La keniana Ruth Chepngetich firmó este domingo el nuevo récord del mundo femenino en la Maratón de Chicago con un tiempo de 2h09:56 y pulverizando el anterior, en manos de Tigst Assefa, con un margen de casi dos minutos.
Chepngetich ya había ganado en Chicago en 2021 y 2022. En ambas saló fortísimo y luego pinchó. A la tercera fue la vencida y lo hizo a lo grande. Una superioridad incontestable para entrar de lleno en los libros de historia de la maratón.
"Estoy muy orgullosa de mí por esta victoria. He luchado mucho por tener un récord mundial y aquí está, un nuevo récord mundial para Kenia. Estaba muy motivada", explicaba Ruth Chepngetich, que había preparado con especial mimo esta marca: "Me preparé muy fuerte durante tres o cuatro meses, desde primavera, tras la maratón de Londres".
Y es que la keniana no tuvo rival en ningún momento. Lanzó la moneda al aire y esta vez no salió cruz. Un estilo elegante y un ritmo asombroso que dinamitó la prueba en apenas 20 minutos.
Chepngetich avisó desde los primeros kilómetros de sus intenciones con parciales que eran más propios de los hombres que de las mujeres hace apenas unos años. Los 5 los pasó en 15 minutos justos y los 10, aún en compañía de la etíope Sutume Asefa Kebede, en 30:14. Estaba destinada a destrozar todos los registros.
Ya al paso del 15K aventajaba en dos minutos a su compatriota Joyciline Jepkosgei, toda una ganadora en Londres y Nueva York, y en el medio maratón dejaba una marca casi irreal: 1h04:16, un registro que la situaba quinta de todos los tiempos en esta distancia... cuando aún le esperaban otros 21 kilómetros.
Esfuerzo final
Chepngetich no podía mantener es ritmo infernal durante toda la prueba y la segunda parte fue más dura para ella. Sin embargo, había acumulado una ventaja tan grande con respecto a los parciales de Tigst Assefa en Berlín 2023 (hasta dos minutos más rápido en el ecuador de la carrera), que únicamente un desfallecimiento le podía alejar del récord mundial.
Al paso del kilómetro 30 (1h31:49) mantenía a raya la marca de Assefa, pero le llegó entonces el aliciente de ser también la primera mujer en bajar de las 2 horas y 10 minutos. Las predicciones en el kilómetro 35 le daban una marca inferior a 2h10, pero el final era toda una incógnita debido al gran desgaste que había tenido en los primeros compases de la carrera.
Las proyecciones le daban una renta de tres segundos sobre la ansiada marca a falta de dos kilómetros para el final. El record ya estaba asegurado y Chepngetich competía contra ella misma. Apretó los dientes en los últimos 2.000 metros, se vació por completo y llegó exhausta a la meta para cruzarla con un tiempo de 2h09:56. Tuvo que ser sujetada para no caer desplomada, pero se aseguró tener el mejor registro femenino de toda la historia.
Emuló a su compatriota Kiptum, quien también logró en Chicago el récord del mundo masculino, y quiso acordarse de él tras su victoria. "Se lo dedico a él", declaró en referencia al atleta fallecido.