"Ya veremos qué es lo siguiente". Con esas palabras se refirió Rafa Nadal a su participación en Wimbledon tras caer derrotado en Roland Garros ante Novak Djokovic. Su presencia en el All England Club está en el aire, como también lo está en los Juegos Olímpicos sin haber novedades desde que admitiera que tenía dudas allá por la primera mitad del mes de mayo.
Nadal valora qué hacer. Después de su eliminación en Roland Garros se fue a descansar unos días de vacaciones. "Necesito darme unos días de tranquilidad", dijo en su despedida de París. A solo dos semanas de Wimbledon, Rafa no se veía "ni con el físico ni con la claridad mental" para decidir en el momento si jugará o no en Wimbledon. Su decisión deberá llegar en los próximos días.
¿Por qué duda Nadal? Primero lo que él mismo dijo: "El cuerpo después de luchar cada semana durante dos meses por objetivos claros te da un bajón. Wimbledon es en dos semanas. Es diferente a cuando tenía 25, 26 o 27 años. Ahora tengo 35. Hay que ver cómo me recupero antes de tomar la decisión", decía un Nadal consciente de las limitaciones que marca ya su cuerpo y que debe medir al detalle.
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Las dudas de Nadal
Pero hay más razones que le llevan a valorar seriamente no acudir a Wimbledon por segundo año consecutivo (en 2020 se suspendió el torneo por la pandemia), algo que por otra parte no se ha visto hasta ahora a lo largo de su carrera deportiva. La última vez que faltó fue en 2016 por lesión y también se ausentó en 2004 y 2009.
Nadal ve cómo se ha quedado sin tiempo para preparar Wimbledon. Que Roland Garros se retrasara una semana para que hubiera público en las gradas no vino bien al calendario, con un espacio muy reducido entre un Grand Slam y otro. Necesita tiempo para descansar esta semana y nunca juega la semana previa (podría hacerlo en su casa, Mallorca) a uno de los 'grandes' del circuito.
"No estoy preparado para ponerme a entrenar en hierba en tres días, que es lo que tendría que hacer para estar jugando un torneo en hierba en una semana. Es algo insostenible", se sinceraba un Nadal que reflexiona estos sobre si merece la pena acudir a Wimbledon.
Por si fuera poco, las fuertes restricciones de Wimbledon respecto a la pandemia obligan a los tenistas a alojarse en hoteles oficiales durante la competición. Eso significa que Nadal, así como otros nombres importantes del circuito, no podría cumplir con su tradición de alquilar la misma casa cercana al All England Club en la que siempre se ha alojado cuando ha jugado el Grand Slam británico.
España en los Juegos
Para los Juegos queda mes y medio por delante, pero Nadal no lo tiene claro o, al menos, así era hace unas semanas: "No sé todavía, no puedo dar una respuesta clara porque no lo sé. En un mundo normal nunca pensaría en perderme los Juegos, claro, todos sabemos lo importantes que son para mí. En esta situación, no sé, veremos en un par de meses", decía en mayo.
Las cuatro plazas de España para los Juegos Olímpicos correspondían, en teoría, a Rafa Nadal, Roberto Bautista, Pablo Carreño y un Alejandro Davidovich que dio el salto en el ranking por su gran actuación en Roland Garros. Sin embargo, este martes se conocía la renuncia de Bautista con el objetivo de "encontrar un equilibrio en el intenso calendario que tenemos los tenistas". Le sustituiría, a priori, Albert Ramos.
Quedarse sin Wimbledon y sin Juegos serán un duro golpe que a muchos les cuesta imaginarse cuando se habla de Nadal y más si es por voluntad propia. Pero todo puede pasar. Sin pasar por Londres llegaría más descansado a la cita olímpica, pero al tenista de Manacor lo que le preocupa son las restricciones y todo lo que le pueda repercutir tanto física como mentalmente durante su estancia en Tokio.
Además, de llegar a la final que se jugaría el 30 de julio, solo unos días le separan del arranque de la gira americana. Los Masters 1.000 de Cincinnati y de Canadá son dos fechas claves, a dos semanas de los Juegos y con un calendario tan congestionado que no da un respiro a nadie. El 30 de agosto es la fecha en la que comienza el cuarto Grand Slam de la temporada, el segundo que más veces ha ganado (4), el Abierto de Estados Unidos.
Nadal tiene que elegir y tiene que hacerlo bien. Wimbledon, Juegos o ninguno. El calendario es duro y a sus 35 años se ha convertido en un puzle para un tenista como él en busca de las piezas que encajen y que le permitan seguir aspirando a ganar más Grand Slams y, sobre todo, escapar de las lesiones.
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