“Siento que he vuelto. Estoy feliz por estas dos semanas, pero no sé lo que va a pasar, no puedo predecir el futuro”. La reflexión de Rafael Nadal aparece justo después de la derrota en la final del Abierto de Australia para poner algo de cordura y perspectiva. El mallorquín acaba de perder un partido lleno de aristas con Roger Federer (llega a tener bola para 4-2 en el quinto set), pero sale impulsado del torneo, aunque ahora mismo duela mucho la ocasión desaprovechada para haber celebrado otro título de la máxima categoría, casi tres años después del último en Roland Garros 2014.
“El tenis no se acaba en los torneos del Grand Slam”, explica el mallorquín sobre la oportunidad perdida de haber llegado a 15 grandes. “Roland Garros me queda a meses vista. Como deportista no puedo estar pensando en cuatro torneos al año. Es verdad que son los torneos que cuentan más para la prensa, pero el tenis es mucho más que cuatro torneos al año”, repite el número nueve mundial. “Cuando digo que me veo capacitado para ganar torneos, me refiero a los torneos en los que voy a competir. De aquí a Roland Garros quedan muchos importantes, entre ellos cinco Masters 1000 y tres 500 para mí”, prosigue el balear, que volverá al circuito en Rotterdam (desde el próximo 13 de febrero). “Son muchas citas importantes las que tengo ahora encima”.
Pese a perder la final con Federer, la tercera en un grande tras Wimbledon 2006 y 2007, Nadal se marcha de Melbourne en condiciones de pelear por todo. Salvo que la derrota abra una herida en su confianza, algo que parece difícil tal y como se han desarrollado los acontecimientos desde el inicio de torneo, el campeón de 14 grandes sabe que ya está en condiciones de pelear con todos y por todo, tanto a nivel mental como de juego.
“Han sido unas semanas bonitas y la satisfacción personal es grande”, reconoce el español. “Sé lo que he trabajado y lo que me ha costado llegar hasta aquí. Hoy no he podido alcanzar el título, pero soy realista: creo que ha faltado poco y también creo que si mi cuerpo me responde y puedo seguir trabajando de esta forma… creo que voy a ganar más”, avisa el balear. “Si mi cuerpo está capacitado para poder seguir trabajando de la manera en la que lo estoy haciendo sin lesionarme llevo un camino muy adecuado para poder competir por todas las cosas”.
Así, Nadal cierra el comienzo de 2017 después de llegar a cuartos de final en Brisbane y tras alcanzar la final en el Abierto de Australia. Pase lo que pase en los siguientes torneos (Rotterdam, Acapulco, Indian Wells y Miami, antes de afrontar la gira de tierra batida europea), el español puede tener una tranquilidad bien grande: Nadal vuelve a ser Nadal.