¿Cuánto tiempo hacía que Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic no estaban en los cuartos de final de un Grand Slam?
La pregunta llega casi de la mano de la marcha del serbio del US Open y la respuesta es casi tan increíble como la descalificación de Nole del torneo: Roland Garros 2004 fue el último grande sin ninguno de los tres mejores jugadores de todos los tiempos buscando el pase a las semifinales. Eso cambiará 16 años después tras la expulsión del serbio como consecuencia de darle un pelotazo a una juez de línea. Si al 2020 le faltaba algo, era esto.
“Habrá un nuevo campeón de Grand Slam”, aseguró Alexander Zverev, que en enero rompió su techo en un grande al alcanzar las semifinales en el Abierto de Australia tras encadenar varias decepciones. “Será uno de los jóvenes, creo, si se cuenta a Dominic Thiem como joven también. Obviamente, él tiene la oportunidad de ganar”, continuó el alemán, llamado a dominar el circuito a medio plazo. “Se ha puesto realmente interesante”.
“Es una oportunidad muy buena para todos nosotros”, le siguió Borna Coric, citado con Zverev en sus primeros cuartos de final de un Grand Slam. “Tengo muchas ganas de ver quién será. Creo que todos tenemos muy buenas posibilidades”, cerró el número 32 mundial.
El alemán (23 años) y el croata (también 23) están en la lista de jugadores que quedan vivos en el US Open junto a Pablo Carreño (29), Denis Shapovalov (21), Matteo Berrettini (24), Andrey Rublev (22), Frances Tiafoe (22), Daniil Medvedev (24), Vasek Pospisil (30), Álex de Miñaur (21), Félix Auger-Aliassime (20) y Dominic Thiem (27). Uno de ellos será campeón de Grand Slam el próximo domingo, el sueño de toda una vida.
Que esa puerta se abra ahora tras una racha de 13 grandes conquistados por Federer, Nadal y Djokovic (desde el US Open de 2016, que se llevó Stan Wawrinka) se explica con facilidad. Las bajas del español (declinó acudir a Estados Unidos por la situación actual provocada por la covid-19) y el suizo (operado en junio por segunda vez de su rodilla derecha tras pasar por el quirófano en febrero) dejaron al serbio en una posición fabulosa para levantar el título en Flushing Meadows. Con un cuadro sin apenas ganadores de Grand Slam (solo Andy Murray y Marin Cilic entre los participantes), Nole partió con una clarísima ventaja para hacerse con la copa de campeón.
Llegó entonces la descalificación en octavos de final y el torneo se sacudió de arriba a abajo, dejando paso a un escenario nuevo: por primera vez desde 2014 (Cilic, también en el US Open), el tenis conocerá a un nuevo campeón de Grand Slam. Si hasta ayer la atención giraba entorno a Djokovic casi en exclusiva, a partir de hoy las miradas están puestas en ese grupo de tenistas a la caza del título.
¿Cuánto pesarán las expectativas? ¿Cómo gestionarán la presión? ¿Quién ganará? Por ahora, preguntas sin respuestas.