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Maho Bah-Villemagne hizo historia al convertirse en el primer hombre transgénero en participar en un combate oficial en las categorías masculinas de boxeo en Europa.

Este evento, realizado en la sala Vallier de Marsella, marcó un hito no solo en la carrera de Bah-Villemagne, sino también para la comunidad LGBTQ+ y el deporte en general. Aunque el resultado fue un empate ante el joven boxeador Evan Ferrandi, de 19 años, el enfrentamiento simbolizó mucho más que una simple pelea.

Bah-Villemagne, de 30 años, llegó al ring tras una trayectoria destacada en el boxeo femenino, donde disputó 27 combates amateur y alcanzó logros como el título de vicecampeona de Francia en 2022 y el campeonato militar en el mismo año.

Sin embargo, el camino hacia su debut en la categoría masculina no fue sencillo. Tras iniciar su proceso de transición médica en 2023, enfrentó un complejo recorrido legal y deportivo para conseguir una licencia masculina de la Federación Francesa de Boxeo (FFB).

La preparación para este combate incluyó desafíos tanto físicos como emocionales. Bah-Villemagne relató que, a pesar de su amor por el boxeo, temía que al hacer pública su transición, el deporte no lo aceptara: "Amo tanto este deporte que no quería dejarlo. Pensé que me quedaría en el armario mucho tiempo, pero entendí que no lo lograría y que tenía que aceptar mi transición", compartió.

Su decisión de perseverar y seguir luchando por su derecho a competir bajo su verdadera identidad de género fue respaldada por compañeros y figuras del boxeo, aunque también enfrentó el rechazo anónimo en redes sociales.

Lucha por el reconocimiento

El apoyo de su abogado, Michel Pautot, fue fundamental para alcanzar este objetivo. "Maho ha entregado un combate muy valioso, y este empate es un resultado que motiva para lo que viene", comentó Pautot tras la pelea. Esta primera experiencia oficial se consideró un éxito, con Bah-Villemagne demostrando su valía y reafirmando que estaba preparado para los desafíos del boxeo masculino.

La participación en la pelea no solo requirió la obtención de la licencia, sino que también estuvo condicionada a que Maho completara una serie de combates adicionales y se sometiera a controles médicos regulares, especialmente para monitorear sus niveles de testosterona y asegurar que no se consideraran dopaje.

El juez del combate anuncia el empate en el debut de Maho Bah-Villemagne

Bah-Villemagne reconoce los cambios que ha experimentado en su cuerpo y entrenamiento desde el inicio de su tratamiento hormonal: "Ahora golpeo más fuerte y me siento mejor, más cómodo siendo yo", afirmó.

A pesar de que la decisión de los jueces favoreció ligeramente a su oponente, Bah-Villemagne se mostró satisfecho con su desempeño: "Espero haber cerrado bocas. Para mí, ya había ganado desde el momento en que subí al ring", expresó tras el combate. Su resultado no solo representó un logro personal, sino un mensaje de resistencia y superación para otros atletas transgénero.

Este combate simbolizó un paso importante hacia la inclusión en los deportes de élite y la visibilidad de los atletas trans. Bah-Villemagne espera que su ejemplo inspire a más personas a luchar por sus sueños y superar los estigmas. "Sé que para cambiar las mentalidades, tengo que ganar. Pero, incluso si no lo hago, quiero dar combates lo suficientemente buenos como para cambiar perspectivas", aseguró.