Se acabó la recta, ahí viene la primera curva. El miércoles por la mañana, Rafael Nadal abrumó a Yannick Maden (6-1, 6-2 y 6-4) y dejó atrás la parte más amable de su Roland Garros, compuesta por dos primeras rondas sencillas ante rivales de la fase previa (Yannick Hanfmann y Maden). El viernes, el campeón de 17 grandes se cruzará en tercera ronda con David Goffin (6-2, 6-4 y 6-3 al serbio Kecmanovic) en una buena prueba de su nivel. Quizás el belga no está en sus mejores días, pero sigue siendo un contrario del máximo nivel. [Narración y estadísticas]
“Hay que intentar que los momentos malos no te afecten”, dijo Nadal, que en el tercer parcial cedió dos veces seguidas su saque. “Los puntos que pierdes por jugar mal ya los has perdido, pero no pierdas más por cabreo personal”, añadió el tenista. “He cometido algunos errores, pero ganando 6-1 y 6-2 es algo que puede ocurrir. Sé que ahora con lo que viene no puede ocurrir, pero hoy sí. No pasa mucho porque he terminado ganando”, recordó. “Lo positivo es que cuando me ha hecho el break he reaccionado rápido y de manera contundente. Es parte de jugar partidos a cinco sets, que todo se hace más largo. Cuando vas ganando de manera cómoda cuesta un poco más mantener la concentración y la intensidad”.
El martes, Nadal se sentó delante de su MacBook y buscó en YouTube vídeos de Maden para hacerse una idea de cómo jugaba su rival, tan desconocido para el español como para la mayoría del vestuario. A los 29 años, el alemán se aseguró tener una plaza entre los 100 mejores por primera vez en su carrera después de estrenarse ganando en un grande al superar la primera ronda en Roland Garros.
La resistencia de Maden en el encuentro se prolongó durante 12 minutos. En ese tiempo, el aspirante se colocó 30-30 en el primer juego de Nadal al saque, intentó ganar el suyo sin éxito y luego se derrumbó, encajando un 12-3 de parcial que le enseñó la puerta de salida del cruce. Así y todo, el alemán fue capaz de romperle dos veces seguidas el servicio al mallorquín en el tercer set (para poner el 3-3 y el 4-4).
Fueron dos anécdotas: en ambas ocasiones, Nadal recuperó el break inmediatamente después (4-3 y (5-3) y se metió en la siguiente ronda dejando atrás el despiste, quizás consecuencia de la falta de tensión de un duelo sin historia.
En su segundo partido en Roland Garros, Nadal no hizo ninguna maravilla, pero mantuvo la línea de juego con la que llegó a París tras conquistar el título en Roma. Intentando ser agresivo sin perder la cabeza, el balear se citó con Goffin en un partido interesante que esclarecerá cómo está el rey de la tierra en su torneo más importante de la temporada.