Hay cosas que no cambian nunca. El miércoles, Rafael Nadal pisó por primera vez la tierra batida desde junio del año pasado y lo hizo llevándose por delante a Roberto Bautista, propinándole un 6-1 y 6-1 al castellonense en la segunda ronda de Masters 1000 de Montecarlo. El campeón de 17 grandes, alejado de la competición desde mediados del mes de marzo (no pudo jugar las semifinales de Indian Wells contra Roger Federer como consecuencia de una lesión en su rodilla derecha), reapareció en el Principado despejando dudas con contundencia: Nadal no ganó, Nadal devoró. [Narración y estadísticas]
“Tras Indian Wells, paró unos días por la lesión y también para descansar mentalmente”, explicó Carlos Moyà, técnico del número dos. “Luego volvió al trabajo, pero nunca es fácil cambiar de superficie. Hace 10 meses que no juega en ella, no es sencillo ni para alguien tan terrícola como él”, añadió el entrenador. “Hay un proceso de adaptación, tanto de cabeza como de tenis. Es muy diferente, sobre todo con la agresividad que estaba jugando en pista rápida. Se tardan unos días, aunque él lo tiene asimilado de forma natural”.
Si el paso de la pista dura a la tierra no es sencillo, si se requieren varios partidos para ponerse a punto sobre la superficie más lenta del circuito, Nadal demostró en su primer encuentro sobre arcilla del año que no le hace falta demasiado rodaje. Durante la hora larga que duró el cruce, el español lo hizo casi todo bien: eligió bien los puntos para atacar y los que necesitaban ser madurados, se movió con la soltura que le distingue sobre albero y salvó con precisión los momentos críticos (0-40 con 2-1 y 15-40 con 4-1) haciendo gala de una cabeza limpia, pese a los palos que se ha llevado en los últimos tiempo con las lesiones.
“Y eso no es fácil”, dijo Moyà. “Es mucho mejor perder un torneo que retirarte por lesión. Le pasó eso en Indian Wells, y quieras o no te quedas un poco tocado”, continuó el mallorquín. “¿Qué pasa? Que hablamos de Rafa y está bastante acostumbrado a volver después de las lesiones. Es una persona con una cabeza privilegiada”.