Apostando por sacar y volear, un estilo de juego casi extinto en la era de la potencia, Feliciano López derrotó a Roberto Quiroz 6-3, 6-3 y le dio a España el primer punto de la eliminatoria ante Ecuador (1-0) en la fase final de la Copa Davis. Después de las bajas de Roberto Bautista (lesión abdominal) y Carlos Alcaraz (positivo en covid-19), el capitán Sergi Bruguera recompuso el equipo como pudo (llamó a Albert Ramos y Pedro Martínez de urgencia) y eligió para abrir la serie a López, un seguro de vida con la camiseta roja. El triunfo, de momento, mantiene viva la hoja de ruta de La Armada: el plan sigue siendo tumbar a Ecuador sin perder ningún set, por si Rusia se hace con el primer puesto del grupo y hay que jugarse la clasificación a cuartos con los mejores segundos (solo pasan dos). [Narración y estadísticas]
“Me considero muy afortunado de poder estar aquí representando a España, es un regalo de la vida”, dijo luego López. “De alguna manera, siento que el tenis me está devolviendo todo lo que le he dado, sigo en activo para vivir momentos así”, prosiguió. “No es muy normal que un tenista de 40 años siga jugando profesionalmente. He tenido mucha suerte, pocas lesiones en mi carrera. Me he cuidado mucho en los últimos años y mi tipo de juego quizás ayuda”, remarcó. “Me sentía preparado para hacerlo bien hoy”.
Con 40 años y en la etapa final de su carrera, Feliciano recibió con los brazos abiertos el caluroso ambiente del Madrid Arena (más de 7.000 personas) y se lanzó a por la red como náufrago que busca busca aferrarse al corcho para salvar su vida. El toledano, un enamorado de la competición, debutante en 2003 y ganador de cinco Ensaladeras, salvó cinco pelotas de break en el primer juego del cruce y creció en confianza según pasaron los minutos.
Refugiado en su saque, con picos de hasta 230 kilómetros por hora, y de volea en volea, López se fue a la conquista de la media pista y a Quiroz, 291 del mundo, se le apagó la luz. El ecuatoriano, un zurdo discreto (solo 10 victorias en el circuito ATP), penó para encontrar huecos por los que superar al español, que cubrió fantásticamente la red, estirándose de maravilla y deleitando a la gente con un abanico de sutilezas para paladares exigentes.
Impulsado por un mar de palmas, ondeando las banderas españolas en la grada, López no miró atrás y cerró la victoria sin sobresaltos, todo un regalo para el tercer jugador más logenvo en esta edición del torneo, solo superado por Robert Lindstedt (44 años) y Oliver Marach (41). A principios de la semana, Feliciano estaba disputándose una plaza en el punto de dobles. El viernes, después de todos los contratiempos a los que España se enfrentó en los últimos días, el toledano se convirtió en una pieza fundamental ganando su partido individual.