El 7 de julio del año 2021, Roger Federer disputaba su último partido como tenista profesional hasta el momento. Era en la pista central del All England Tennis Club de Londres, donde se disputa el tercer Grand Slam de la temporada, el torneo de Wimbledon. Era la edición de regreso del grande de la hierba después de que en 2020 no se disputara por culpa de la pandemia de la Covid-19. Desde entonces, no se ha vuelto a ver al que fuera número uno del mundo sobre una pista.
En aquel partido de cuartos de final, Roger caía derrotado ante el polaco Hurkacz después de haber hecho un torneo más que digno y de haber superado importantes problemas físicos y alguna operación. De nuevo sus rodillas habían sido un calvario que ahora, en este 2022, le sigue persiguiendo hasta el punto de no haberle dejado volver a jugar y a disfrutar del tenis.
Tras aquella eliminación, Roger decidió no acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 a pesar de que iba a ser uno de los grandes iconos de la delegación suiza. Tampoco acudió al US Open de aquel año y finalmente, decidió poner punto y final a su temporada para intentar recuperarse de cara al 2022. Meses después se supo que ese parón no había sido suficiente y que, por lo tanto, tampoco podría estar en el Abierto de Australia, el torneo grande con el que se abría el nuevo curso.
Los peores pronósticos hablaban de que la vuelta del gigante suizo se esperaba para finales del mes de marzo. Tenía camino por delante para recuperarse, coger sensaciones y encarar su gran objetivo, el torneo de Wimbledon. Para ello, la gira de Estados Unidos con eventos como Indian Wells o Miami podían jugar un papel fundamental antes de pasar de puntillas por la gira de tierra y llegar a la hierba con rodaje, pero sin desgaste. Sin embargo, Wimbledon tendrá que esperar hasta 2023 para volver a ver a su tenista preferido, confirmando ahora los malos pronósticos realizados a finales de 2021. Eso si consigue esquivar el fantasma de la retirada.
Adiós a Wimbledon
Tras un tiempo alejado de los focos, Roger Federer reapareció este sábado ante los medios de comunicación al asistir a unas importantes pruebas de esquí en su país. Concretamente, a las carreras de la Copa Mundial Femenina en Lenzerheide, donde reside. Ahí, el tenista suizo dejó unas breves declaraciones para arrojar luz sobre su estado físico y sobre cuándo se espera su retorno a las pistas.
Muchos creían que este podía llegar en este mes de marzo, pero lo cierto es que quedan muchas semanas para que llegue el retorno de una de las raquetas más brillantes de la historia. Roger se sometió a una nueva cirugía de rodilla el año pasado y el tiempo que tendrá que estar de baja se alargará más de lo esperado.
De hecho, no tiene pensado pasar por ningún torneo al menos hasta el final del próximo verano. De esta manera, tendrá imposible acudir a la gira de tierra y al Grand Slam de Roland Garros. Sin embargo, el palo más doloroso para él será su ausencia en Wimbledon, torneo que, por diferentes motivos, no habrá podido disputar en dos de las últimas tres ediciones. El sueño del noveno se apaga cada vez más.
Y aunque todavía no lo ha confirmado, Roger tiene muy complicado también poder estar en el próximo US Open que se disputa en el mes de agosto. Estar en Nueva York seguramente le suponga una carrera a contrarreloj que, a sus 40 años, podría provocar un grave perjuicio para su maltrecho físico. La recuperación, que está siendo eterna y que se va a alargar más de un año, no está yendo por los cauces esperados.
Una rehabilitación sin fin
Nadie esperaba que aquel 7 de julio del año pasado sería un día histórico para el tenis mundial. De momento, ha sido el último día que se le ha visto sobre una pista como jugador profesional. Y quien sabe si, con el tiempo, podría convertirse en su última participación oficial en un torneo si no consigue recuperarse completamente. Sería el adiós de una de las mayores leyendas de este deporte de todos los tiempos. Para muchos, el mejor de la historia.
Lo cierto es que la recuperación de Roger está siendo larga y dura. El proceso de rehabilitación en el que está inmerso no ha avanzado en los plazos esperados. Está atravesando problemas realmente importantes que van más allá incluso de las propias lesiones que ha sufrido en sus rodillas.
Tras tanto tiempo fuera del circuito, Federer ha sufrido una descompensación en su cuerpo y una pérdida de masa muscular que le está costando recuperar. Por ello, corre el riesgo de mejorar en sus articulaciones y exponerse al riesgo de una grave lesión muscular que le termine retirando. Y todo eso superando los 40 años.
Después de pasar por el quirófano en el mes de agosto, Roger confesaba que su intención era asegurarse un bienestar futuro en su vida fuera de las pistas. Eso, incluso antes que mirar por la recta final de su carrera profesional: "Quiero darme un rayo de esperanza para volver a la gira de alguna forma. Soy realista, no me malinterpreten. Sé lo difícil que es a esta edad hacer otra cirugía e intentarlo, pero quiero estar saludable".
Y ahora, ese regreso empieza a estar más en duda que nunca. En declaraciones a SRF en su reaparición, Federer ha asegurado que sigue sin pensar en la retirada y que confía plenamente en volver al 100%. No obstante, el tiempo sigue pasando y se le sigue escapando entre los dedos.
Así lo ve también también uno de sus actuales preparadores, Severin Luthi: "No soy alguien que dice que es imposible. Pero no puedo imaginarlo en este momento. Todavía está en la fase de rehabilitación. No solo se deben desarrollar los músculos de la rodilla y la pierna, sino que se debe fortalecer todo el cuerpo. Es un programa de acondicionamiento completo".
Estos graves problemas que está atravesando Roger podrían hacer que no volviera a un jugar un Grand Slam hasta el año 2023. Y habría que ver a qué nivel podría hacerlo en caso de regresar. Esto le da una gran oportunidad a sus históricos rivales, Rafa Nadal y Novak Djokovic, de sacarle ventaja en esa carrera por terminar con más grandes. El español ya le ha dejado atrás después de ganar en Australia y ambos tendrán, al menos, tres oportunidades más, París, Londres y Nueva York, de alejarse de esos míticos 20 entorchados. Todo mientras el calvario de Roger no cesa.
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