¿Cómo es la nueva Copa Mundial de Tenis?
La reforma de la Copa Davis, impulsada por Piqué, sacude de arriba a abajo la estructura del torneo para revivir una competición que estaba agonizando.
27 febrero, 2018 00:54Noticias relacionadas
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El próximo mes de agosto en Orlando, el consejo de la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) vivirá una jornada histórica cuando sus miembros se sienten a votar si aprueban la transformación de la Copa Davis, para lo que se necesita una mayoría de dos tercios.
Este lunes, la ITF anunció un plan de asociación a 25 años por casi 2.500 millones de euros con el grupo inversor Kosmos, fundado y presidido por el futbolista Gerard Piqué, para celebrar desde 2019 la Copa Mundial de Tenis, que disputarán 18 naciones en una sede única el mes de noviembre de cada temporada.
Tras la publicación del importante acuerdo entre la ITF y Kosmos, EL ESPAÑOL desgrana las claves de la nueva Copa Mundial, que si sale adelante enterrará para siempre a la legendaria Copa Davis y abrirá una nueva era en el circuito tenístico.
LOS JUGADORES, FELICES
Tras años y años de peticiones de reforma por parte de los jugadores, que habían dejado de lado la Davis por el inmovilismo de la ITF ante un calendario asfixiante, la reforma impulsada por Piqué viene a cumplir los deseos de los tenistas y abre la puerta para que las grandes estrellas del circuito jueguen el torneo. Si funciona, y nada hace pensar lo contrario, la jugada puede ser maestra: los mejores compitiendo por sus colores y con la Ensaladera como recompensa.
UNA SEDE, SIETE DÍAS DE COMPETICIÓN
La Copa Mundial rompe la estructura tradicional que ha mantenido la Copa Davis a lo largo de toda su historia. En la actualidad, el Grupo Mundial está compuesto por 16 países que deben superar tres series (octavos, cuartos y semifinales) para jugar la final y pelear por la Ensaladera.
Las eliminatorias (febrero, abril y septiembre) desaparecen para concentrar el desarrollo del torneo en una misma ciudad durante siete días del mes de noviembre, donde 18 naciones (las 16 del Grupo Mundial y otras dos) pelearán en una fase de grupos (liguilla) seguida de dos eliminatorias (cuartos y semifinales) que marcarán el camino hasta la gran final.
UNA FIESTA QUE DINAMITA LA MAGIA
La idea de reunir a los mejores jugadores de 18 países en la misma ciudad (aún por decidir, aunque presumiblemente será en Asia) para competir durante siete días por la Ensaladera es el impulso que necesitaba la Davis para no morir, pero inevitablemente la decisión de revivir a la competición aplicando cambios drásticos deja víctimas en el arcén.
La Copa Mundial acabará con las eliminatorias en casa, y eso quiere decir adiós a la posibilidad de que los tenistas jueguen ante los ojos de su público de forma esporádica y hasta nunca a la magia de un formato que pese a todo mantenía el encanto.
EL FINAL DE LOS CINCO SETS
El nuevo formato enterrará para siempre los encuentros a cinco mangas, otra de las señas distintivas de la Davis. Todos los partidos de la Copa Mundial (dos individuales y un dobles por cada eliminatoria) se jugarán al mejor de tres sets, recortando considerablemente el desgaste (muy alto a esas alturas del curso) y dejando a los cuatro torneos del Grand Slam (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de los Estados Unidos) como los únicos con duelos al mejor de cinco parciales.
NO MÁS CAMBIOS DE SUPERFICIES
Hasta ahora, el equipo que actuaba como local en una eliminatoria de Davis tenía el poder de elegir la superficie y también la pelota. Por ejemplo, en la primera ronda de 2018 hubo series que se disputaron en tierra batida (España-Gran Bretaña), pista dura (Australia-Alemania) o dura bajo techo (Japón-Italia). La nueva Copa Mundial terminará con esa diversidad de superficies porque el torneo se celebrará en el mismo suelo para todos los participantes, anulando la ventaja de escoger las condiciones de juego.
UN PROBLEMA PARA LAS FEDERACIONES
Entre febrero de 2014 y abril de 2017, España se enfrentó a ocho eliminatorias de Davis seguidas fuera de casa (Alemania, Brasil, Rusia, Dinamarca, Rumanía, India, Croacia y Serbia). En consecuencia, la federación vio cómo el grifo de su principal fuente de ingresos no se abría en cuatro años, paralizando la entrada de dinero.
En 2018, cuando el sorteo emparejó a Gran Bretaña con La Armada en casa, los directivos se frotaron las manos. Organizar de nuevo una serie en casa significaría poder percibir beneficios (casi 500.000 euros en el caso de esa serie en Marbella) para invertirlos en nuevos proyectos. A falta de saber cómo se distribuye el dinero, con la Copa Mundial esa vía de las federaciones se cierra para siempre.
GANAN LAS TELEVISIONES
La Copa Mundial debería ser un atractivo caramelo para que las televisiones pugnen con fuerza por los derechos de emisión. A diferencia de la Davis, que ofrecía una eliminatoria de tres días de duración (viernes, sábado y domingo) marcada muchas veces por las ausencias de los mejores tenistas de la clasificación, la revolución del formato deja una jugosa oferta para que cualquier televisión del mundo esté interesada en ofrecer el torneo.
DAÑOS COLATERALES
Los capitanes de los equipos, por ejemplo, pierden todo el protagonismo que tenían a lo largo de la temporada. La fecha de la Copa Mundial (noviembre) hace que carezca de sentido continuar con el habitual seguimiento de los jugadores que los seleccionadores solían realizar en los torneos previos a las eliminatorias, como el Abierto de Australia o Miami. A partir de 2019, el trabajo de los capitanes se concentrará en las últimas semanas de cada curso, en las que deberán reclutar a los tenistas de cada equipo.