La primera semana de competición en la NFL "está en los libros", como dirían los
americanos, y el mayor titular del primer fin de semana no lo dejó el emparrillado, sino los despachos: Dak Prescott, el quarterback de los siempre polémicos Dallas Cowboys, se convirtió en el jugador mejor pagado de la historia de la NFL tras firmar un contrato que le remunerará con sesenta millones de dólares por temporada durante las próximas cuatro campañas.
Dak, perennemente cuestionado por su desempeño en los Playoffs, celebró su contrato con una victoria ante unos Cleveland Browns que no le obligaron a destapar ni una mínima parte de lo que puede hacer sobre el verde. La defensa 'vaquera' destrozó a Deshaun Watson, consiguiendo 6 sacks y forzándole a cometer 2 intercepciones. Los Browns perdían por 17 puntos al descanso, solo habían conseguido un primer down y sumaban 54 yardas totales por 216 de sus rivales.
El primer fin de semana de fútbol americano también nos dejó el regreso a los terrenos de juego de Aaron Rodgers. El veterano quarterback, que cumplirá 41 años este diciembre, volvía tras romperse el tendón de Aquiles en la primera jornada del año pasado y fue un mero espectador en el revolcón que le pegaron 'sus' San Francisco 49ers (Rodgers nació en California, a 2 horas en coche de San Francisco) al que es su equipo desde la temporada pasada: los New York Jets.
La palabra del mes de septiembre en la NFL siempre es la misma: ilusión. Los Houston
Texans, liderados por un jovencísimo CJ Stroud, tienen razones para ilusionarse pensando en alcanzar la Super Bowl. Los Buffalo Bills, los Detroit Lions y los Kansas City Chiefs mantienen la misma ilusión del año pasado y se consolidaron como grandes favoritos tras la primera jornada.
Para otros, una simple victoria ya es una gran hazaña. Los New England Patriots, en su
primera temporada sin Bill Belichick tras 24 años, dieron la primera campanada del año.
Olvidar al que para muchos es el mejor entrenador de la Historia de la NFL no será una
tarea fácil, pero empezar ganando endulza más una temporada que parecía que se iba a hacer larga al sur de Boston.