A pesar de que los Juegos Olímpicos centran casi toda la atención durante estos días, hay muchos deportistas que siguen teniendo su mente puesta más allá, en busca de objetivos que van más lejos de los propios aros olímpicos. Si hay un deporte que especialmente ha dejado de lado a la cita de Tokio ese ha sido el tenis.

Han sido muchos los jugadores que han decidido renunciar a la pelea por las medallas olímpicas y mirar hacia el futuro más cercano una vez pasado el gran evento, donde se dibuja al fondo la gira americana. Unos por descanso y otros por lesión, pero la realidad es que los Juegos Olímpicos han perdido a muchas grandes raquetas.

Los ejemplos más notables son sin duda los de Rafa Nadal y Roger Federer, que han dejado a Novak Djokoviccomo único representante del mítico 'Big Three'. Sin embargo, no han sido los únicos, ya que otros como Dominic Thiem, Matteo Berrettini o Roberto Bautista no estarán en Tokio. En el cuadro femenino también habrá ausencias significativas como las de Serena Williams o la de la joven promesa Coco Gauff. No obstante, a muchos de ellos sí se les espera en la gira americana y, especialmente, en el US Open.

Rafa Nadal con Federer en Wimbledon 2019

Vuelve la normalidad

El US Open se está convirtiendo en un torneo referencia durante los últimos años, ya que le está tocando tomar el protagonismo en los tiempos más difíciles, los de la pandemia de la Covid-19. Ya en el 2020 tomó el mando en la vuelta de las competiciones siendo el primer gran evento que se celebraba después de unos meses muy difíciles en el circuito, de incertidumbre y de ausencia de deporte y casi de la vida tal y como se conocía.  

La edición del pasado curso se disputó sin la presencia de público, en unas condiciones realmente extrañas, con mucho miedo por la situación sanitaria y buscando poner la mayor de las cautelas donde todo eran dudas y donde pocos sabían cómo se iban a desarrollar los próximos meses.

Esta temporada, el US Open volverá a ser un punto muy especial en el circuito ya que se tratará de lo más cercano a la vuelta a la normalidad. Un torneo casi sin restricciones, con presencia de público al 100% del aforo en la fase final y que supone una luz verde a la esperanza y al futuro tanto del deporte como de la propia sociedad. Este US Open además servirá para culminar ese proceso de la vuelta a la normalidad que se producirá durante toda la gira americana y que verá su obra definitiva en el torneo neoyorquino.

Una imagen del interior de Flushing Meadows, donde arranca el US Open Shannon Stapleton Reuters

Adiós a las 'burbujas'

La medida más importante que se implantará en el nuevo US Open es la de la eliminación de un concepto que ha sido parte vital en el día a día de los deportistas en los últimos meses. Las famosas 'burbujas' sanitarias, grupos cerrados de personas con acciones y movimientos restringidos para intentar evitar y reducir el contagio de los deportistas.

Sin la obligación de tener que permanecer en 'burbujas', la atracción de los tenistas hacia este torneo ha sido impactante, sobre todo después de ver la difícil situación que se ha vivido en los últimos tiempos y en especial la que se está viviendo en los Juegos Olímpicos. Tal y como adelantaba MARCA, la decisión de la USTA y de la dirección del torneo de Flushing Meadows ha sido apostar por un futuro sin ‘burbujas’, lo que permitirá a los jugadores tener una mayor libertad.

Una de las consecuencias que tiene esa mayor libertad será que puedan moverse libremente por la ciudad de Nueva York y acudir a zonas como Manhattan, algo que no pudieron hacer en la edición del 2020. De hecho, los dos hoteles ofrecidos por la organización estarán en esta espectacular parte de la ciudad. Son el Intercontinental Barclay y el Lexington Autograph, elegidos como las residencias oficiales.

USA TENNIS US OPEN 2018 JUSTIN LANE Agencia EFE

Sin embargo, los tenistas podrán alojarse junto a sus equipos en otros hoteles o en casa privadas que ellos mismos busquen con total libertad. Solo habrá restricciones de comodidad en función de su elección, ya que la dirección del torneo solo habilitará transportes para los dos hoteles seleccionados. Además, la estancia en las habitaciones del Intercontinental Barclay y del Lexington Autograph sí correrán a cargo de la organización, mientras que el resto de alojamientos tendrán que costearse de forma individual por los jugadores. Esta posibilidad de decisión supone otro gran avance respecto a la pasada edición o respecto a otros torneos donde la capacidad de maniobra era mucho más reducida. 

Los avances sanitarios

El hecho de poder gozar este tipo de facilidades que no se han visto en torneos anteriores y que casi no han tenido presencia en el último año y medio no solo se debe a la adaptación del US Open a los nuevos tiempos y al avance de la situación sanitaria en el mundo y en el país, sino a unas mejoras sanitarias que son un hecho en la mayoría de los jugadores.

Por ello, tanto USTA como la organización del Grand Slam americano consideran a los jugadores como unidades ya vacunadas o que han tenido opción de hacerlo, por lo que son confiables de poder relajar estas medidas tan restrictivas que había hasta ahora. Las medidas se han relajado notablemente y, por ejemplo, aquellos jugadores que puedan acreditar que ya han sido vacunados no tendrán que pasar pruebas PCR a su llegada al país y podrán tener una estancia en Estados Unidos mucho más relajada. Además, esta medida se amplia también a las personas de los equipos que también hayan recibido su dosis del antídoto. Se forma, los contactos estarán mucho más permitidos.

La situación es realmente esperanzadora y desde el US Open confían en que salga bien. Por ello, no es de extrañar que estas condiciones tan atractivas hayan servido para captar la llamada de las grandes estrellas del circuito que se han mostrado mucho más positivas a acudir al torneo estadounidense de lo que lo han sido para afrontar los Juegos Olímpicos de Tokio. El último Grand Slam de la temporada ha ganado así la importancia de la batalla y de la relevancia.

Una vacuna de AstraZeneca

Sigue habiendo peligros

A pesar de que la situación es positiva y de que todo se ha hecho en favor de una mejor aceptación de los tenistas, sigue habiendo peligros que tendrán que ser tomados muy en serio. La relajación de las restricciones supondrá también, en contraposición, un aumento de los riesgos y, por lo tanto, lo que podría ser un paso atrás histórico porque sigue habiendo peligros.

La libertad de movimientos será mayor hasta el punto de que los tenistas podrán alojarse donde quieran y reunirse con quien deseen. Por ello, la organización ha recomendado y casi pedido que no se compartan habitaciones, estancias y espacios con personas que se tenga la certeza que todavía no se han vacunado. Por ello, a pesar de la liberación que vivirá el tenis en un torneo histórico, la reglamentación sigue siendo inflexible con los contagios y un positivo seguirá siendo motivo de expulsión del torneo sea cual sea la situación.

A pesar de haberse recuperado una cierta libertad, la USTA sigue rogando a los tenistas y a sus entornos reducir los riesgos para evitar males mayores durante la celebración del torneo. Además, desde la organización se teme de forma importante que la resaca de los Juegos Olímpicos, donde se han registrado más positivos de los esperados en muchas disciplinas, pueda terminar reflejándose en una gira americana que concluye en el US Open con la ansiada vuelta a la normalidad.

[Más información: Djokovic y el reto de ser el más grande de la historia: del Golden Slam a los récords de Nadal y Federer]

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