"Es uno de los líderes del deporte del tenis. Es nuestro LeBron James y tenemos que responsabilizarnos de sus acciones. Ha hecho cosas equivocadas durante el tiempo de pandemia". Con esas palabras, Nick Kyrgios criticaba a Novak Djokovic por la última de sus polémicas, que tiene que ver con sus quejas respecto a la cuarentena que cumplen los tenistas llegados de otros países en Australia.
Bien es cierto que Kyrgios ha tomado como costumbre atacar a Djokovic, el actual número uno del mundo, sin embargo, no ha sido el único en los últimos días. Sin ir más lejos, Rafa Nadal le lanzaba un dardo sin nombrarle respecto al mismo tema:
"No he oído hablar a ningún jugador de Melbourne que algunos tienen habitaciones mucho mejores que otros. No he visto a ninguno de los que se han quejado tanto de las condiciones de Adelaida quejándose de las condiciones de los más de 20 tenistas confinados sin entrenar", dijo el tenista español.
Djokovic vuelve a estar en el punto de mira y no es la primera vez desde que explotara la pandemia. 'Nole' siempre había sido una voz autorizada en el circuito, es más, era el presidente del consejo de jugadores ATP desde 2016. Pero el pasado mes de agosto se vio obligado a renunciar por petición de sus propios compañeros y, desde entonces, las críticas no le han dejado de llover.
Adria Tour y la vacuna
Han sido meses duros para Djokovic. Un 2020 muy tenso en el que solo pudo celebrar el Abierto de Australia (de los grandes títulos), celebrado antes de la pandemia. Luego se paró la competición y quiso ser uno de los 'cabecillas' en la reanudación del tenis. Lo hizo con su Adria Tour, famoso por la enorme bola que se fue haciendo a base de contagios y escándalos por no respetar las medidas sanitarias, fiestas clandestinas y un largo etcétera. El propio Djokovic fue uno de los que acabó 'pillando' el virus.
Eso fue al comienzo del verano, pero antes, en abril, se negaba ante una posible vacuna: "Personalmente estoy contra la vacunación, y no me gustaría que alguien me obligue a vacunarme para poder viajar. Pero si esto se convierte en una obligación, ¿qué va a pasar entonces? Entonces tendré que tomar una decisión", decía en una charla con deportistas serbios. Y desde entonces, no ha rectificado públicamente ni se ha mostrado favorable a la vacunación.
La pandemia ha convertido a Djokovic en el enemigo público número uno en el mundo del tenis. De poco le sirvió crear la Asociación de Jugadores de Tenis Profesionales (PTPA) para "expresar las opiniones de los jugadores menos conocidos". Los 'palos' le han seguido lloviendo por sus quejas en público y su forma de actuar ante la pandemia de la Covid-19 en lo privado.
Polémico en Adelaida
Y es que otra imagen de Djokovic, esta más reciente, de solo hace unas semanas, le volvió a poner en el foco de la crítica. En Adelaida, yendo a entrenar sin mascarilla. Otra vez le cayeron críticas, como la de (como no) Kyrgios: "Djokovic es una marioneta. Es una escena ridícula", respondía al vídeo en el que aparecía Djokovic montado en el coche de la organización saltándose el protocolo y sin la mascarilla obligatoria.
Djokovic recibió ataques por la carta que envió a las autoridades pidiendo 'favores' respecto a la cuarentena de los tenistas localizado en Adelaida, donde están los mejores tenistas para tenerlos controlados y evitar contagios. En Melbourne, en peores condiciones, están el resto. Como ya hemos mencionado, a 'Nole' le respondería hasta Nadal con una indirecta por su comportamiento.
La reacción de Djokovic a las críticas no ha sido la mejor y lo pone realmente complicado para dejar de ser el villano del último año. El serbio estalló porque cree que se malinterpretó su carta en Adelaida: "Cuando veo este tipo de cosas, me pregunto si simplemente debería sentarme y disfrutar de mis beneficios en lugar de prestar atención a las dificultades de otras personas", dijo. La pandemia no le ha traído nada bueno a su imagen, desde luego. Sus verdaderas intenciones solo las conoce él.