El pasado viernes, el combate entre Mike Tyson y Jake Paul marcó un antes y un después en el boxeo moderno. Netflix, la plataforma que transmitió el evento en exclusiva, anunció cifras de audiencia sin precedentes: 60 millones de hogares de todo el mundo sintonizaron para presenciar la pelea.
Este hito no solo representa un récord histórico para el boxeo, sino que también señala un cambio radical en la forma de consumir este deporte. Acostumbrado al pay-per-view (pago por la visión de cada evento de forma individual) la entrada de un deporte como el boxeo en los packs de suscripción de las grandes plataformas puede cambiar el consumo de este tipo de eventos.
El enfrentamiento entre el legendario Mike Tyson, de 57 años, y Jake Paul, la controversial estrella de redes sociales convertida en boxeador, no pasó desapercibido.
Aunque el espectáculo estuvo acompañado de dificultades técnicas, como interrupciones y problemas de buffering en algunos momentos, los fanáticos se mantuvieron fieles. Según Netflix, el combate generó tal demanda que "puso a prueba" sus sistemas de transmisión.
A pesar de las críticas al desempeño de Tyson, quien lució lento y distante tras casi dos décadas fuera del boxeo profesional, y las tácticas conservadoras de Paul, el evento logró acaparar la atención mundial.
Este resultado destaca no solo la capacidad de atracción del boxeo, sino también la influencia de las plataformas de streaming en el mundo deportivo.
Lo más visto de la historia
El boxeo tiene una rica historia de eventos que han capturado audiencias globales. Desde la era dorada del pago por visión (PPV) hasta los combates modernos, algunos enfrentamientos icónicos han marcado la historia:
1. Thrilla in Manila (1975): El tercer enfrentamiento entre Muhammad Ali y Joe Frazier es considerado uno de los combates más brutales e icónicos de todos los tiempos. Se estima que fue visto por cerca de 1.000 millones de personas en todo el mundo, aunque estas cifras son especulativas debido a la falta de mediciones estándar de audiencia en la época. En Estados Unidos, a través de HBO, se vendieron 500.000 visionados, pero la historia tras este combate lo han convertido en una leyenda del deporte.
2. Mayweather vs. Pacquiao (2015): Apodado "La pelea del siglo", generó 4,6 millones de compras de PPV solo en Estados Unidos, con ingresos superiores a 437 millones de dólares. Fue un duelo largamente anticipado entre dos boxeadores de estilos opuestos.
3. KSI vs. Logan Paul (2019): Aunque de carácter amateur, la revancha entre estos creadores de contenido alcanzó 2 millones de ventas de PPV, marcando un hito en el boxeo entre celebridades y demostrando la capacidad de las redes sociales para movilizar audiencias masivas.
El combate entre Tyson y Paul ha superado, en términos de alcance global, a todos estos eventos, gracias al acceso inmediato y global que ofrece Netflix. La cifra de 60 millones de hogares convierte este evento en el más visto en la historia del boxeo moderno.
¿El fin del PPV?
Durante décadas, el modelo de PPV fue el estándar para las grandes peleas. Desde su introducción en 1948 con el combate entre Joe Louis y Jersey Joe Walcott, hasta su auge en los años 70 con Muhammad Ali, este sistema ofreció exclusividad y generó ingresos multimillonarios. Sin embargo, también limitaba el acceso a audiencias más amplias debido a los altos costos asociados.
Netflix, con su enfoque de suscripción mensual, ha roto con el modelo tradicional del pago por visión. La plataforma permite que millones de usuarios accedan a eventos de alta calidad sin pagos adicionales, democratizando el acceso al boxeo. Este movimiento tiene el potencial de redefinir por completo el negocio del boxeo.
En primer lugar, Netflix garantiza una audiencia global. Mientras que el sistema de pago por visión estaba restringido a regiones específicas, la plataforma de streaming tiene un alcance mundial. Esto amplía significativamente la base de espectadores y lleva el boxeo a nuevos mercados.
Además, la eliminación de barreras económicas y el formato accesible del streaming lo convierten en una opción especialmente atractiva para las nuevas generaciones. Estos públicos más jóvenes, menos familiarizados con los sistemas tradicionales de pago, encuentran en Netflix una forma fácil y moderna de disfrutar de grandes eventos deportivos.
Por último, la sostenibilidad del modelo es otro de los puntos clave. Aunque el pago por visión generaba ingresos astronómicos, la integración de eventos como este en plataformas de streaming asegura audiencias masivas y una mayor estabilidad económica para las empresas involucradas. Esta combinación podría marcar el inicio de una nueva era para el boxeo y su modelo de negocio.
Es probable que boxeo no adopte este modelo para todos los combates. Sin embargo, para eventos de gran envergadura, esta estrategia podría convertirse en la norma. Al asociarse con figuras icónicas como Tyson y con influencers de la talla de Jake Paul, Netflix ha demostrado que puede combinar la nostalgia, el espectáculo y la tecnología para atraer a un público masivo.
La pelea Tyson vs. Paul marca un punto de inflexión en el boxeo. La transición del PPV al streaming masivo no solo abre nuevas oportunidades comerciales, sino que también redefine la experiencia del espectador.
Si Netflix y otras plataformas mantienen esta tendencia para los grandes eventos, el boxeo podría alcanzar una popularidad nunca vista, atrayendo a nuevas generaciones y asegurando su relevancia en la era digital.