29 finales de Grand Slams. Rafa Nadal amplía su cuenta tras imponerse durante la madrugada de este viernes a Matteo Berrettini en el Abierto de Australia. Victoria del tenista español en semis tras sobreponerse a la reacción del italiano en el tercer set. Gracias a un 3-6, 2-6, 6-3 y 3-6, el de Manacor luchará el domingo por ser el mejor tenista de todos los tiempos.
Solo habrá una persona que pueda salir del Melbourne Park con 21 Grand Slams, más que nadie en la historia, y será Nadal. Con Roger Federer fuera de combate y Novak Djokovic en su casa tras el escándalo de la vacuna, Rafa tiene a los 35 años la oportunidad de hacer aún más grande su leyenda. Solo Daniil Medvedev, nº 2 del mundo, o Stefanos Tsitsipas, nº 4, protagonistas de la otra semi, se lo podrán impedir.
"Me siento de nuevo vivo", clamaba exultante Nadal tras el partido. "He sufrido y he luchado. Es la única manera de estar donde estoy hoy. Significa muchísimo estar otra vez en la final", añadía. Lo de Australia está siendo una guerra para él, aunque la lluvia le dio un respiro tras el golpe de calor sufrido en cuartos. El partido de este viernes, que duró dos horas y 55 minutos, se jugó con el techo cerrado por una fuerte tormenta.
Es la sexta final del Abierto de Australia para Rafa Nadal, que hasta ahora solo ha ganado la de 2009 (ante Federer). Trece años más tarde regresa al mismo escenario cuando solo unos meses atrás dudaba de su futuro profesional. Una lesión le hizo perderse toda la segunda mitad de la pasada temporada (Wimbledon y JJOO incluidos), pero el balear ha vuelto a dar una lección de lo que es no rendirse jamás.
Nadal se convirtió en el sexto tenista con más apariciones en la final de Melbourne Park y superó las cinco presencias del escocés Andy Murray, el local Ken Rosewall y el sueco Stefan Edberg. También se convirtió, con 35 años y 241 días, en el cuarto tenista más veterano en alcanzar una final en torneo major, y se situó por detrás de Rosewell, Federer y el australiano Mal Anderson.
Exhibición y garra
El plan de Nadal salió a la perfección de primeras. Berrettini se desesperó ante la persistencia del español sobre su revés, mientras que el de Manacor se reencontró en la primera manga con la mejor versión de su servicio.
En el segunto set siguió en su estado de gracia. Rompió el servicio por partida doble de forma consecutivo y se puso con un rotundo 4-0 arriba que pesaba sobre Berrettini. Más limpio todavía, Nadal cerró esta manga con solo dos errores no forzados.
Luego de esta exhibición inicial, se tuvo que sufrir algo. Berrettini, en sus primeras semifinales de un Abierto de Australia, debía reaccionar y lo hizo a través de su saque en el tercer set. Nadal dudaba como no lo hizo antes y cedió en uno de los puntos del partido tras encajar una inverosímil derecha paralela que le rompía el servicio. El 5-3 pasó a ser un 6-3 en el juego siguiente. El tenista romano se metía en el partido.
El cuarto set era el momento de no fallar y Nadal sacó aquello que mejor le define: la garra. Rafa aguantó las embestidas de un Berrettini que confirmaba su mejoría con 23 puntos consecutivos al saque y rompió su racha cuando más oportuno era. Robo de servicio para poner el 5-3 a su favor y devolverle la de la manga anterior en su siquiente saque. 476 días después de ganar su último Grand Slam (Roland Garros 2020), el exnúmero uno del mundo se metía en otra final.
Festejó con la misma ilusión con la que celebró aquel triunfo ante Roger Federer en las semifinales de Roland Garros de 2005 con 18 años al obtener su primera clasificación para una final de slam, pero esta vez tendrá la oportunidad de consagrarse como el tenista más laureado de todos los tiempos y superar la barrera de los 20 grandes. El domingo tiene una cita con la historia.
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