Cuatro minutos, aunque en realidad fueron 20. Eso necesitó Garbiñe Muguruza para llegar a los cuartos de final de Roland Garros. Una lesión de Lesia Tsurenko, que sufrió un pinchazo en su pierna izquierda durante el segundo juego del partido, obligó a la ucraniana a retirarse y dejó a la española clasificada (2-0 y abandono de su rival) para pelear con Maria Sharapova (no saltó a la pista por el abandono de Serena Williams) por el pase a las semifinales el próximo miércoles en un partido que anticipa emociones fuertes. [Narración y estadísticas]
“Nunca es bonito que pase algo así”, se lamentó Muguruza. “Ayer, cuando me pusieron el partido en el último turno, pensé: ‘bueno, es lo que hay, va a ser un día largo, y además no pinta muy bien el tiempo’. Ha sido un día largo, de espera, porque no sabía dónde iba a jugar. Al final mucha espera y solo dos juegos…”, continuó la española, citada ahora con Sharapova. “Es un buen partido, la verdad. Son unos buenos cuartos. Hace tiempo que no juego contra ella, pero me apetece mucho hacerlo”.
Tras dos cambios de pista (el partido estaba programado en la Suzanne Lenglen, se pasó a la Philippe Chatrier tras la retirada de Serena y finalmente se jugó en la 1), Muguruza y Tsurenko aparecieron en una plaza de toros vacía, con la gente corriendo a ocupar los asientos libres después de la noticia de que el cruce se disputaría allí.
En el arranque, y tras lograr un break de entrada, Muguruza puso en juego la pelota, Tsurenko fue a restar y un pinchazo en su pierna le cerró las puertas para pelear el triunfo. Aunque la ucraniana lo intentó, marchándose al vestuario y regresando para jugar un poco más, el dolor le impidió seguir en el encuentro.
Así, la española se clasifica para las semifinales, donde le espera el desafío de Sharapova. Eso no es cualquier cosa: hasta ahora, Muguruza no sabe lo que es celebrar una victoria ante la rusa.