Este viernes (de madrugada en España), el AT&T Stadium en Arlington, Texas, será el escenario de un combate que promete capturar la atención global y dividir opiniones como pocos eventos deportivos lo han hecho.
Mike Tyson, legendario excampeón mundial de peso pesado, regresa al cuadrilátero a los 58 años para enfrentarse a Jake Paul, un youtuber de 27 años convertido en boxeador profesional.
Este enfrentamiento no solo destaca por ser un choque de generaciones y estilos, sino también por la peculiar fuente de inspiración que llevó a Tyson a tomar esta decisión: una serie de experiencias transformadoras bajo los efectos del veneno del sapo del desierto de Sonora, una sustancia alucinógena que, según él, le permitió "encontrar a Dios" y replantearse su vida.
Mike Tyson es una figura que trasciende el boxeo. Conocido como "el hombre más temido del planeta" en su apogeo, no solo dominó el cuadrilátero con una fuerza devastadora, sino que también vivió una vida marcada por la controversia.
Fue el campeón mundial de peso pesado más joven de la historia a los 20 años, pero su carrera estuvo plagada de problemas personales, incluidos problemas legales, condenas, adicciones y una constante lucha interna por encontrar estabilidad.
El sapo del desierto de Sonora
Retirado oficialmente desde 2005, Tyson ha tenido incursiones esporádicas en exhibiciones de boxeo, pero nunca había considerado un regreso al nivel que plantea su combate contra Jake Paul. Sin embargo, algo cambió en los últimos años, algo que Tyson mismo atribuye a sus experiencias con una "medicina espiritual" extraída del Incilius alvarius, el sapo del desierto de Sonora.
El Incilius alvarius es un sapo nativo del suroeste de Estados Unidos y el noroeste de México, particularmente en el desierto de Sonora. Este anfibio se distingue no solo por su resistencia a condiciones extremas, sino también por las secreciones de sus glándulas, que contienen 5-MeO-DMT, un compuesto alucinógeno extremadamente potente.
Este químico, que actúa directamente sobre los receptores de serotonina en el cerebro, es conocido por inducir experiencias intensas que los usuarios describen como místicas o trascendentales.
El proceso para recolectar las secreciones es delicado: los sapos son "ordeñados" de manera cuidadosa para no dañar al animal, y el líquido recolectado se seca para convertirlo en un polvo que luego se fuma.
Las experiencias suelen ser breves pero extremadamente impactantes, y han sido utilizadas en contextos chamánicos para tratar traumas emocionales, adicciones y otros problemas psicológicos.
"Sentí a Dios"
En una entrevista con la actriz Rosie Perez, Tyson compartió cómo el veneno del sapo transformó su vida. "Tomas las secreciones, las fumas y entonces te encuentras con Dios", dijo Tyson. Aunque admitió que no vio a Dios literalmente, afirmó que sintió su presencia de una manera profunda y reveladora. "Me di cuenta de que soy nada, pero también soy todo".
Es bueno tener miedo porque te das cuenta de que no hay nada que temer
La experiencia, que Mike Tyson describe como una "muerte espiritual", lo llevó a enfrentarse a su miedo a morir y a replantearse su propósito en la vida. "Es bueno tener miedo porque te das cuenta de que no hay nada que temer", explicó. Según él, este proceso no solo lo ayudó a encontrar paz, sino también a reconciliarse con su pasado y a mirar hacia adelante con una nueva perspectiva.
Las confesiones de Tyson sobre el sapo del desierto son solo una parte de una narrativa más amplia de redención personal. A lo largo de su vida, el excampeón ha enfrentado múltiples adicciones, incluida la cocaína, el alcohol y el sexo.
Durante la entrevista, admitió haber pasado por más de diez programas de rehabilitación. "Soy un especialista en recaídas", bromeó, pero también reconoció que esas experiencias fueron fundamentales para llegar a donde está hoy.
Pero cuando pasas por eso, te das cuenta de que morir es hermoso. No puede ser malo morir si vivir es hermoso.
Para Tyson, el sapo representó una forma de lidiar con los traumas que no pudo superar a través de otros medios. "Cuando fumé por primera vez, sentí como si hubiera muerto", recordó. "Pero cuando pasas por eso, te das cuenta de que morir es hermoso. No puede ser malo morir si vivir es hermoso".
El reto de Jake Paul
En el otro lado del cuadrilátero estará Jake Paul, una figura tan polémica como Mike Tyson, aunque por razones completamente diferentes. La estrella de 27 años, quien comenzó como una estrella de YouTube, ha construido una carrera en el boxeo que muchos consideran más un espectáculo que un deporte. Sin embargo, con un récord de 10 victorias y una derrota, ha demostrado ser un oponente digno, aunque controvertido.
El combate entre Tyson y Paul no es solo un enfrentamiento entre dos boxeadores; es un choque generacional que combina lo clásico y lo contemporáneo del deporte. Tyson representa la tradición y el legado, mientras que Paul encarna la modernidad y la influencia de las redes sociales.
Este contraste ha generado una expectación sin precedentes, alimentada por una bolsa de 80 millones de dólares. El evento ha sido calificado por algunos críticos como un "circo mediático", mientras que otros lo ven como una oportunidad única para atraer a nuevas audiencias al boxeo.
Para Tyson, la pelea es más que un simple espectáculo; es una forma de demostrar que aún tiene algo que ofrecer. "No estoy haciendo esto por dinero ni por legado", dijo. "Quiero probarme a mí mismo y ver si todavía puedo hacerlo".
Por su parte, Paul ha asumido el combate con la confianza que lo caracteriza, declarando que planea "noquear a una leyenda". Aunque Tyson ha asegurado que Paul "tiene que poder golpearme para noquearme. Y eso va a ser difícil".
Netflix y el futuro del boxeo
El evento marcará la primera incursión de Netflix en el boxeo, ofreciendo el combate sin costo adicional para sus suscriptores. Este modelo rompe con la tradición del pay-per-view (pago por visión de un evento), un formato que históricamente ha dominado las grandes peleas. La plataforma espera atraer a una audiencia masiva, aprovechando la popularidad de Paul entre los jóvenes y el estatus icónico de Tyson.
Mike bien explica esa brecha generacional con una vivencia propia: "Hay niños que nacieron 15 años después de que me jubilé. (...) Una vez, fui a esta escuela para hablar con estos niños y cuando entré en la sala, el director tenía una pantalla de cine que mostraba mis peleas. Como no me conocían como luchador, me conocían como actor. Entonces entré y dije: 'No, soy un luchador. Yo también hice esto'. Y un niño dijo: 'Creo que mi abuelo me habló de ti'. Fue una experiencia muy humillante."
Además, Netflix ha producido un documental detrás de cámaras que explora la preparación de ambos peleadores, añadiendo una capa de narrativa que seguramente captará la atención de fanáticos y curiosos por igual. Este enfoque refleja cómo el deporte y el entretenimiento están convergiendo en la era del streaming.
Mientras millones de espectadores sintonizan Netflix, Tyson se enfrentará no solo a un oponente 30 años menor, sino también a las expectativas del mundo. Será un momento de alto riesgo, no solo para su cuerpo, sino para su legado.
Pero, como él mismo dice, "la vida es sobre hacer el mayor impacto antes de morir". Y, si algo está claro, es que Mike Tyson aún tiene mucho por decir, tanto dentro como fuera del ring.