Maialen Chourratu sonríe. Es eterna. A sus 41 años, la palista vasca ha vuelto a colgarse una medalla de oro en el K1 femenino de la Copa del Mundo. Conquistó el canal olímpico de La Seu en el que tantas paladas ha dado a lo largo de su carrera deportiva. Su entrenamiento diario ha evolucionado ahí, en esas aguas que ahora, tras el batacazo de los Juegos Olímpicos de París, le vuelven a encumbrar.
Lo primero ha propiciado lo segundo, a última hora, claro. El resultado en la capital parisina, lejos de las medallas por una penalización al saltarse una puerta, le dejó tocada. Fue una puñalada a su legado olímpico. Por ello, buscó autovengarse en cuanto pudo. En La Seu fue la más rápida. Se sobrepuso incluso a una penalización en la puerta 2, misma que en París le privó de la lucha por las medallas.
Una prueba, la del K1 de la Copa del Mundo, a la que Maialen decidió a última hora competir. "En el último momento decidió afrontar la prueba, debía sacarme la espinita de París y acabo así de bien. Yéndome a casa ganando esta última prueba de la Copa del Mundo y contenta porque los Juegos Olímpicos han sido un gran palo para mí. Os digo que todavía no he llegado a recuperarme", aseguraba tras bajarse del K1.
Fue la única participante española que superó el corte de las diez palistas clasificadas a la final. "Sentía que me estaba costando. En la semifinal perdí algo de tiempo al final y he tocado la puerta 2, pero ha sido todo lo contrario porque he clavado el final del recorrido. Sin creérmelo mucho, me marcho muy contenta a casa", añadió. Volvió Maialen a lanzar besos desde su embarcación.
Esta vez de victoria, al contrario que los de París, que fueron de reconocimiento para una deportista que disfruta dentro de la piragua pese a haber conseguido todo tipo de medallas. El oro en La Seu mitiga el impacto de los Juegos, que llegaron a abrir la puerta de la retirada. "Necesito unos días, porque esta competición me ha dejado sin aliento. Va a ser una decisión que me va a cambiar la vida. Necesito un tiempo", aseguraba. La decisión todavía no está tomada.
Travé también se cuelga el oro
La gesta de Maialen vino acompañada de la de Miquel Travé, que también se desquitó del amargo sabor de boca que le dejó París. Fue quinto, a las puertas de la medalla y aprovechó competir en casa, en La Seu para sacarse la espinita. El catalán había sido tercero en la primera ronda del viernes y el sábado, ya en semifinales, marcó un crono magnífico de 93.43 para liderar la clasificación.
Con 2.15 de ventaja sobre el esloveno Ziga Lin Hocevar y 2.64 sobre el eslovaco Matej Benus, bronce olímpico. El campeón y el subcampeón en París 2024, el francés Nicolas Gestin y el británico Adam Burgess se quedaron fuera de la lucha. En la final, Ryan Westley marcó la pauta con un crono de 94.16 que nadie lograba superar. Hasta que llegó el turno de Miquel, que al igual que Maialen, logra el oro tras un toque con una de las primeras puertas.