El austríaco Dominic Thiem acabó este sábado la faena que comenzó la víspera en Roland Garros contra el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, al que derrotó por 6-2, 3-6, 7-5, 5-7 y 7-5 en 4 horas y 13 minutos, y volverá a jugar la final contra el español Rafael Nadal. [Narración y estadísticas]
El la primera derrota del serbio en Grand Slam en 27 partidos, lo que le priva de encadenar, por segunda vez en su carrera, los cuatro grandes.
Cualquiera de los dos pudo ganar un partido jugado en cuatro actos a causa de tres interrupciones provocadas por la lluvia. El austríaco estuvo siempre más cerca de la victoria, pero hasta el último suspiro no se quitó de encima la amenaza del serbio.
Thiem, de 25 años, que jugará su segunda final de un Grand Slam, se enfrentará a Nadal, que, en su duodécima final de Roland Garros, intentará levantar otras tantas veces la Copa de los Mosqueteros.
Será una reedición de las recientes semifinales del torneo de Barcelona, donde Thiem consiguió una de sus cuatro victorias frente al español en doce duelos. Será el cuarto partido en Roland Garros, donde el austríaco no ha ganado un solo set frente al español. También se midieron en el Abierto de Estados Unidos del año pasado, con victoria en cinco sets de Nadal.
Para levantar su primer Grand Slam, Thiem tendrá que jugar cuarto días consecutivos, a causa de las interrupciones por la lluvia, y tras un maratoniano duelo contra Djokovic.
"Fue un fantástico partido, uno de los más difíciles que he jugado en Roland Garros, es la primera vez que gano un partido a cinco sets aquí", dijo el austríaco.
"Estaba aquí en semifinales contra quizá los tres mejores jugadores de todos los tiempos. Estar en la final es algo increíble para mí", agregó.
"He gastado mucha energía mentalmente con tantas interrupciones. El año que viene será diferente porque habrá un techo. Cada vez que alguien se clasifica aquí para la final le toca jugar contra Rafa. Voy a darlo todo para intentar ganarle, tengo que recuperarme para hacerlo lo mejor posible", agregó.
Thiem y Djokovic disputaron hora y media de tenis el viernes, hasta que el partido se suspendió por la lluvia. Antes había parado unos diez minutos por el mismo motivo.
El austríaco se fue a dormir rabioso porque el parón le vino cuando llevaba ventaja en el tercer set, con 3-1 y servicio. En la reanudación del duelo este sábado, Djokovic recuperó la desventaja, pero acabó perdiendo el parcial.
El serbio, que no había perdido un set en todo el torneo, no pareció cómodo en ningún momento, incapaz de adaptarse a unas condiciones difíciles por el viento, que, aunque menos fuerte que la víspera, fue un rival añadido.
Pero Djokovic alargó el duelo apuntándose la cuarta manga y pareció tomar ventaja psicológica. El austríaco, sin embargo, no se desconectó del partido y se colocó 4-1 en el quinto set, en el que incluso dispuso de una bola de rotura para colocarse 5-1.
Después de que el serbio la salvara, la lluvia volvió a aparecer, obligando a los tenistas a regresar una hora y diez minutos a los vestuarios. De nuevo, cuando Djokovic estaba contra las cuerdas.
Y, de nuevo, de vuelta de las duchas, el serbio se rehizo, en un duelo muy marcado por el viento, que lastró mucho al tenista que servía con él en contra.
Así se sucedieron las roturas, hasta que en el décimo juego Thiem dispuso de dos bolas de partido. Pero al austríaco se le encogió el brazo en el momento crítico y permitió al serbio reengancharse al partido con empate a 5.
Fue el último juego que ganó, ya que Thiem no se desanimó, mantuvo el ritmo y no emergió el serbio de las grandes ocasiones. El austríaco se apuntó un duelo complicado, privando a Djokovic de su quinta final.