¿Le ha sorprendido a Carlos Alcaraz salir como un tiro tras pasarse 14 días encerrado en una habitación de hotel?
“No, no estoy sorprendido”, respondió el joven de 17 años este miércoles después de tumbar a David Goffin (6-3, 6-3) para meterse en los octavos de final del Melbourne 1. “En la cuarentena intenté mantenerme bien físicamente. Tuve un plan de trabajo todos los días. Lo fui siguiendo al pie de la letra y eso me ha ayudado a estar bien físicamente”, prosiguió el español. “Haber ganado a Goffin me da mucha confianza para mis siguientes partidos. Las sensaciones que tengo son muy buenas. Estoy con ganas de seguir adelante”.
Después de superar la fase previa del Abierto de Australia en Doha, logrando con 17 años su primera clasificación para el cuadro final de un Grand Slam, Alcaraz se montó en un avión rumbo a Melbourne con el sueño de estrenarse en un escenario grande. Pocas horas después de aterrizar, sin embargo, se encontró con una noticia que alteró los planes que había hecho: un positivo de covid-19 en el vuelo QR7485 de Qatar Airways que terminó con todos los pasajeros obligados a realizar una estricta cuarentena de 14 días, sin poder salir a entrenar cinco horas como muchos otros jugadores.
En consecuencia, Alcaraz comenzó el aislamiento en solitario en su habitación del Grand Hyatt y se enfrentó al desafió de mantenerse en forma en apenas 25 metros cuadrados. A diario, y en dos turnos (mañana y tarde), el español trabajó en su físico con la ayuda de Alberto Lledó y Alejandro Sánchez, sus preparadores. A veces a través de FaceTime, a veces siguiendo los ejercicios que ellos le habían dejado por escrito, Alcaraz se ayudó de todo lo que encontró, a cualquier cosa le encontró utilidad: la bicicleta estática y las cintas TRX que Tennis Australia le proporcionó, sus bolsas de viaje para hacer fuerza o incluso el colchón de la cama como improvisado frontón.
Así fue pasando los días Alcaraz, compaginando sus rutinas con clases de inglés y de la autoescuela, hasta que encontró el estímulo que terminó de impulsarle: Juan Carlos Ferrero, su entrenador y ex número uno mundial, pasó a ocupar la habitación contigua a la suya, con ambas estancias comunicadas por una puerta interior. Si hasta ese momento al español le había costado sacar adelante la doble sesión de trabajo en solitario, el apoyo de Ferrero supuso un trampolín estupendo que le permitió superar el resto de la cuarentena sin problemas.
El miércoles, Alcaraz se convirtió en el jugador más joven en derrotar a un top-15 desde Richard Gasquet (venció a Nicolás Massú en 2004). Luego se sentó ante los periodistas y mantuvo el discurso valiente que le distingue (“siempre entro a la pista pensando que puedo ganar, sea el rival que sea”). Finalmente, se marchó a dormir tras conocer un positivo que amenaza su continuidad en un torneo que debería haberle visto jugar este jueves los octavos de final ante Thiago Monteiro y del Abierto de Australia, su primer grande como profesional.