Garbiñe Muguruza ha sido apeada de su sueño en Doha por la vía rápida tras en la final del torneo catarí frente a Kvitova. La tenista hispano-venezolana ha sucumbido con claridad por un resultado de 6-2 y 6-1 y se despide así de un torneo más sin haber podido conseguir el título, pero habiendo dejado buenas sensacione.
A pesar de que el torneo realizado por Muguruza ha sido muy bueno y que su nivel en este 2021 está siendo bastante alto, empieza a ser un hándicap muy importante el derrumbamiento que sufre en las finales en la última parte de su carrera deportiva. Ya suma siete finales consecutivas sin morder un trofeo, lo que hacen casi dos años de sequía.
No ha podido ser, esta vez tampoco. Garbiñe Muguruza cierra otra buena participación en un torneo, pero los títulos no llegan. Desde la última final ganada en Monterrey han pasado ya casi 700 días y la tenista hispano-venezolana sigue sin encontrar la senda del triunfo, y eso que las sensaciones de este comienzo de temporada están siendo casi inmejorables. Así lo han sido durante todo el torneo de Doha y así lo eran antes de la final frente Kvitova. Era favorita, pero la tenista checa se ha impuesto con solvencia en un partido que no ha tenido color.
Kvitova suma su segundo entorchado en la ciudad catarí y engrosa su palmarés con el vigésimo octavo trofeo de su carrera, algo que no hacía desde el año 2019. Buena inyección de moral para la jugadora zurda de cara a próximos objetivos con más enjundia. El resultado, un contundente 6-2 y 6-1 ante una tenista de nivel como Garbiñe, también supone una gran inyección de moral.
Muguruza no tenía el apoyo de su entrenadora Conchita Martínez, aislada por su positivo por coronavirus. Sin embargo, el guion del partido parecía claro. Parecía, porque Kvitova repitió el mismo desenlace que en la final de 2018 cuando ambas tenistas se vieron la cara luchando por el halcón dorado. El plan de mover a la jugadora checa estaba presenta en la mente de la hispano-venezolana, pero no se pudo plasmar sobre la pista.
El tercer juego del primer set fue una de las grandes claves del partido, ya que Kvitova consiguió levantar hasta dos bolas de break y con ello consolidó su liderazgo en la pista, mucho más tranquila y serena durante todo el enfrentamiento. Además, Muguruza, que no estaba acertada en sus golpes, fallaba demasiado, especialmente con el revés, y se desangraba en la lucha por el título. Sin titubeos, Kvitova se apuntaba la primera manga.
Kvitova no cede
Garbiñe, a pesar de estar descolocada mentalmente, conseguía mostrar algo de su talento y rompía el servicio de la checa en los primeros compases de la segunda manga. Sin embargo, hasta ahí había llegado su reacción. Kvitova sacaba el rodillo y no daba opción a la hispano-venezolana, que no supo encontrar nunca el tempo del partido. Los juegos fueron cayendo en su contra uno detrás de otro y su favoritismo terminó convirtiéndose en una sonora paliza.
La expresión corporal de la tenista de Bilovec demostraba también su aplastante superioridad mientras Garbiñe encadenaba preocupantes dobles faltas al servicio. El grito de victoria de Kvitova resonó en toda la ciudad de Doha que cerró el duelo con seis juegos seguidos en el segundo set.
Ahora, la siguiente parada de Garbiñe Muguruza será el WTA 1000 de Dubai, primero del curso, en el que tendrá una excelente oportunidad de llevarse el triunfo si no pierde su buen nivel debido a las sonadas ausencias de Barty, Osaka, Halep, Kenin y Serena Williams.
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