Rafa Nadal está imparable. El tenista español, cuarto cabeza de serie, necesito apenas 1 hora y 16 minutos para derrotar por 6-3, 6-2 al estadounidense Denis Kudla. Debut inmejorable del vigente campeón del Abierto de Australia en el Abierto Mexicano de Tenis, el ATP 500 de Acapulco.
Rafa ganó el 96 por ciento de los puntos con el primer servicio y sacó provecho de los errores no forzados de Kudla para acceder a octavos de finales, fase en la que se enfrentará este miércoles al estadounidense Stefan Kozlov, quien eliminó al búlgaro Grigor Dimitrov, por 7-6, 5-7, 6-3.
El ATP 500 de Acapulco ha sido ganado por Nadal en el 2005, 2013 y 2020; de conquistarlo este año alcanzará a su compatriota David Ferrer y al austríaco Thomas Muster como los máximos ganadores de títulos, con cuatro cada uno.
Inicio de torneo tranquilo para Nadal, que aseguró este martes que regresar al número 1 del ranking ATP no le interesa en este punto de su carrera y no se plantea luchar por ello. "Esa época pasó, definitivamente. Los problemas físicos me privaron de terminar algunos años en el número uno; no voy a perseguir ese objetivo, sería un error", dijo en rueda de prensa.
Cuadro muy favorable
Kudla entró al torneo en sustitución del Reilly Opelka, quien pasa por un gran momento de forma, Kozlov llegó por el estadounidense Maxime Cressy, de buen rendimiento en el Abierto de Australia y el italiano Matteo Berrettini, posible contrario de Nadal en cuartos de final, se retiró este martes ante el estadounidense Tommy Paul.
Sobre ese tema, Nadal se negó ser un favorecido de la buena suerte porque nunca se sabe qué rival será más complicado de vencer y dejó entrever que está concentrado en su tenis, más que en los oponentes.
"Nunca me he considerado favorito; en mi carrera respeté siempre a cada rival; jugaré mañana contra Kozlov y mi objetivo es ese, a partir de ahí, iré día a día", señaló.
Sin presión
Ante los medios, Nadal se mostró despreocupado por los números y dio por hecho que en este momento de su carrera, no hay presión por el futuro.
"A esas alturas no hay presión. Tengo casi 36 años. No hay nada externo que me provoque más presión que mi auto exigencia", concluyó.
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