La inmaculada racha de Rafael Nadal (20-0 hasta hoy) llegó a su fin este domingo en Indian Wells. Maniatado por los dolores, en su pie izquierdo y en la zona del pectoral, el español compitió con lo que tuvo y eso no fue suficiente para tumbar a Taylor Fritz, también con muchos problemas en su tobillo derecho. El estadounidense (6-3, 7-6) levantó su primer Masters 1000 y dejó al campeón de 21 grandes a las puertas de hacer un pleno de cuatro títulos en cuatro torneos antes de cerrar el primer trimestre del calendario. [Narración y estadísticas]
Fritz estuvo esperando hasta el último momento para tomar una decisión sobre su participación en la final. Después de terminar el encuentro ante Andrey Rublev con dolores en su tobillo derecho, el estadounidense no pudo calentar el domingo por la mañana y salió a la pista con muchísimas dudas sobre hasta dónde podría llegar en el cruce contra el español. Pronto, el número 20 descubrió que no lo tendría complicado para hacer frente al balear sin estar al 100%, todo lo contrario.
Si Fritz compitió por el título con molestias, Nadal lo hizo multiplicando esos dolores. A los problemas que arrastraba en su pie izquierdo desde hace varios días, y que aumentaron tras la dura batalla con Carlos Alcaraz, se sumó una contractura en los pectorales que sufrió en ese cruce de semifinales, y de la que no se recuperó a tiempo para el encuentro decisivo.
En consecuencia, Nadal y Fritz jugaron un encuentro malo con un ritmo pobre que el estadounidense conquistó a palo limpio, buscando las líneas sin miramientos para acortar los peloteos y evitar un desgaste contraproducente para su estado. Y ni eso: al número 20 del mundo le bastó muchas veces con poner la bola en juego para encontrar el error de su contrario e ir dando pasitos hacia la copa más importante de su carrera.
Sin poder pegarle a la pelota, Nadal padeció horrores para mantenerse competitivo y se despidió del desierto californiano con sabor malo tras una semana magnífica.