París

Como si estuviesen realizando un perfecto ejercicio de sincronización, Feliciano López y Marc López se tiraron a la vez sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier y con las manos en la cara empezaron a llorar sin freno. Tras ganar la final de dobles de Roland Garros a los hermanos Bryan (6-4, 6-7 y 6-3), los españoles liberaron todas las emociones que habían mantenido a raya en un partido para cabezas de hierro (tuvieron punto de campeonato en la segunda manga, que perdieron, y desperdiciaron luego un 4-2 en el parcial decisivo). Finalmente, y tras amarrar el triunfo, celebraron un trofeo que vale mucho: hacía 26 años que un dobles español (Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, en Roland Garros 1990) no levantaba un torneo del Grand Slam.



“Es real, pero son momentos que no hemos vivido nunca”, se arrancó Marc, que había perdido sus dos primeras finales de Grand Slam (Roland Garros y Abierto de los Estados Unidos en 2014) formando pareja con Marcel Granollers. “Ganar un Grand Slam era lo que me faltaba en mi currículo”, prosiguió el catalán, campeón de la Copa de Maestros en 2012. “Nunca me esperaba poder ganar un grande. Desde pequeño, Roland Garros ha sido mi torneo favorito. Veía todos los partidos de los grandes campeones españoles que han ganado aquí. Poder ser campeón con Feliciano es algo increíble. Estoy en una nube ahora mismo”, dijo, lógicamente abrumado.

“Es que ganar un Grand Slam es increíble”, le siguió Feliciano, que cerró el partido a lo grande, disparando un saque directo a la línea, como soñaría cualquiera. “Analizando las cosas fríamente, hemos ganado a casi todas las mejores parejas en este torneo”, recordó el toledano sobre el camino que ambos recorrieron hasta el título, dejando por el camino a los campeones de 2014 en cuartos (los franceses Benneteau y Roger-Vasselin) y a los de 2015 en semifinales (Ivan Dodig y Marcelo Melo). “Y ganar en la final a los Bryan… no se puede pedir más. Es la mejor pareja de la historia y hemos ganado jugando de tú a tú, siendo superiores por momentos. Hemos sido justos vencedores”.



PREMIO AL ESFUERZO



Centrado únicamente en el dobles, Marc se unió a Feliciano a principios de 2016 después de romper con Granollers. Inmediatamente, como si llevasen toda la vida jugando juntos, los españoles celebraron la victoria final en el primer torneo que disputaron (Doha) y empezaron a ganarse el respeto del vestuario, que vieron cómo la dupla se entendía a la perfección, combinando lo mejor de uno y otro con pasmosa facilidad. Por eso, el triunfo en París no vino por sorpresa para sus contrarios. Ni mucho menos.



“Obviamente, pongo mucho esfuerzo en el dobles, pero para mí era inesperado estar aquí ahora mismo”, confesó Feliciano, que pese a tener una importante carrera individual no dudo en señalar el título de Roland Garros como uno de los mejores momentos de su vida en la élite. “Ha sido inesperado, pero un premio al esfuerzo. Nuestro nivel este año era muy alto, en muchos partidos y contra los mejores. Cuando estás a ese nivel, estas cosas pueden pasar. Es evidente que hemos jugado dos torneos del Grand Slam juntos en nuestra vida. Es evidente que los hermanos Bryan son los mejores de la historia y que era muy difícil, pero lo hemos conseguido. Hemos ganado un Grand Slam a los mejores jugadores de la historia”.



“¿Y ahora?”, le dijeron al toledano, cuestionándole sobre los objetivos que afronta la dupla en los próximos torneos. “Ahora tenemos que crecer como pareja. Ojalá podamos jugar mejor, aunque lo veo difícil. De momento, vamos a disfrutar de esto. Poder ayudar a un amigo mío a conseguir el título es muy especial. No digo que no sea importante para mí, pero Marc… una persona que se dedica únicamente al dobles y que haya ganado un Grand Slam. Estoy encantado”.

Noticias relacionadas