximadamente un tercio de sus residentes son extranjeros, y la mayoría proviene de Bangladés.
La llegada de estos inmigrantes comenzó en los años 90, cuando el astillero Fincantieri, uno de los más grandes de Europa, necesitaba mano de obra para la construcción de cruceros. Los bangladesíes se establecieron en la ciudad, lo que transformó su paisaje social y cultural.
Hoy en día, la comunidad bangladesí no solo es fundamental para la economía local, sino que también ha contribuido a la diversidad cultural del lugar, con restaurantes, tiendas halal. Sin embargo, esta creciente diversidad no ha sido bien recibida por todos.
Anna Maria Cisint, perteneciente a la extrema derecha italiana y miembro del partido Liga, fue elegida alcaldesa en 2016 con una plataforma centrada en la lucha contra la inmigración. Desde su llegada al poder, ha implantado varias medidas que, según sus críticos, buscan revertir el cambio demográfico y cultural en Monfalcone, promoviendo en su lugar una defensa férrea de los "valores cristianos" y la identidad italiana.
Prohibición del críquet
Uno de los ejemplos más recientes y visibles de esta tensión fue la prohibición del críquet, un deporte popular entre la comunidad bangladesí. Según la BBC, la alcaldesa ha alegado que la ciudad no tiene espacio ni recursos para construir un campo adecuado para este deporte, y que las pelotas de críquet representan un riesgo para la seguridad en los parques públicos.
Sin embargo, los miembros de la comunidad bangladesí ven esta prohibición como una medida discriminatoria y un intento más de marginarlos.
Miah Bappy, el capitán de un equipo de críquet local, afirmó en declaraciones a la BBC: "Nos dicen que el críquet no es para Italia, pero la verdad es que no quieren que los extranjeros jueguen". Según Bappy, su equipo y otros jugadores han sido multados por la policía por intentar jugar en espacios públicos. La situación se agrava porque, al ser filmados por cámaras de seguridad, no tienen manera de evadir las multas.
Desde hace algún tiempo, y debido a las presiones, el equipo de críquet de Monfalcone junto a otros equipos de la zona han comenzado a jugar sus partidos en el campo deportivo de Begliano, que el Ayuntamiento de San Canzian d'Isonzo y la Asd Triestina Isontino han puesto a disposición de veinte equipos formados por jugadores bangladesíes.
Tensiones más profundas
El críquet se ha convertido en un símbolo de las tensiones más profundas en Monfalcone. La alcaldesa Cisint sostiene que la inmigración ha puesto en peligro la identidad cultural de la ciudad y que el críquet es solo un ejemplo de cómo las costumbres extranjeras están desplazando las tradiciones italianas.
"Nuestra historia está siendo borrada", declaró Cisint, alegando que su misión es proteger los valores cristianos y el modo de vida italiano. Para ella, el crecimiento de la comunidad bangladesí, compuesta principalmente por musulmanes, es una amenaza a estos valores.
Además de prohibir el críquet, Cisint ha implantado otras medidas controvertidas que han afectado a la comunidad inmigrante. Por ejemplo, retiró los bancos de la plaza principal, un lugar donde los bangladesíes solían reunirse.
Cisint también ha criticado la vestimenta tradicional de las mujeres musulmanas y ha limitado el uso de estos trajes de baño que cumplen con las normas religiosas islámicas.
Para la comunidad bangladesí, estas decisiones han sido un golpe duro. Aunque muchos de ellos llevan años en Monfalcone y contribuyen a la economía local, sienten que no son bienvenidos.
Según la BBC, el trabajador del astillero Miah Bappy, que pronto recibirá su ciudadanía italiana, expresó su frustración: "Nosotros no causamos problemas. Pagamos impuestos. Pero no nos quieren aquí".
Sin embargo, no toda la población de Monfalcone está de acuerdo con la postura de la alcaldesa. Enrico Bullian, concejal de izquierda de la región de Friuli-Venezia Giulia, señaló que la ciudad se enfrentaría a una grave crisis demográfica sin la contribución de la comunidad inmigrante. "Si no fuera por la comunidad extranjera, Monfalcone se convertiría en un pueblo fantasma", advirtió.
Otras polémicas de Cisint
La prohibición del críquet no es la única acción controvertida de la alcaldesa. En noviembre de 2023, Cisint prohibió las oraciones colectivas en los dos centros culturales islámicos de la ciudad, argumentando que los locales no estaban destinados para fines religiosos y que el gran número de personas que se reunían allí generaba problemas de seguridad.
Bou Konate, presidente de una de las asociaciones islámicas, declaró que esta prohibición no solo afectaba el derecho a la libertad religiosa, sino que también privaba a la comunidad de un espacio donde las personas podían reunirse, socializar y ofrecer clases a los niños.
La medida, dijo Konate, fue un "momento decisivo" para la comunidad, que decidió apelar la decisión en los tribunales. Finalmente, un tribunal regional anuló la prohibición, lo que permitió a la comunidad reanudar las oraciones colectivas.
Además, Cisint ha promovido una serie de políticas destinadas a restringir la presencia de inmigrantes en las escuelas locales y ha abogado por limitar el reagrupamiento familiar, una política que ha permitido a muchos bangladesíes traer a sus familiares a Monfalcone.
Una de sus primeras decisiones al frente del ayuntamiento fue imponer un límite del 45% de alumnos extranjeros en las escuelas, dejando a 76 niños sin clases. Alega que buscaba evitar la creación de "guetos" y la migración de familias italianas a otros colegios. La medida, apoyada por Matteo Salvini, Ministro de Interior en aquel momento, generó controversia, ya que el Ministro de Educación abogaba por la inclusión.
Un futuro incierto
Las tensiones en la ciudad son un reflejo de un debate más amplio en toda Europa sobre la inmigración, la identidad y la integración. En el caso de Monfalcone, el futuro de la comunidad bangladesí y la viabilidad de las políticas de la alcaldesa seguirán siendo temas candentes en los próximos años.
Con la creciente atención mediática y el apoyo de partidos de extrema derecha a nivel nacional e internacional, Cisint parece decidida a llevar su campaña a un escenario más amplio.
Recientemente elegida al Parlamento Europeo, la alcaldesa promete seguir luchando contra lo que ella considera la "islamización de Europa". Mientras tanto, las comunidades inmigrantes de Monfalcone, como la bangladesí, seguirán enfrentándose a un clima de creciente hostilidad.