La tensión en el US Open continúa con el cruce de acusaciones entre Garbiñe Muguruza y la tenista checa Barbora Krejcikova. La española, que cayó en el duelo de octavos de final, acusó a su rival de haber simulado la gravedad de una lesión para parar el ritmo del partido. Krejcikova, que ha caído en cuartos, ha respondido asegurando que se sintió "humillada" y que sus problemas físicos fueron reales.
"Fue algo muy negativo, pero es lo que hay. No me lo esperaba, no sé cómo decirlo. Simplemente no esperaba que se me acusara así", se ha defendido tras perder ante Sabalenka a las puertas de las semifinales del US Open. La checa destacó que se sintió "humillada por una campeona de Grand Slam", "algo que nunca había visto".
"Estoy triste porque cuando salí de la pista me llevó una hora llegar al vestuario", ha espetado. Tal eran los dolores musculares que sufrió que un simple camino se le hizo eterno, según Krejcikova. "Estaba muy mal, me daban calambres. me sentía realmente mal". Sensaciones que nunca había sentido y que la llevaron a pedir ese tiempo médico que acabó rompiendo la dinámica de Garbiñe.
La tenista española, sin embargo, se lo trasladó en primera persona. Nada más terminar el partido la tensión se trasladó a la red, donde habitualmente ambas tenistas se saludan para despedirse en la pista. En ese momento, Garbiñe Muguruza le dijo a la checa que fue "poco profesional" al haber estado cerca de seis minutos con el juego parado. Pese a que Krejcikova fue acompañada a vestuarios con los servicios médicos, Muguruza no terminó de creerse los mareos, calambres y molestias de las que se quejaba su rival.
El enfado de Muguruza, en gran parte, se explicó con su adiós a un nuevo Grand Slam. La española había perdido el primer set con un 6-3 y estaba sacando para ganar el segundo con un apretado 5-6. De haberlo ganado, Muguruza habría podido forzar el tercer set. Sin embargo, la checa se marchó a vestuarios y el partido cambió por completo. Krejcikova se llevó la segunda manga con un 7-5 y puso fin a la estancia de Garbiñe Muguruza en la pista dura del US Open.
El último Grand Slam de la temporada concluyó con mal sabor de boca para Garbiñe Muguruza, que encara ya un nuevo año donde encontrar su ansiada estabilidad. Durante el US Open, pese a ese duro final, ya demostró un mayor control en la pista. Volver a estar en lo más alto es el gran reto que tiene por delante.
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