China se ha paralizado por el escándalo que ha destapado la tenista Peng Shuai, quien fuera número 1 del mundo en el ránking de dobles y que ha señalado de lleno al gobierno del país, provocando un auténtico cisma en el país. Agresiones sexuales y censura a través de redes sociales que han servido para descubrir un caso que ha avergonzado y abochornado a la sociedad en referencia a la actuación de su gobierno.
Peng Shuai es una reputada tenista china que ha vivido los mejores años de su carrera en el cuadro de dobles y que ahora está viviendo un auténtico calvario que amenaza con poner fin antes de tiempo a su trayectoria deportiva. Peng llegó a ser número 1 del mundo, un hito que no había conseguido nunca antes ningún tenista del país en ninguno de los diferentes ránking que tienen tanto la ATP como la WTA.
Sin embargo, Peng teme que este escándalo que está viviendo y del que es víctima suponga un duro golpe para su carrera, la cual había quedado tocada tras la pandemia. De hecho, Shuai no ha vuelto a jugar desde que estallara la crisis mundial por la irrupción de la Covid-19.
Ahora, tras enfrentarse al exvicepresidente y ex viceprimer ministro chino Zhang Gaoli sobre el que pesan acusaciones realmente graves, teme que sus días en el tenis profesional hayan terminado por el comienzo de una persecución por órdenes de las altas instancias del país. Peng vivió sus mejores días en la pista entre los años 2013 y 2014, cuando llegó a proclamarse ganadora de dos Grand Slams en la categoría de dobles saliendo vencedora tanto en Roland Garros como en Wimbledon.
Denuncia por agresión sexual
Peng Shuai ha denunciado a través de sus redes sociales las agresiones sexuales de este ex alto cargo del país, lo que se traduce en un escándalo de estado realmente grave y que ha creado conmoción de toda China. En el mensaje publicado por Peng se definen estas acusaciones de manera que Zhang Gaoli había obligado durante años a mantener relaciones sexuales a esta deportista de gran prestigio en el estado.
Tal y como cuenta la propia Shuai, estos encuentros se prolongaron desde el año 2012 hasta 2017. Además, llama la atención la diferencia de edad entre los dos implicados, ya que la tenista tiene 35 años, mientras que el exvicepresidente tiene ya 75.
Los primeros encuentros se produjeron después de un encuentro en la residencia oficial del exvicepresidente, cuando este invitó a una recepción a Peng con motivo de sus éxitos deportivos. El motivo de esta visita era invitar a la jugadora a intercambiar unas bolas con la mujer del político chino, gran aficionada al tenis. Sin embargo, Zhang Gaoli aprovechó la presencia de la tenista en su residencia para dar comienzo a estos escarceos y presionarle para que no contara ni denunciara lo sucedido.
A partir de ese momento se produjeron con cierta regularidad unos encuentros en los que, en palabras de la propia Peng Shuai, Zaoli le obligaba a mantener relaciones contra su voluntad, ya que en ningún momento expresó su deseo de entablar una relación extramatrimonial con el alto cargo del gobierno chino. La jugadora ha confesado ahora que ha explica su situación con lágrimas en los ojos teniendo en cuenta el sufrimiento que ha pasado y el miedo que ha tenido a denunciar estos casos de abusos.
Un escándalo de estado
Ahora, años después de que supuestamente hayan terminado estos encuentros que han hundido en la más profunda tristeza y desesperación a Peng, se ha producido una denuncia que ha llegado a través de las redes sociales, lo que ha provocado que en cuestión de segundos haya sido pública y notoria la situación. De echo, la noticia del sufrimiento de Peng ha tardado realmente poco en dar la vuelta al mundo.
Además de ser un hecho realmente importante, se ha producido contra una atleta de primerísimo nivel, historia del deporte chino y que se ha convertido en la última década en todo un icono. Y quien está implicado es un antiguo alto mando del gobierno de un país que no tiene la libertad de expresión entre los valores que más respeta.
Por esta razón, la denuncia realizada por Peng a través de la red social Weibo, muy parecida a una red social más conocida por todos como es Twitter, ha sido borrada en cuestión de minutos en un claro caso de censura que ha provocado que estalle una corriente de todavía mayor vergüenza y decepción al comprobar cómo funcionan en primera persona los hilos que mueven el país en la sombra.
Con la intención de silenciar esta historia que ha provocado todo un escándalo de estado y un bochorno difícil de ocultar, se han llegado a borrar incluso los comentarios que habían girado en torno a la publicación de Peng en Weibo, así como los mensajes de muchas personas que habían utilizado la publicación de Shuai para dar visión a su caso y hacerse eco de su denuncia.
El estallido de esta campaña del gobierno chino por silenciar el escándalo de su alto cargo ha chocado frontalmente con el intento de la sociedad china y de las personas que se han puesto del lado de Peng por hacer que su historia llegue cada vez a más gente para intentar terminar con este tipo de sucesos.
Miedo a la persecución
Si Shuai tenía miedo a denunciar estos casos de abusos, más está sintiendo en estos momentos al conocer las medidas que ha tomado el gobierno chino de inmediato borrando sus publicaciones y silenciando su caso tirando de un acto de censura difícilmente imaginable en pleno Siglo XXI.
El objetivo de Peng no era otro que ayudar a más chicas y mujeres que pudieran ser víctimas de este tipo de situaciones ante personas con un gran poder como lo era Zhang Gaoli. Sin embargo, ahora tiene miedo a las consecuencias que esta denuncia pública tenga, tanto para su carrera como deportista, a la cual todavía no ha puesto punto y final a pesar de llevar muchos meses sin competir, como para su vida.
Por ello, todavía no ha querido dar la cara de manera pública y prefiere mantenerse al margen de los acontecimientos. Varios medios de comunicación han querido hablar con ella, pero ha rechazado hacer cualquier tipo de valoración y de momento se mantiene y escondida en la sombra hasta que escampe un temporal que podría acarrearle un grave perjuicio. Su mayor problema, después de confesar entre lágrimas sus abusos, son las represalias que puedan tener unas palabras que han destapado un gran escándalo en China con una deportista que bien merece una despedida de leyenda.
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