Mike Tyson, el boxeador de Brooklyn conocido como 'Iron Mike', no solo ha sido una de las figuras más prominentes en la historia del boxeo, sino también un símbolo de la opulencia y del despilfarro en la industria del deporte.
Su vida ha estado marcada por la gloria, la controversia y una increíble fortuna que, en su mejor momento, llegó a alcanzar cifras astronómicas, solo para desvanecerse rápidamente en el lujo desenfrenado.
Ahora, con una pelea programada contra el youtuber y boxeador Jake Paul, Tyson espera retomar parte de ese legado perdido y asegurarse un ingreso significativo.
Mike Tyson nació el 30 de junio de 1966 en un entorno de pobreza en Brooklyn, Nueva York. Desde joven, estuvo rodeado de delincuencia y problemas familiares, lo que lo llevó a cometer varios delitos menores que lo dirigieron a un reformatorio.
Fue en aquel entorno donde comenzó a entrenar boxeo y donde su entrenador, Cus D'Amato, se convirtió en una figura paterna para él. Con su apoyo, Tyson emergió rápidamente como un prodigio del boxeo.
A los 20 años, Mike Tyson ganó su primer título de peso pesado al vencer a Trevor Berbick en 1986, convirtiéndose en el campeón de peso completo más joven de la historia. Su ascenso continuó con victorias épicas que lo llevaron a ostentar simultáneamente los títulos de la AMB, el CMB y la FIB, consolidando su lugar como una leyenda. Apodado entonces 'Kid Dynamite', Tyson continuó su carrera acumulando nocauts impresionantes y cobrando cantidades exorbitantes en cada combate.
El esplendor del despilfarro
Se estima que Tyson acumuló alrededor de 300 millones de dólares durante su carrera, alcanzando en sus mejores años contratos por 20 millones de dólares por pelea.
Sumando patrocinios y otros ingresos, algunas informaciones calculan que Tyson ganó hasta 700 millones de dólares. Sin embargo, su vida estuvo marcada por lujos extremos y decisiones financieras erráticas que lo llevaron a la bancarrota en 2003.
A lo largo de los años, Tyson se permitió vivir en mansiones multimillonarias, entre las que destaca una propiedad en Connecticut con 52 habitaciones, una piscina y un club nocturno.
Entre sus gastos más absurdos se encuentran unos 4,5 millones de dólares en automóviles y motocicletas, 400.000 dólares en tigres de Bengala y 230.000 dólares en teléfonos y buscapersonas. También gastó 100.000 dólares al mes en joyas y ropa, y hasta 125.000 dólares anuales en entrenadores para sus tigres.
Su estilo de vida no se detenía ahí: su césped le costaba 300.000 dólares al año en mantenimiento y en una fiesta de cumpleaños se llegó a gastar 410.000 dólares.
El regreso al ring
La vida de Tyson se volvió aún más compleja cuando fue sentenciado a prisión en 1992. A su salida en 1995, siguió peleando y generando ingresos, pero el ritmo de sus gastos fue insostenible. En 2003, Tyson se declaró en bancarrota, con deudas de hasta 23 millones de dólares, incluyendo 13 millones de dólares en impuestos atrasados.
Retirado del boxeo desde el 11 de junio de 2005, cuando perdió ante Kevin McBride, Tyson intentó rehacer su vida. Gracias a su incursión en el negocio del cannabis con su marca Tyson Ranch y a sus apariciones en películas como The Hangover ('Resacón en Las Vegas'), logró recuperar una parte de su fortuna, aunque muy lejana a los 300 millones que una vez tuvo. Actualmente, su patrimonio se estima en alrededor de 10 millones de dólares.
Jake Paul, oportunidad de oro
Este viernes 15 de noviembre, Mike Tyson volverá al cuadrilátero para enfrentarse a Jake Paul, una figura influyente en redes sociales que ha incursionado en el boxeo y ha captado la atención del público.
El combate, que se realizará en el AT&T Stadium de Texas, será transmitido en exclusiva por Netflix, una novedad en el ámbito del boxeo al eliminar el tradicional formato de pago por evento (PPV).
La pelea está pactada a ocho rounds y, el espectáculo puede representar un cambio significativo en la vida financiera de Tyson, la bolsa total de 80 millones de dólares supone una oportunidad para mejorar su situación actual.
Los ingresos se dividirán en partes iguales entre los peleadores, lo que dejará a Tyson con 40 millones de dólares, la mayor cantidad que ha ganado en un solo combate en su carrera.
El enfrentamiento entre Tyson y Paul representa una fusión de generaciones en el boxeo. Mientras Tyson, a sus 58 años, se enfrenta a la juventud de Paul, de 27, el evento ha sido descrito como "el mayor espectáculo circense del boxeo". La reprogramación de la pelea, originalmente pautada para julio pero pospuesta debido a problemas de salud de Tyson, ha intensificado aún más la expectativa.
El legado de una leyenda
Con más de 60.000 aficionados esperados en el estadio y la transmisión en Netflix disponible para millones de suscriptores, el evento promete ser una mezcla de nostalgia y novedad.
Tyson, que asegura que esta pelea no cambiará su vida, tendrá la oportunidad de mostrar si su experiencia y talento siguen intactos frente a la ambición de Paul, quien afirmó que "está aquí para ganar 40 millones de dólares y noquear a una leyenda".
Aunque Tyson ha manifestado que no planea dejar una herencia a sus hijos para que aprendan a enfrentar la adversidad, su regreso al cuadrilátero es, sin duda, una forma de demostrar que sigue siendo una figura relevante. La vida de Tyson es un recordatorio de los peligros de una vida desmesurada, pero también de la capacidad de reinvención que posee.
La pelea con Jake Paul marcará un nuevo capítulo en la carrera de Tyson, un evento que atrae la atención tanto de los seguidores clásicos del boxeo como de una nueva generación de aficionados. Tyson busca, quizá, una forma de cerrar con dignidad su trayectoria y asegurar un futuro más estable para sí mismo.