Este miércoles 25 de septiembre, Netflix lanza la serie documental Mr. McMahon (Vince McMahon: El titán de la WWE, en España), una producción que revela los altibajos en la vida de Vince McMahon, el mítico dueño de la WWE. Si bien su legado en el wrestling profesional es innegable, su historia está marcada por otros momentos más oscuros.

Desde que adquirió la antes conocida World Wrestling Federation (WWF) de su padre en 1982, McMahon consolidó el mercado de la lucha libre en Estados Unidos, unificando empresas regionales para establecer a la WWF como la principal promotora de lucha a nivel mundial. Antes de asumir el control de la empresa, McMahon ya se hacía notar en los eventos como presentador desde 1971.

Tras toda una vida al frente de WWF/WWE, rodeado de controversias e interpretando en televisión su polémico personaje de Mr. McMahon, Vince ha tocado fondo en el último año. Una grave acusación por violación y explotación sexual de una exempleada desembocó en el final del mandato de este magnate

Durante la década de los 80, la WWF vivió una época dorada. Con la presencia de figuras como Hulk Hogan o André the Giant, McMahon llevó la lucha libre a una nueva dimensión, siendo 1985 el año del debut de Wrestlemania, el evento anual más importante de la lucha libre. Estos luchadores, todos de gran tamaño, eran figuras imponentes tanto por su estatura como por su musculatura, lo que resultó en sospechas sobre el uso de esteroides anabolizantes.

A principios de los años 90, el FBI inició una investigación sobre McMahon, acusándolo de instigar a sus luchadores a consumir estas sustancias ilegales. Esto culminó en un juicio en 1994, donde McMahon fue señalado como traficante de esteroides. "El 90 por ciento de los luchadores usaban esteroides", confiesa décadas después Bret Hart, una de las grandes estrellas de la época, en el documental de Netflix. Vince acabó siendo declarado no culpable.

Hulk Hogan y Vince McMahon, en un programa de la WWF WWE

Aunque McMahon salió bien librado de este escándalo, nuevos problemas surgirían años más tarde. En 2007, Chris Benoit, una de las figuras más destacadas de la WWE, asesinó a su esposa y a su hijo pequeño antes de quitarse la vida. La tragedia conmocionó al mundo de la lucha libre. La WWE, sin conocimiento pleno de los hechos, organizó un homenaje a Benoit, pero cuando se reveló la verdad, la empresa se apresuró a desvincularse del luchador. 

Las pruebas posteriores mostraron que el cerebro de Benoit presentaba un grave caso de encefalopatía traumática crónica, similar al de un anciano de 80 años con alzheimer avanzado, lo que pudo haber sido consecuencia de los repetidos golpes en la cabeza que sufrió durante su carrera. Aunque McMahon negó cualquier relación entre las lesiones de Benoit y su trabajo en la WWE, la empresa tomó medidas para evitar situaciones similares en el futuro. Entre las nuevas políticas, se incluyó prohibir a los luchadores golpearse en la cabeza con sillas.

La demanda de una exempleada

El nombre de McMahon volvió a quedar marcado por otro escándalo, aunque esta vez con consecuencias personales y profesionales más graves. En enero de 2024, McMahon, que había liderado la WWE durante décadas y seguía al mando de la compañía fusionada con Endeavor bajo el nombre TKO Group Holding, se vio obligado a renunciar por una demanda interpuesta por Janel Grant, una exempleada de WWE, quien lo acusó de violación y explotación sexual.

La demanda de Grant, que fue filtrada por el Wall Street Journal, detalla una serie de abusos perpetrados por McMahon durante años, algunos de ellos dentro de las propias oficinas de la empresa. Según la acusación, John Laurinaitis, directivo de confianza de McMahon, y el luchador Brock Lesnar también estuvieron involucrados en estos abusos.

John Laurinaitis, a la izquierda, y Vince McMahon, a la derecha, durante un programa de WWE WWE

Uno de los puntos más impactantes de la denuncia señala que McMahon presionó a Grant para que enviara fotos de contenido sexual a Lesnar, con el fin de persuadir al luchador para firmar un nuevo contrato con la WWE. Aunque se pactó un encuentro sexual entre Grant y Lesnar, este no llegó a concretarse debido a una tormenta que impidió el viaje del luchador.

La demanda también reveló mensajes de McMahon en los que denigraba a Grant utilizando insultos racistas. Laurinaitis, conocido también por haber aparecido en los programas televisivos de WWE, habría participado en encuentros sexuales con Grant, en los que la trabajadora fue obligada a cumplir con los deseos de sus jefes.

Este escándalo de abusos sexuales, aunque latente durante mucho tiempo, explotó a nivel mediático a principios de año, dejando al descubierto otros acuerdos similares en los que McMahon habría pagado a mujeres para comprar su silencio. Se estima que parte de estos pagos provino de fondos desviados de la WWE.

Las acusaciones de extrabajadoras que tenía McMahon a sus espaldas venían desde verano de 2022, pero fue la falta de cumplimiento de un acuerdo millonario con Grant lo que desencadenó la demanda. McMahon se había comprometido a pagarle tres millones de dólares a ella, un dinero que nunca llegó a sus manos, lo que la llevó a acudir a los tribunales. La abogada de Grant ha ido señalando los graves traumas que la exempleada ha sufrido como consecuencia de los abusos.

En un intento de frenar la ola de críticas, McMahon trató de adquirir su propio documental en Netflix para detener su emisión, preocupado por el daño que este podría causar a su imagen. No obstante, la serie siguió adelante. McMahon acusó a los productores de manipular los hechos con el fin de incriminarlo. Pero Ann Callis, abogada de Grant, respondió de inmediato. "Vince McMahon abusó física y emocionalmente, agredió sexualmente y traficó con seres humanos con Janel Grant durante más de dos años. Calificar su horrible y criminal comportamiento de 'aventura' es delirante y no es más que un triste intento de salvar su destrozada reputación", afirmó Callis, añadiendo que la docuserie sería clave para arrojar luz sobre las aborrecibles acciones de McMahon.

El futuro legal de McMahon y Grant todavía es incierto. Aunque las investigaciones continúan, aún no hay fecha para un posible juicio. Lo que está claro es que la reputación de Vince McMahon ha caído irremediablemente, y su desvinculación definitiva de la WWE en abril, tras vender todas sus acciones en TKO Group Holding, cerró un capítulo de más de 50 años vinculado a la lucha libre.