La organización del Conde de Godó no quiere ni oír hablar de polémicas. Menos aún de polémicas con las azafatas después de lo que han pasado en los últimos 12 meses. Ni siquiera la inauguración de la Pista Rafa Nadal, el nombre que lleva desde 2017 la central del Real Club de Tenis de Barcelona, opacó la investigación que Inspección de Trabajo levantó en torno a uno de los patrocinadores y a una de las empresas encargadas de la contratación de de las azafatas del torneo y que terminó con la consideración de una "infracción muy grave".
Durante el pasado torneo, las azafatas tuvieron que trabajar al aire libre vestidas con minifalda y manga corta pese a que llovía y las temperaturas llegaron a los 10 grados. Las azafatas denunciaron que trabajaron en esas condiciones incluso cuando habían pasado la noche anterior con fiebre y se sentían enfermas. Aquella denuncia acabó en manos del sindicato UGT, que presentó una denuncia. A partir de ahí, Inspección de Trabajo comenzó una investigación que terminó en sanciones económicas tanto a la marca como a la empresa encargada de su contratación por "infracciones muy graves", lo que implica sanciones de entre 10.000 y 187.000 euros.
La sanción se relacionó directamente con los derechos laborales de las trabajadoras, pero existía también un componente sexista en la denuncia, pues como afirmaba Eva Gajardo, secretaria de Igualdad y Formación Profesional de UGT de Cataluña, "estamos muy acostumbrados a ver las escenas de mujeres a las que se les pone en la situación de enseñar carne". "Se ha podido constatar lo que todo el mundo vio y que hemos denunciado: la utilización que se hizo del cuerpo de las ocho mujeres como reclamo publicitario en el certamen del Trofeo Conde de Godó de Barcelona", abundó.
La sanción, de 25.000 euros, se impuso por "acoso discriminatorio por razón de sexo" y es que Inspección de Trabajo valoró las referencias de las azafatas, que se quejaban porque a pesar de las bajas temperaturas durante el evento al aire libre sus contratadores no les proporcionaron las medidas necesarias para velar por su salud e incluso algunas de las mujeres contratadas como azafatas cayeron enfermas. Por el momento no existe sanción firme y desde Schweppes Suntory, consideran que la interpretación de Inspección de Trabajo es "improcedente y excesiva", por lo que han interpuesto un recurso aún pendiente de resolución.
Tanto en 2017 como ahora la organización del torneo se ha desmarcado de la polémica -"Es un tema entre la azafata y la marca. Ahí no entramos", afirmaba a este periódico Carlos Martín, jefe de prensa del torneo el año pasado-, pero si en 2017 ya se trató de introducir mejoras en la situación de las azafatas en 2018 algo ha cambiado en las pistas del Barcelona Open Banc Sabadell.
De momento la organización no sólo ha explicado que las azafatas disponen "de un vestuario de verano y otro más abrigado por si el tiempo cambia", sino que la imagen oficial de las parejas de azafatas ya es cosa del pasado. Desde este 2018, el elenco de trabajadores del torneo incluirá azafatos o "paragüeros", como se les conoce en los torneos, lo que ha llevado a la pista a parejas mixtas. Novedades bien recibidas que hacen avanzar el mundo del deporte y que convierten al Conde de Godó de nuevo en referencia, pues ambas cuestiones aún son extrañas de contemplar en el resto de torneos de la ATP.