Emilio Gómez, hijo del legendario Andrés Gómez, campeón de Roland Garros en 1990, pudo meter a España en un lío en la fase final de la Copa Davis. En el segundo encuentro de la serie ante Ecuador, Pablo Carreño remontó 5-7, 6-3, 7-6 y evitó una derrota que habría dejado a selección tiritando. El número 149 mundial, en cualquier caso, no se marchó de vacío: consiguió arrancarle un set al gijonés y rompió los planes iniciales de La Armada, que pasaban por ganar los tres encuentros sin ceder una sola manga. Así, y aunque Carreño amarró la eliminatoria (2-0, a continuación se jugará el punto de dobles), ese parcial podría ser decisivo si Rusia termina como líder del grupo y España pelea el pase a cuartos de final con las otras segundas mejores naciones. [Narración y estadísticas]
“He tratado de dar el máximo”, dijo Carreño. “Al principio he sufrido porque él jugó a un buen nivel y yo estuve nervioso, agarrotado de piernas. He tenido que luchar hasta el final. Tiene un gran nivel aunque su ranking no esté entre los mejores”.
Carreño salió a jugar con la tranquilidad que le dio al equipo la victoria de Feliciano en el primer choque de la tarde. Pronto, sin embargo, aparecieron los problemas para el gijonés, que perdió su saque en el arranque del primer parcial (2-4) y lo recuperó (4-4) antes de terminar entregando ese set inaugural con una doble falta, sin acabar de asentarse en la pista, demasiado inquieto, muy lejos de su versión más reconocible.
Gómez, un tenista del montón, se mantuvo en el encuentro a derechazos, poderoso el drive del ecuatoriano, aprovechó la oportunidad y llegó a colocarse en rampa de lanzamiento hacia la victoria. Ante un Carreño desatinado, un pelín ansioso, el ecuatoriano llegó a estar 7-5, 3-2 y punto de break, una situación sin retorno para su contrario.
Entonces, el número 20 protagonizó un cambio de juego que nació en su fabulosa actitud: sin darle la cara al partido, incluso cuando vinieron muy mal dadas, siempre Carreño salió adelante para hacerse con el segundo set, propinándole un 4-0 de parcial a Gómez para seguir con vida.
Con todo de cara, corregida la trayectoria del cruce, Carreño se colocó 5-2 y sacó con 5-3 por la victoria, pero terminó echándole el lazo al encuentro agónicamente en un desempate a cara de perro que Gómez compitió entre temblores: con 4-4, una doble falta del ecuatoriano despejó el camino para que el español sellase la eliminatoria para La Armada.