La sensación de que Roger Federer se prepara para un último intento de asaltar algo grande ha ido ganando fuerza con cada movimiento que el suizo ha dado esta temporada. Cerca de cumplir 40 años, el campeón de 20 grandes volvió al circuito en marzo en el torneo de Doha tras más de 400 días ausente, después de someterse a una doble artroscopia en la rodilla derecha, y luego renunció a jugar más hasta la gira europea de tierra batida, donde eligió Ginebra como preparación para Roland Garros, por encima de Montecarlo, Madrid y Roma. Así, el suizo debuta este martes en París frente a Denis Istomin (7-0 en el cara a cara) con tres partidos disputados este año (1-2, 0-1 en arcilla) y una pregunta enganchada a su raqueta: ¿hasta dónde puede llegar?
“Soy realista: sé que no ganaré Roland Garros”, dijo Federer antes de estrenarse en París. “Por supuesto, seguro que han pasado cosas más extrañas en la historia de este deporte, pero no recuerdo a nadie que haya jugado el torneo teniendo 40 años y llevando uno y medio fuera del circuito”, añadió el suizo. “El objetivo no es Roland Garros, es la temporada sobre hierba. Todo está pensado para esa gira y lo que resta de año. Quiero intentar jugar el máximo de partidos posibles para llegar de la mejor manera posible a Wimbledon”.
Federer, opinan en los corrillos del vestuario, juega en París porque necesita partidos en las piernas para llegar preparado a Wimbledon, su gran reto de la temporada, sin lugar a dudas el Grand Slam donde tiene más oportunidades de aspirar al título y firmar otra gesta imposible. Nada mejor que París (encuentros en tierra batida al mejor de cinco mangas) para ganar los pulmones que le exige un torneo de dos semanas y sumar los momentos importantes que le permitan afinar la toma de decisiones en los puntos cruciales de los cruces apretados, algo que los entrenamientos no pueden darle.
“Sinceramente, no creo que jugase un mal partido contra mí en Ginebra”, reflexionó Pablo Andújar, el único que se ha enfrentado a Federer sobre tierra batida en 2021. “Él gestionó los momentos de tensión un poco peor de lo habitual, pero es lo normal cuando llevas tanto tiempo sin jugar. Por muy bueno que seas, esas pequeñas dudas en los momentos de tensión acaban resultando clave, pero ni muchísimo menos está en mala forma”.
“Es normal que la derrota de Federer en Ginebra haya sorprendido a muchos”, aseguró Marc Rosset, director deportivo del torneo, al Tribune de Genève. “Cuando volvió en el año 2017, lo hizo a un nivel increíble. Esa situación no fue muy normal. No puedes estar fuera durante 15 meses y luego comenzar a ganar torneos. Federer necesitará tiempo y también muchos partidos para volver a su mejor nivel, así que debe ser tolerante consigo mismo y seguir entrenando como hasta el momento”.
Lo dicen los números: Federer es uno de los mejores jugadores de la historia sobre tierra. El suizo ha llegado al menos a cuartos de final en Roland Garros en 11 de sus últimas 12 participaciones. Es el tercero en la clasificación de jugadores con más victorias en el torneo (70, por las 100 de Rafael Nadal y las 74 de Novak Djokovic) y ocupa esa misma posición en la lista de tenistas en activo con más títulos en arcilla (11) y en la de mayor porcentaje de triunfos en la superficie (75,9%).
Motivos para no sorprenderse si el suizo se abre paso en Roland Garros.