Feliciano, en un momento de su partido ante Escobedo.

Feliciano, en un momento de su partido ante Escobedo. Ángel Martínez Mutua Madrid Open

Tenis Mutua Madrid Open

Feliciano López: “Las personas que me quieren sufren mucho más que yo”

A los 35 años, el toledano charla con EL ESPAÑOL sobre el bache de resultados que atraviesa y la influencia de sus problemas personales fuera de la pista a la hora de competir.

9 mayo, 2017 01:00
Madrid

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Feliciano López (Toledo, España; 1981) tiene motivos de sobra para sacar pecho porque es el único que ha jugado las 16 ediciones del Mutua Madrid Open, donde este lunes debutó venciendo 6-4 y 6-4 a Ernesto Escobedo. A los 35 años, y después de un mal arranque de temporada, el 38 mundial habla con EL ESPAÑOL sobre la tormenta mediática que se ha provocado con su divorcio y la manera de abstraerse para centrarse en su carrera profesional, que esta temporada cumple dos décadas.

¿Cuál es la razón de su mal inicio de temporada?

El año empezó muy mal. Me lesioné en la espalda y ahí ha estado la clave de mi mal inicio de temporada, perdiendo muchos partidos. Me retiré en Auckland y luego me infiltré para poder estar en el Abierto de Australia, pero jugué prácticamente inválido, tanto el individual como el dobles. Luego me fui a la Copa Davis sin entrenar y sin estar realmente preparado. A partir de ahí, no acabé de recuperarme lo suficiente para competir al nivel actual. 

A raíz de la lesión de Auckland no pude entrenar, ni físico ni tenis. Si no lo haces, y llegas a los partidos sin estar al 100%, es mucho más complicado. En Houston jugué mejor, gané dos partidos duros en tierra batida que me sirvieron bastante. En Montecarlo le gané a Medvedev. La verdad es que me estoy encontrando mejor.

¿A esto se refería cuando decía en Melbourne que en esta etapa de su carrera iba año a año?

No ha sido nada grave, pero empezar el año con la espalda infiltrada no es la mejor manera de arrancar la temporada, sobre todo en este momento de mi carrera. No es lo mismo que te pase con 20 años a que te suceda con 35. Pero insisto, creo que no ha sido tan grave, ahora estoy muy bien de la espalda. Tengo ilusión y queda mucho año por delante. Seguro que será una temporada positiva.

Históricamente, y pese a tener un Grand Slam en dobles en Roland Garros, la tierra es su peor superficie. ¿Malo para levantar el vuelo ahora que está curado?

Estamos en abril y toca jugar en tierra, no me planteo nada más. Vienen torneos muy bonitos. El año pasado Marc López y yo ganamos Roland Garros en dobles y tengo muchas ganas de volver allí. Creo que es un momento para disfrutar, aunque el año no va en la dirección que me gustaría. No estoy ansioso. Luego viene la gira de hierba, donde en 2016 no terminé de encontrar mis sensaciones. Ojalá cambie eso en unas semanas. Ya veremos a final de temporada qué ha pasado: los deberes se corrigen a final de año, todavía hay que esperar para las notas. No estoy preocupado, ni mucho menos.

Sin entrar en los detalles de su separación, ¿no le afecta todo lo que ha pasado?

¿La verdad? No mucho. Mucha gente me pregunta. Me afecta que gente que no me conoce hable de mí, que utilicen mi nombre, que digan cosas en televisión sin tener ni idea… Pero al final, más que por mí, es por mi familia. Las personas que me quieren sufren más que yo con toda esta situación. Yo estoy viajando por el mundo, dedicándome a algo que me encanta y que me mantiene ocupado y entretenido. La verdad es que no tengo ni tiempo ni ganas de buscar qué han dicho o qué han dejado de decir. La temporada pasada, que fue justo el año de mi separación, jugué bastante bien. El tenis me sirvió para olvidarme de todo y dedicarme a lo único que sé hacer en la vida, que es darle a la pelota con una raqueta. 

Feliciano, golpeando una derecha en Madrid.

Feliciano, golpeando una derecha en Madrid. Ángel Martínez Mutua Madrid Open

Pero tiene que ser inevitable que le llegue el ruido de lo que ocurre en televisión, en las revistas, en las redes sociales…

Sí, claro que sí. Es inevitable. Mis amigos me dicen cosas, me las comentan, me escriben y me llaman. ¿La verdad otra vez? Muchos amigos se ríen de la situación y es la manera de poder sobrellevarlo. Seamos claros: muchas de las cosas que han pasado han sido muy surrealistas. Es un poco la forma de llevar la situación, teniendo en cuenta que mi mente tiene que estar enfocada en el tenis, que es un deporte individual que requiere máxima atención. 

Hace unas semanas, Jaume Munar tuvo que acudir como cuarto jugador a la eliminatoria de Copa Davis entre España y Serbia. Había 17 tenistas españoles con mejor ránking que él y ninguno estuvo disponible. 

La reflexión es muy amplia y no es para hacerla en un minuto. Que haya 16 o 17 jugadores en un país que renuncien a jugar y tenga que ir un chico como Munar… Obviamente, para él es un premio y una ilusión, pero va porque han renunciado todos los otros antes. A nadie le gusta eso, a mí el primero porque la Davis ha significado muchísimo en mi carrera. Aunque también le digo otra cosa, mirándolo de manera más global: es lo que hay. 

No me sorprende en muchos casos porque la Davis está absolutamente desfasada. Lógicamente, eso afecta a que haya tantas espantadas en España y en otros países. Eso no quita que algunos jugadores españoles tengamos que mostrar más compromiso. En mi caso, siempre que he podido he estado ahí, pero llega un momento donde no abarco, y menos tras estar lesionado. Hay que cambiar esa competición ya. Eso es lo más importante y seguro que habrá menos espantadas, pero también creo que hay que darle una vuelta de tuerca en España entre los jugadores y la federación para que haya un poco más de implicación.

Venimos de una época complicada. Era una buena oportunidad para intentar hacer algo grande, pero quizás no ha caído en un buen momento, con la situación actual de cada uno. Más allá de que la competición esté desfasada, deberíamos pensar en una fórmula para ver de qué forma podemos ser competitivos y tener más implicación todos, sin excepción. 

¿Qué pasaría si Sergio Ramos renunciase a ir con España? El rasero de la opinión pública y de la prensa es diferente con el tenis. 

Yo entiendo a todo el mundo, pero la prensa deportiva tiene que saber distinguir los deportes. El tenis no tiene nada que ver con el fútbol o con el baloncesto. Al final, si fuera futbolista no me perdería ninguna convocatoria, salvo algún amistoso perdido por ahí que acaba rompiéndoles. Con el baloncesto pasa igual porque es en verano, cada dos años, se preparan durante un tiempo para la competición… Es diferente. 

Para poder tener una opinión más concreta sobre el tema hay que conocer nuestro mundo en profundidad, desde dentro. Aunque resulte difícil de comprender para el público, la Copa Davis es un problema para muchos de nosotros. Aunque suene así de duro. Para nuestros intereses deportivos, físicos y personales es un problema la mayoría de las veces. Eso tiene que entenderlo la gente. Y muchas veces, incluso siendo un problema, hemos considerado que teníamos que hacer el esfuerzo para defender los colores de España. Levantar la Copa Davis es una sensación impresionante. No hay nada en el tenis que sea comparable a eso, pero la gente debe entender que el tenis es un deporte totalmente distinto al resto. 

Yo sigo confiando. Todavía queda una pequeña esperanza de que España pueda ganar la Davis otra vez. Llevamos como cinco años jugando fuera y eso va a cambiar en algún momento. Necesitamos un poco de suerte, pero también reflexionar y buscar la solución para implicarnos más. 

Visto desde dentro del vestuario, ¿el circuito está tan raro como parece ahora mismo?

Está muy raro. Djokovic no está como estaba, la lesión de Murray le ha quitado confianza, Nadal está recuperándose… El único que sorprende es Federer. El circuito está muy abierto este año.

Federer… 

¡Federer rompe moldes a todos los niveles! Sinceramente, no tenía dudas de que después de estar tanto tiempo parado iba a jugar a buen nivel porque no se le ha olvidado cómo se juega. Ahora, si hubiese tenido que apostar dinero a que habría ganado el Abierto de Australia, Indian Wells y Miami, y jugando de esta manera… 

Además, es muy inteligente en la forma de gestionar su cuerpo, de prepararse, los pequeños cambios que ha introducido en su juego y en la raqueta. Al margen del talento que tiene, sin duda el mejor de la historia, sabe gestionar muy bien su carrera. Los seis meses que ha estado sin jugar los ha utilizado de una manera muy positiva. A la vista está: ha jugado a un nivel similar al que tenía cuando era número uno del mundo.

Feliciano, en su debut en Madrid.

Feliciano, en su debut en Madrid. Álvaro Díaz Mutua Madrid Open

Usted perdió con Zverev en Montecarlo hace unas semanas. ¿Será mejor que Kyrgios? La carrera que tienen los dos por controlar el futuro echa fuego. 

Veo muy fuertes a los dos, tanto a Kyrgios como a Zverev. Kyrgios está muy bien, muy centrado y con muchas ganas de ganar. Tiene una personalidad diferente, eso está claro, pero en Acapulco, Indian Wells y Miami le vi jugar y encadenó varios torneos siendo consistente, algo complicado para un jugador como él. Eso dice mucho de Kyrgios y de su progresión. Es más espectacular que Zverev, es imprevisible y tiene la capacidad de hacer bolas impensables. Aunque son talentos distintos. Quizás, Zverev es más completo en todas las superficies. No sé si Kyrgios podría llegar a jugar tan bien en tierra como Zverev.

La organización de Roland Garros decidirá el próximo 15 de mayo si otorga una invitación a Maria Sharapova. Stuttgart, Madrid y Roma lo hicieron. ¿Qué haría usted si fuese director de un torneo y estuviese en ese escenario?

Tampoco sé… ¿Por qué Roland Garros y Wimbledon tienen un criterio diferente a Madrid o Stuttgart? Con todos mis respetos hacia Sharapova, Madrid tiene a los mejores jugadores del mundo, tanto en ATP como en WTA. No va a vender más entradas porque juegue Sharapova. ¿Que es interesante que juegue? Obviamente. ¿Que a la gente le gusta la polémica? También, y en todos los sentidos, puedo decirlo con conocimiento de causa. Si le dan una invitación es porque creen en su inocencia. Estoy seguro de que los directores de los torneos de Stuttgart, Madrid y Roma consideran que Sharapova es inocente y le están dando una nueva oportunidad. 

A los 35 años, y tras casi dos décadas como profesional, ¿cuánto le pesa viajar?

A veces mucho, a veces menos. Hay otras cosas que te compensan del mundo del tenis. Acapulco, Indian Wells, Miami, Houston… La gente me trata fenomenal, me siento feliz. Obviamente, no es lo mismo estar en Miami que estar en mi casa, pero son lugares a los que llevo viajando 20 años y te acostumbras, encuentras tus propios sitios y los conviertes casi en tu casa. Intento que mi vida fuera de la pista sea lo más alegre posible para que se me haga más llevadero. Hacer planes diferentes para que no sea tan duro. Es cierto que después de 20 años viajando se hace muy duro y cuando uno llega a casa dan ganas de no moverse.