La semana 12 de la NFL nos dejó dos actuaciones memorables en dos noches consecutivas en partidos disputados en prime time. El lunes por la noche, el futuro hall of famer Derrick Henry corrió para 140 yardas en la victoria de los Ravens sobre los Chargers.
Un día antes, y curiosamente en el mismo estadio, Saquon Barkley dejó un partido para la historia con 305 yardas totales y 2 touchdowns para ayudar a los Eagles a ganar a los Rams. Los dos running back son los líderes en yardas de carrera en la NFL y ambos son candidatos semi-reales a estar en la carrera por el MVP, un territorio de facto vedado para quarterbacks.
Además de sus temporadas y de sus actuaciones, otra cosa une los caminos de ambas estrellas de la NFL: fueron traspasados este verano después de que sus equipos tuvieran suficiente de ellos (especialmente los Giants con Barkley) y pensaran que podían sustituír un talento generacional con básicamente cualquier corredor salido de la universidad mucho más barato.
Henry, que estaría en la conversación de los mejores de la historia en su posición, y Barkley, son talentos que están sobreviviendo algo a la degradación salarial en la posición de corredor. Esencialmente, la NFL en los últimos años ha puesto el dinero en los receptores en detrimento de unos running back que, por el cambio de normas hacia un modelo más pass-happy y porque las normas más protectivas poco pueden hacer con los corredores, han visto cómo sus salarios se estancan y tiene problemas para encontrar un segundo contrato, no hablemos ya de la vida útil después de los 30.
Por ponerlo de alguna manera que el espectador casual de la NFL lo pueda entender, con los WR y los RB se ha llegado un poco al punto más exagerado de la filosofía de Zidanes y Pavones. Ten los mejores de lo primero que te valdrá con casi ‘cualquiera’ de lo segundo.
La devaluación de la posición se observa en la agencia libre pero también en el draft. En los últimos cinco, solo se han elegido cinco running backs. En los cinco primeros drafts de los 2000, se eligieron quince.
Un descenso del 66%. En cuanto a dinero garantizado en los contratos, ninguna posición tiene menos dinero fijo que los running back fuera de los especialistas en patadas. En 2002, dos corredores estaban entre los 25 mejor pagados de la NFL por tres receptores. En 2022, solo un RB estaba entre los 100 mejores pagados de la NFL, por 22 WR.
Quizás haya venido a ser Kyle Shanahan el que acabe con la ‘gran estafa’ a los running backs que empezó su padre, el legendario Mike, un adelantado a su tiempo respecto a la pavonización de la posición.
En una NFL noventera y de principios del milenio donde el juego de carrera todavía era troncal, ningún equipo entrenado por Mike Shanahan eligió nunca un RB en primera ronda. Pese a eso, tuvo siete jugadores que corrieron para más de 1.000 yardas en una temporada, cuatro de ellos rookies.
Su hijo Kyle iba por el mismo camino hasta que en plena temporada 2022 tiró la casa por la ventana para fichar a Christian McCafrey, uno de los mejores talentos de su generación y el corredor mejor pagado de la actualidad. El exjugador de los Panthers cambió la realidad del ataque de los 49ers y les ayudó a llegar al campeonato de la NFC y a perder la siguiente Super Bowl en la prórroga.
CMC cambió el patrón, al menos para las súper súper estrellas de la posición, y Philadelphia lo vio claro cuando los Giants pusieron a Saquon Barkley en el mercado. Detrás de esa línea corría ‘cualquiera’. Pero ‘cualquiera’ no lidera la NFL en yardas de carrera, yardas por intento, carreras de 10+ yardas, carreras de 15+ yardas, yardas después del contacto (empate técnico con Henry) y pone 305 yardas rompiendo dos carreras de touchdown de más de 60 yardas en el mismo partido.