El lunes, en la primera ronda de Roland Garros, Jaume Munar derrotó 3-6, 3-6, 7-6, 7-6 y 7-5 a David Ferrer, que desperdició un ventaja de dos sets y también un 5-3 en el parcial decisivo, acariciando el triunfo. El alicantino, que fue padre hace tres semanas, regresó al circuito en Roma (cayó a la primera con Jack Sock), jugó luego Ginebra (perdió también en su estreno ante Peter Gojowczyk) y llegó a París esperando recuperarse, pero se llevó otro golpe durísimo.
A los 36 años, y fuera de los 40 primeros de la clasificación, Ferrer se sentó ante los periodistas en una rueda de prensa con tono de funeral que sonó a despedida, aunque solo el tiempo dirá lo que ocurre de ahora en adelante en la carrera de un jugador sin fuerzas para el que han cambiado las prioridades con la llegada de su primer hijo.
—Duro, ¿no?
—Duro, día duro. Sí, sí, muy duro.
—¿Qué ha pasado?
—Físicamente no estoy bien. Llevo un mes que me falta energía y no la consigo. Tengo muchos baches durante los partidos. Tampoco quiero hacer muchas valoraciones porque acabo de perder, pero no es el David Ferrer que quiero. No quiero dar este nivel de tenis.
—Desde fuera parece que la derrota duele mucho más que otras. ¿Por qué?
—Porque no me siento competitivo, no me siento al nivel que quiero. Hasta la Davis había perdido, pero sintiéndome competitivo, notándome bien en la pista. Tras la Davis, en Roma, Ginebra y París, no encuentro mi nivel de tenis. No sé hasta cuando quiero seguir así. Imagino que será cansancio por el tema de la paternidad, pero quiero dar un poco más de mí.
—¿Es por la paternidad?
—Sí, un poco todo. Emociones, vida nueva, todo ha cambiado. Ser padre es muy bonito, una sensación muy buena, pero también tiene sus cosas malas. Me hace mucha gracia que muchos padres solo hablan de lo bonito. También es duro y sacrificado, sobre todo a este nivel.
—Quizás es un tema de reajustar un poco todo.
—Pero es que yo no tengo mucho tiempo para reajustar nada. Obviamente, no quiero dar este nivel. A descansar, valorar y ver si encaro la gira de hierba o me tomo un tiempo de readaptación.
—¿Y frenar y resetear?
—No lo sé. Es todo tan reciente… Quiero tranquilidad y calma. Es mejor que pasen los días, que corra un poco el tiempo. Y decidir qué es lo que quiero hacer, si empezar la gira de tierra en Bastad, la de hierba… pensar.
La decisión puede parecer sencilla, pero para un jugador que lleva toda la vida en la élite es muy complicada. ¿Seguir intentándolo o parar para siempre?