Nadal y Thiem, la final de Roland Garros en claves
Español y austríaco se miden por el título en un encuentro con múltiples variantes.
8 junio, 2019 21:29Como en 2018, Rafael Nadal y Dominic Thiem se jugarán en la final de Roland Garros la Copa de los Mosqueteros. El español, descansado desde que el viernes se impuso a Roger Federer, vio por la televisión cómo el austríaco superaba agónicamente a Novak Djokovic en cinco sets para cerrar su pase al duelo decisivo, que se celebrará el domingo en la pista Philippe Chatrier.
Allí, en la pista más importante de la carrera de Nadal, donde ha levantado 11 veces el trofeo, Thiem buscará una de las mayores hazañas del deporte moderno. Antes del partido, en EL ESPAÑOL resumimos las claves que marcarán el desarrollo del encuentro.
Los mejores en tierra
Hay pocas certezas en la vida, pero una de ellas es evidente: si nada se tuerce, Thiem ganará antes o después Roland Garros. El austríaco, que hasta ahora ha conseguido nueve de sus 13 títulos en tierra batida, tiene un juego muy marcado sobre arcilla, como los especialistas de antaño, algo que ya no existe porque todos juegan bien en cualquier superficie.
Esas características le han llevado a convertirse en el rival más importante de Nadal en arcilla: aunque el español domina con un poco de margen el cara a cara (7-4), el austríaco le ha arrebatado victorias en Buenos Aires, Roma, Madrid y Barcelona. En consecuencia, el cruce vuelve a enfrentar una vez más a los dos mejores del mundo sobre la superficie más lenta del circuito.
Líderes en intensidad
Entre otros muchos motivos, Nadal recelaba de una final con Djokovic porque el serbio es más peligroso que Thiem en un partido igualado. Nole tiene recursos menos potentes que el austríaco, pero Thiem cuenta con una intensidad que solo puede igualar Nadal.
Por eso, la final de Roland Garros cruzará a los dos jugadores que más violencia le imprimen a sus tiros. En eso, sin embargo, Thiem está un poquito por delante de Nadal: la fuerza bruta que exhibe el austríaco en el armado de cada golpe es absolutamente descomunal.
En lo más alto
Nadal tocó fondo el miércoles 24 de abril en su primer partido en el Conde de Godó de Barcelona. Aquel día, el español consiguió ganar a Leonardo Mayer, pero se marchó de la pista con unas sensaciones malísimas, inéditas en todo este tiempo como profesional.
Tocado mentalmente después de no poder jugar las semifinales de Indian Wells como consecuencia de otra lesión en la rodilla derecha, Nadal arrancó la gira de tierra batida en Montecarlo con el ánimo por los suelos.
Después de llegar a su punto más bajo con Mayer en Barcelona, el español se prometió seguir adelante haciendo todo lo que estuviese e su mano para salir de una situación muy peligrosa. Ahora, más de un mes después, Nadal está en otra final de Roland Garros tras completar una trayectoria ascendente impecable: el partido por el título en París lo jugará respaldado por su mejor versión.
El cansancio
Nadal cerró su pase a la final el viernes a mediodía tras imponerse a Federer en tres parciales. El sábado, a esa misma hora, Thiem todavía seguía jugando con Djokovic, al que ganó en cinco mangas.
Después de clasificarse, el austríaco inició una carrera contrarreloj para recuperarse y estar listo el domingo cuando llegue el momento de saltar a jugar por el título, porque si va corto de pulmones y piernas puede ir despidiéndose de intentar nada contra Nadal en tierra.
Además del físico, hay otro factor clave: el cansancio psicológico al que se enfrentará Thiem cuando salte a competir por cuarto día consecutivo (de jueves a domingo, sin tregua). A pesar de todo, la diferencia de tiempo que ambos han empleado en llegar hasta el último día no es demasiado grande: 13h23m de Nadal por las 15h25m de su contrario.
Hegemonía
Nadal ha jugado 94 partidos en Roland Garros, y solo ha perdido dos. Esa estadística no deja dudas de ninguna clase: ganarle al español en París es uno de los retos más grandes de la historia del deporte.
Solo Robin Soderling (2009) y Djokovic (2015) han podido encontrar la forma de inclinar a Nadal a cinco mangas en el segundo Grand Slam del año. Si Thiem quiere convertirse en el tercer tenista en conseguirlo deberá superar una de las mayores pruebas de su carrera.
La experiencia de 2018
Thiem no llega a la final como un novato. En 2018, el austríaco ya se midió a Nadal en el partido decisivo de Roland Garros, que perdió en tres sets. De esa tarde Thiem podrá sacar muchas conclusiones para preparar el encuentro del domingo, y seguramente la mayoría le servirán porque esa prueba fue más que suficiente para darse cuenta de lo que significa jugar una final de Grand Slam.
Un año después, el austríaco vuelve a intentar llevarse algo que la temporada pasada se le escapó por mucha diferencia.
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