Naomi Osaka confirmó este sábado que el peso del tenis femenino recae sobre sus hombros. En la final del Abierto de Australia, la japonesa derrotó a Jennifer Brady (6-4, 6-3) para levantar el cuarto grande de su carrera. A los 23 años, Osaka ha ganado un Grande Slam cada temporada desde 2018, la consistencia que todas sus rivales por el trono han sido incapaz de encontrar. [Narración y estadísticas]
Osaka y Brady jugaron dominadas por los nervios casi todo el primer parcial, lejos del nivel que habían demostrado durante todo el torneo. Un arrebato de inspiración de la japonesa cuando el set se acercaba a los momentos decisivos (4-4), le dio el break que buscaba para ponerse con la ventaja que buscaba (5-4) y echarle el lazo a esa primera manga.
A continuación, Osaka se disparó en el marcador, propinándole un 4-0 a la estadounidense para acercarse al título a toda velocidad. Solo un pequeño golpe de nervios de la japonesa retrasó lo inevitable: que Osaka volviese a levantar de nuevo un título que se ha ganado por merecimiento.