El mejor partido de la historia, según la opinión de los expertos y gran parte de los aficionados, fue también un homenaje al deporte. Tras dos intentos fallidos para levantar el título en Wimbledon, Nadal sumó su primer trofeo en el All England Tennis Club inclinando a Federer en un encuentro agónico (6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7) que duró 4h48m y acabó con la pista casi a oscuras, con la noche cayendo sobre Londres. Dos meses después, Nadal le arrebataría al suizo el número uno del mundo, poniendo fin a un reinado de 237 semanas consecutivas.