A veces es necesario caer para levantarse con más fuerza. Frase perfectamente aplicable a Andy Murray. El británico fue número uno del mundo, pero hoy en día su presente no tiene nada que ver.
Andy Murray volvió a ganar un partido de tenis y por su cabeza seguramente pasaron varios meses donde tuvo que vivir un auténtico calvario a causa de una serie de lesiones que le gicieron bajar hasta el puesto número 832 del ranking ATP.
Tras más de tres horas de juego, Murray consiguió ganar a Marius Copil, número 93 del mundo, por 6-7, 6-3 y 7-6 en una trabajada victoria, lo que le permitió colarse en los cuartos de final del ATP 500 de Washington.
Con este triunfo, el de Glasgow consiguió meterse en cuartos de final de un torneo por primera vez trás más de un año. El último fue en Wimbledon. El británico no pudo contener la emoción y se echó a llorar.
"Fueron las emociones que salen al final de un día tan largo donde no sabes a qué hora vas a poder acceder a la cancha, además de tener que disputar un partido de tres horas", dijo el tenista.
Murray también tuvo una queja para los horarios de los partidos. "Terminar a las tres de la mañana no es bueno. Ni para los jugadores, ni para ninguno de los operarios que estén involucrados en el campeonato, ni para la televisión y mucho menos para los espectadores. No veo razonable que los partidos se pongan a estas altas horas de la noche, y la verdad que estoy muy decepcionado por ello".