Sucede en la Rod Laver Arena, la pista central del Abierto de Australia. A las cinco de la tarde del jueves, Carlos Moyà se acerca a Rafael Nadal para corregirle la posición de su brazo izquierdo. El número dos del mundo está apurando los últimos minutos de su segundo entrenamiento del día ensayando el saque, un golpe renovado por pequeños ajustes técnicos que el tenista ha implementado durante la pretemporada.
A los 32 años, Nadal no busca transformarse en Ivo Karlovic, John Isner o Milos Raonic, tres de los mejores sacadores del mundo. El mallorquín, un jugador en permanente evolución, persigue dos cosas que van de la mano: hacer más daño al poner la pelota en juego, intentando evitar que su bola pierda demasiada velocidad al botar en el cuadro de saque rival, y conseguir desgastarse menos para poder seguir jugando más tiempo.
Así, y tras más de cuatro meses alejado de las pistas por cuatro lesiones distintas (rodilla derecha, abdominal, pie derecho y muslo izquierdo), Nadal debuta el próximo lunes en el Abierto de Australia ante James Duckworth con muchas ganas de volver a competir y exhibiendo un saque nuevo.
Carlos Moyà. Todo esto vino después del Abierto de los Estados Unidos, al tener tiempo para poder probar cosas.
Rafael Nadal. Es algo que surge hablando. Las cosas surgen de las conversaciones, de intentar marcar una línea de mejora que uno quiere tener. Estábamos todos de acuerdo en el equipo en una cosa: para intentar jugar más tiempo hay que intentar introducir cosas nuevas, buscando acortar los partidos. Y la única forma de acortar los partidos, sintiendo que las cosas están en tu mano, es sacar un poco mejor. Desde esa base tan simple hemos buscado lo que nos pueda permitir evolucionar.
Francis Roig. El cambio se basa en tres pilares. El primero, que cuando empieza a ejecutar el swing lleva la mano más rato por abajo, en lugar de levantarla lateralmente. El segundo, que en el momento de lanzar la pelota al aire no hace tanta flexión, aguanta mucho más el cuerpo arriba, bien erguido, en lugar de sentarse porque así pierde dinamismo. Y el tercero, que entra bien con la pierna derecha dentro de la pista tras caer.
R.N. Sí, hay un pequeño cambio en mi gesto a la hora de sacar. Puede salir bien o puede salir menos bien. Hasta que uno no prueba las cosas, y les da un poquito de tiempo, no puede saber si está en el buen camino.
C.M. Hay cosas que veíamos desde hacía tiempo, pero por por culpa de la rodilla y del pie no habíamos podido ponernos manos a la obra. En invierno ha estado más o menos bien, lo intentó, encontró continuidad y se sintió cómodo.
R.N. Estoy contento con el cambio, contento con la forma en la que estoy sacando. Luego, tengo que asimilarlo. Cuando uno hace cambios, las cosas no van en línea ascendente todo el rato. Hay momentos de subidas y de bajadas hasta que las cosas no estén totalmente consolidadas. Y para que las cosas estén consolidadas uno debe competir y colocarse en situaciones de presión. Y tener la tranquilidad de usar eso en los momentos necesarios, con la confianza de hacerlo.
C.M. Obviamente, al principio le costó cambiar un poco el chip. A ese tipo de cambios hay que darles tiempo y lo hemos tenido para probar y ajustar cosas. Se ha ido encontrando cómodo, lo está aplicando en partidos de entrenamiento y se siente como si hubiera sacado así durante toda su vida.
F.R. Además, con el segundo saque la parábola que hace la pelota es ahora un poco diferente. No lleva tanto efecto, va más directa en este segundo saque. Puede tener un poco más de riesgo, pero también un poco más de ventaja: al rival le cuesta entender el movimiento de la bola porque le embiste más.
C.M. Buscamos que haga más daño y que la bola le vaya un poco más rápida. Siempre habíamos tenido la sensación de que la pelota de Rafa iba rápida en el saque, pero al botar se frenaba un poco. Ahora, con un movimiento más fluido, perseguimos que la pelota bote y no pierda toda esa velocidad.
R.N. Siempre hay cosas que mejorar. Tomamos la decisión en el momento oportuno. Mi saque ha sido algo que he intentado perfeccionar durante toda mi carrera y creo que lo hice, pero hay que intentar dar un paso más. Estoy feliz con ello. Estoy feliz por tener la motivación de intentar hacer algo nuevo. Y estoy feliz porque si soy capaz de ponerlo en práctica me ayudará en mi juego a largo plazo.