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El encuentro que decidirá el campeón de la NFL de esta temporada, programado para este domingo 9 de febrero en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, es una de las citas deportivas más esperadas a nivel mundial.

Sin embargo, la atención no se limita únicamente a lo que sucede sobre el césped: cada año, la pausa publicitaria se transforma en un auténtico desfile de creatividad y grandes inversiones: tanto por el espectáculo en el estadio como por los anuncios publicitarios que se emiten en televisión.

Para esta edición del Super Bowl LIX, se estima que la audiencia supere los 120 millones de espectadores, lo que hace que el espacio de 30 segundos de televisión alcance valores históricos cercanos a los 8.000.000 de dólares (o incluso más) por spot.

A lo largo de los años, este evento ha fortalecido su reputación no solo como una final deportiva, sino como una pasarela publicitaria de lujo, en la que distintas marcas compiten por ganar el aplauso y la memoria de los aficionados.

Anunciantes que van desde la industria alimentaria hasta compañías tecnológicas apuestan por impactar a una audiencia cada vez más diversa, que incluye a un número creciente de mujeres.

Tal fenómeno, en parte atribuido al llamado "efecto Taylor Swift", se refleja en los cambios observados en los anuncios: ya no se busca únicamente al público masculino, sino a un espectro más amplio de consumidores.

Caesars Superdome, en Nueva Orleans, sede de la Super Bowl LIX Reuters

Evolución de los precios y del público

Para entender por qué el espacio comercial en este partido genera tal expectación, basta con echar la vista atrás. El primer Super Bowl se llevó a cabo el 15 de enero de 1967, cuando se transmitió simultáneamente por dos cadenas televisivas, NBC y CBS.

En aquel entonces, un minuto de publicidad costaba entre 37.500 dólares y 42.500 dólares, y fue visto por más de 24.000 de personas. Aunque la cifra puede parecer considerable para la época, se queda corta en comparación con los costos actuales, que se calculan en 8.000.000 de dólares por apenas treinta segundos.

Detrás de estas inversiones se encuentra la promesa de llegar a un público de enormes proporciones. De acuerdo con diversas estimaciones, la edición de 2024 ya marcó un récord de audiencia superior a los 123,7 millones de espectadores, y se proyecta que el número continúe en aumento.

Esta increíble masa de público no es solo masculina: las investigaciones señalan que hasta un 49% de la audiencia podría ser femenina, cifra que hace apenas unos años hubiera sido considerablemente menor. El atractivo de ciertos artistas y las narrativas personales que rodean el encuentro han contribuido a esta ampliación del perfil demográfico.

El rol de las celebridades y la diversidad

Más allá de los artistas que actúan en el show del intermedio, muchos anuncios incorporan celebridades para conectar con el público. Históricamente, se solían ver únicamente figuras masculinas (actores, deportistas o músicos), pero en los últimos años, marcas y productoras han apostado por una mayor inclusión de celebridades femeninas o dúos mixtos.

Dichas combinaciones apuntan a reflejar el espectro más amplio de la audiencia: tanto hombres como mujeres consumen el Super Bowl y muestran interés en los anuncios. El llamado "efecto Taylor Swift" resulta especialmente interesante, ya que la presencia de la artista en los partidos de la NFL ha contribuido a que nuevas generaciones, especialmente mujeres jóvenes, se interesen por este deporte.

Un porcentaje de esas espectadoras se convierte en fan recurrente, abriendo la posibilidad de que la NFL continúe expandiendo su base de seguidores a largo plazo, y por ende, se consolide el valor de los espacios publicitarios.

¿Por qué se invierte tanto?

El Super Bowl no es un simple partido: se ha convertido en un fenómeno cultural que trasciende fronteras. Muchas personas, incluso aquellas que no son aficionadas al fútbol americano, se reúnen para disfrutar del espectáculo, del ambiente festivo y, por supuesto, de la tanda de anuncios. Es por ello que, desde hace décadas, las marcas buscan sobresalir en este escenario.

Un anuncio exitoso puede generar un impacto inmediato y duradero en ventas y reputación de marca. El público recuerda con cariño ciertos anuncios que se convierten en temas de conversación en redes sociales y noticieros al día siguiente.

Por el contrario, un anuncio mal ejecutado puede pasar desapercibido o incluso generar críticas y dañar la imagen de una empresa. La apuesta es alta, y por eso muchas compañías deciden lanzar creatividades inéditas o aprovechar para presentar nuevos productos.

Algunos anuncios memorables del pasado

A lo largo de la historia, han surgido anuncios que han dejado huella. Uno de los más icónicos es el de Apple en 1984, que rompió esquemas al presentar un estilo cinematográfico muy diferente a lo que se veía en televisión.

También destaca Snickers en 2010, con un anuncio que integraba humor y celebridades para apelar tanto a la nostalgia como al entretenimiento. Amazon, por su parte, ha brillado con distintas propuestas: en 2018 con su asistente Alexa y, más recientemente, con "Mind Reader" en 2022, un spot de 90 segundos que costó alrededor de 26.000.000 de dólares.

No todos los anuncios han sido bien recibidos por la audiencia. Algunos fueron polémicos, como aquel de Pepsi en el que Kendall Jenner parecía "resolver" problemas raciales ofreciendo un refresco, o ciertos anuncios considerados insensibles por su contenido. Sin embargo, la atención mediática que generan incluso las críticas prueba la fuerza de este escenario publicitario.

Expectativas para 2025

El Super Bowl LIX tendrá lugar este domingo 9 de febrero, y se sabe que el precio de los espacios publicitarios sigue en ascenso: se habla de 8.000.000 de dólares por tan solo 30 segundos de aire.

Como ya es costumbre, se esperan adelantos de grandes producciones de Hollywood, con tráilers de películas como "Snow White", "Jurassic World: Rebirth" y "Superman". Este tipo de promociones no solo entusiasma a los cinéfilos, sino que aporta un elemento adicional de espectáculo a la transmisión.

Por otro lado, habrá espacio para un abanico variado de productos y servicios: desde compañías de tecnología, restaurantes de comida rápida, aplicaciones de entrega de víveres, sitios de comercio electrónico y hasta helados.

GoDaddy

La compañía de hospedaje y registro de dominios regresa con un anuncio que resaltará sus servicios de inteligencia artificial para la creación de sitios web. Con un tono humorístico, pretenden mostrar cómo simplificar el proceso de llevar un negocio en línea.

Häagen-Dazs

Esta marca de helados hará su debut en el Super Bowl con un toque cinematográfico, inspirándose en la saga “Fast & Furious”. La idea es proyectar la idea de “placer a toda velocidad”, mezclando escenas de autos y el disfrute de un helado bajo el lema: “Not So Fast, Not So Furious”.

Bud Light

El anuncio de Bud Light presenta a Shane Gillis y Post Malone revitalizando una parrillada suburbana con cervezas y una cortadora de césped convertida en ahumador. Peyton Manning se une a la diversión y la reunión se transforma en una concurrida celebración vecinal, reflejando el espíritu festivo de la marca.

Coors Light

El spot de Coors Light muestra a perezosos enfrentando desastres con lentitud, simbolizando la pesadez de los lunes. La marca resalta su refrescante alivio ante el inicio de semana.

Hellmann

El anuncio de Hellmann’s recrea una icónica escena de Cuando Harry conoció a Sally, con Meg Ryan disfrutando su sándwich y Sydney Sweeney repitiendo la famosa frase.

Hexclad

El spot de Hexclad presenta a Gordon Ramsay en el Área 51 enseñando a extraterrestres a cocinar, con Pete Davidson como invitado. Un anuncio intrigante y divertido.

Instacart

El anuncio de Instacart reúne icónicas mascotas de marcas como el Hombre Kool-Aid y el Conejito de Energizer, mostrando su rapidez para llevar productos a domicilio.

Michelob Ultra

Willem Dafoe y Catherine O'Hara desafían a jugadores jóvenes en pickleball por una Michelob Ultra. Con humor y competencia, el anuncio promete entretenimiento y diversión.

Mountain Dew

El spot de Mountain Dew presenta a Seal como una foca cantando Kiss from a Lime, mientras intenta abrir una botella de Baja Blast sin éxito.

Nerd's

El anuncio de Nerds presenta a Shaboozey recorriendo Nueva Orleans mientras disfruta Nerd’s Gummy Clusters, acompañado de una banda y su versión de What a Wonderful World.

Oikos

El comercial de Oikos muestra a Juno Temple cargando a Myles Garrett en un aeropuerto tras comer su yogur, demostrando su fuerza para llegar a tiempo a la puerta de embarque.

Pringles

El comercial de Pringles, The Call of the Mustaches, muestra a Adam Brody invocando bigotes voladores de Nick Offerman y James Harden para traer más snacks a su fiesta.

Reese's

El spot de Reese’s, Don't Eat Lava, muestra a un guardabosques advirtiendo a una multitud en un volcán que no confunda la lava real con el nuevo Chocolate Lava Big Cup.

Skechers

La marca presenta al entrenador Andy Reid revelando su faceta como modelo de manos, destacando la comodidad de los Hands Free Slip-ins para liberar sus manos.

Stella Artois

Stella Artois reúne a David Beckham y Matt Damon, quienes descubren ser hermanos perdidos mientras comparten una barbacoa y su amor por la cerveza.

El 'efecto' de la gran audiencia

Uno de los grandes valores de publicitarse durante el Super Bowl es la oportunidad de llegar a grupos poblacionales de distintos gustos, edades y géneros. A medida que la NFL amplía su base de seguidores, aumenta también la variedad de anunciantes que ven en este evento el espacio perfecto para impactar de manera masiva.

El precio, aunque elevado, se justifica en parte por el altísimo alcance y la repercusión mediática que perdura por días, e incluso semanas, después del encuentro. Además, la conversación en redes sociales antes, durante y después del partido incrementa el valor de estas campañas.

Muchas empresas liberan pequeñas pistas o versiones extendidas de sus anuncios días antes, con el fin de generar expectativa. Otras, en cambio, eligen la sorpresa total, confiando en el factor sorpresa del directo. En ambos casos, el objetivo es aumentar el reconocimiento de marca y la interacción con la audiencia.

Perspectivas futuras

La dinámica de la NFL y del propio Super Bowl no muestra señales de desaceleración. Al contrario, con la incorporación de nuevos sectores empresariales, una mayor diversidad de figuras y una estrategia de promoción cruzada con la industria del entretenimiento, todo indica que los costos por spot seguirán en ascenso.

Queda claro que la presencia de celebridades, sumada a una audiencia que no deja de crecer, es una fórmula casi perfecta para que las marcas justifiquen la millonaria inversión.

Para la NFL, este crecimiento continuo asegura la permanencia de uno de los espectáculos televisivos más grandes del mundo. A cada año que pasa, surgen más consumidores potenciales que descubren la experiencia de ver el partido, ya sea por curiosidad, por la actuación del medio tiempo o por los anunciantes que despiertan su interés.

En definitiva, la mezcla de deporte, música, cultura pop y publicidad de altos vuelos convierte al Super Bowl en un fenómeno incomparable.

En la edición de 2025, la combinación de cifras récord en costos publicitarios, la variedad de sectores participantes y el enfoque en el público femenino prometen una jornada que, más allá de la contienda deportiva, resonará en el panorama cultural y comercial a nivel global.

Con todo ello, no hay duda de que el espectáculo publicitario seguirá siendo un punto álgido de conversación, innovación y, sobre todo, millonarias apuestas por llamar la atención de millones de miradas.