Novak Djokovic se ha convertido en el personaje del momento. Después de paralizar el mundo con su tenis, con sus 21 torneos de Grand Slam y con sus semanas de número 1, ahora lo ha hecho con su polémica situación en Australia, desde donde reclaman su deportación al no cumplir con la normativa sanitaria. Sin embargo, no está solo, ya que de su lado tiene a uno de los personajes más poderosos de su historia.
Se trata de Srdjan Djokovic. Con ese apellido, efectivamente, tiene muchas papeletas de ser familia suya. Pero no es su primo, ni su tío, ni su hermano, sino que es su padre, quien se ha erigido como el auténtico líder de una revolución encarnada en la figura de su hijo como símbolo de la libertad del los pueblos y las naciones.
'Nole', actual número 1 del mundo y vigente campeón del Abierto de Australia, no podrá defender su corona al tener que regresar a su país tras no haberse vacunado y no haber presentado correctamente los motivos que le darían su ansiada exención. Aunque habrá que esperar hasta el lunes para conocer el resultado definitivo del recurso que ha interpuesto, se hace difícil pensar en que el balcánico pueda estar a partir del día 17 de enero disputando el primer grande de la temporada.
Lo más probable es que tenga que estar en su casa de Serbia y que allí, junto a él calentándole aun más la cabeza, se encuentre su padre Srdjan, el gran instigador de esta corriente que se ha generado en torno a Novak. Su figura es muy influyente, no solo para el tenista, sino para todo el entorno que circula cerca de él.
Srdjan, el patriarca
El papel de Srdjan en toda esta historia es fundamental. Ha sido quien ha 'levantado en armas' a las masas para apoyar a su hijo. Quien ha enaltecido tanto a sus seguidores como a los colectivos anti-vacunas que han visto en el tenista serbio una figura mundialmente conocida a la que poder agarrarse para seguir sosteniendo su visión de la situación. Sin embargo, con mayor o menor razón, todos ellos han sido marionetas en manos de Srdjan, que lleva días moviendo los hilos a su antojo para hacer cuando más ruido mejor.
El padre del número 1 del mundo ha calificado a Djokovic de muchas maneras en las últimas horas. Las más llamativas, sin duda alguna, han sido sus comparaciones con Jesucristo indicando que 'Nole' también sigue vivo entre todos aquellos que le defienden a pesar de que Australia ha intentado 'crucificarle' de manera pública.
En sus continuas comparaciones mientras alentaba las masas altavoz en mano y sujetando pancartas en defensa de su hijo, situó la figura de Djokovic como un icono de la paz y la libertad mundial frente a aquellos que dictan las normas y que pretenden obligar a los ciudadanos a seguir unas leyes. De hecho, detrás del calificativo de Jesucristo le llegó el de 'Espartaco del mundo libre'. Desde luego que el señor Djokovic se ha trabajado un personaje que ya venía fraguando en los últimos años.
Srdjan, siempre protagonista
La realidad es que esta popularidad de Srdjan Djokovic no es nueva ni ha surgido ahora, sino que viene de lejos, ya que siempre le ha gustado inmiscuirse en la carrera de 'Nole' incluso cuando este no estaba de acuerdo con sus ideas. Porque también han tenido sus desencuentros. Lo que ahora son improperios contra el gobierno australiano al que acusa de tener a su hijo recluido y encerrado, antes eran críticas contra el establishment del tenis mundial, contra el circuito ATP o contra muchos de los rivales del número 1.
Su blanco preferido son especialmente los mayores oponentes históricos que ha tenido Novak. Es decir, Rafa Nadal y Roger Federer. Pero especialmente el suizo, considerado por muchos como el mejor jugador de la historia y al que ve como enemigo número uno porque le considera poseedor del trono que le pertenece a 'Nole'.
Srdjan ha cargado duramente contra el estilo de Federer, contra su relación con los aficionados y por qué siempre le prefieren por delante del serbio, contra su entendimiento con la prensa y por qué siempre recibe un trato de favor respecto al que tiene Djokovic y contra su edad. Srdjan no se ha cansado en los últimos años de llamar viejo a un Federer que sigue luchando contra sus lesiones para poder dejar lo que más le gusta en la pista y no fuera de ella, situación en la que se encuentra ahora.
El padre de Djokovic se ha caracterizado siempre por considerar a su hijo como el mejor, ya no solo por su talento y por sus éxitos, sino por la parte que le toca a él como progenitor del hipotético rey del tenis de todos los tiempos. Y para eso ha intentado derribar una y otra vez la intachable reputación del tenista helvético. Lo más suave que le ha dicho últimamente es que Roger no se retira porque sabe que Djokovic y Nadal le van a superar y que por eso prefiere arrastrarse para intentar arañar algún triunfo más.
El líder de un clan familiar que ha ganado fama y popularidad a raíz del talento con la raqueta de su hijo se siente ahora en una situación de poder y de privilegio con la que se cree capaz de cualquier cosa. De momento, ya ha conseguido hacer suyo un país, Serbia, que se pliega y se lanza a su voluntad sin mirar las consecuencias. No obstante, cuando ha visto que en Australia no ha podido hacer lo mismo, ha decidido iniciar una guerra mediática que podría terminar destrozando la reputación del mejor, que además, es su propio hijo.
El líder de Serbia
Lo más llamativo de todo es que Srdjan ha conseguido convertirse en el general de un país con tropas a su cargo. Este exjugador de tenis de mesa y destacado esquiador, casado con su mujer Dijana con la que posee una pizzería y que se ha dedicado también a gestionar parte de la fortuna de Novak, vive al calor de los focos que le permite tener su apellido, ese que está siendo el más nombrado en las últimas horas.
Haciendo gala de una gran pertenencia nacional, como siempre ha proclamado, ha conseguido que Djokovic se convierta en un icono para todo un país y para toda una sociedad que ha creado una legión en torno a sus ideas, las que él quiere proclamar, pues realmente, Novak todavía no se ha podido pronunciar y no sería la primera vez que lo hace para desmarcarse de lo dicho por su padre anteriormente.
Hasta el lunes no se sabrá lo que ha sucedido con Djokovic, pero lo que sí seguirá estando de actualidad es este personaje en el que se ha convertido el propio Srdjan, un exdeportista acostumbrado a recorrerse el mundo siguiendo los éxitos de 'Nole' y creándole enemigos allá por donde va, sin distinguir ni a quien a punta ni sobre quien dispara. Él mismo afirmó hace unos días que veía "improbable" que Djokovic pudiera jugar el Abierto de Australia porque conocía realmente cuál era la situación y las reglas, pero aun así ha preferido montar todo este circo que puede provocar un daño incalculable.
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