España tiene garantizado el éxito futuro a medio y largo plazo en el sector del tenis. La carrera de Rafael Nadal será prácticamente imposible de igualar, pero la nueva generación de deportistas está demostrando estar preparada para mantener al país en la zona alta de los rankings. Los últimos nombres que más se estaban teniendo en cuenta eran los de Carlos Alcaraz y Paula Badosa en la WTA, pero Alejandro Davidovich apunta a ser el tercer jugador a observar en un 2022 que ha comenzado por todo lo alto.
El tenista malagueño es cosecha de 1999. Su nombre puede que suene más al espectador por su origen ruso, pero la realidad y la estadística demuestran que viene golpeando muy fuerte en los últimos meses. El hecho de haberse consagrado en Montecarlo con un subcampeonato ante Tsitsipas, quinto mejor del mundo, supone un reconocimiento al buen trabajo que viene haciendo desde 2021. Y, su éxito acompañado del de varios de sus compañeros, genera la calma necesaria.
Paula Badosa y Carlos Alcaraz son quienes se estaban llevando los focos hasta el momento. No es para menos, pues el joven de 18 años ya está recibiendo comparaciones con Nadal mientras que Badosa ha demostrado una solidez física y mental que hacen confiar en su explosión. Pero este tridente, valorado en su conjunto, otorga mayor valor al escenario que se ve.
El tenis español tendrá futuro cuando Rafael Nadal dé un paso al lado. Y, dada la juventud de estos nuevos talentos, hay como mínimo una década por delante para observar la explosión de los nuevos nombres del ranking. Mientras tanto, el balear continúa dando guerra en las pistas a sus 35 años.
Davidovich y Alcaraz apuntan alto
Alejandro Davidovich ha sido la sensación de este Masters 1.000 de Montecarlo. Sin embargo, puede que sea algo injusto reconocerle su trabajo en esta última pista de tierra batida. Y es que este malagueño de padres rusos ya empezó a pedir un puesto entre los mejores en 2021.
Davidovich comenzó como profesional en 2017. Cuatro años después tocó la que hasta el momento es su cima deportiva. En 2021 alcanzó el puesto 32 del mundo y ahora, tras la final de Montecarlo, aspira a meterse entre los 30 o 20 mejores del ranking ATP. Todo después de unos meses donde ha conseguido llegar a cuartos de final en torneos como Montecarlo (el año pasado) o Roland Garros (cayendo ante Zverev).
Por si fuera poco, en las grandes citas solo las estrellas le han logrado parar. Así le pasó en Roma el curso pasado, cuando Djokovic le dejó sin partidos en dieciseisavos. El serbio, curiosamente, fue el mismo que frenó su ascenso en los Juegos Olímpicos con una nueva victoria en la misma ronda. Pese a todo, Davidovich ha mejorado y ha encontrado la estabilidad necesaria. Por delante le queda controlar las emociones y contenerse en pista, pero con 22 años puede ser la sorpresa del año.
Mucho más sonado estaba siendo el nombre de Carlos Alcaraz. Y no es para menos, pues sigue sin cumplir los 19 años y está teniendo que lidiar con la presión de poder ser el mejor más pronto que tarde. El talento murciano comenzó como profesional en 2018. Sin embargo, fue en 2021 cuando puso su nombre en el disparadero. Entre otras cosas logrando ganar el Next Gen de la ATP donde las jóvenes estrellas se miden en la pista. Pero también ganando recientemente en Miami.
Alcaraz vivió un 2021 clave en su desarrollo. No tenía ni el físico ni la técnica de ahora, pero le bastó para escalar puestos en el ranking y generar comparaciones. En Roland Garros se quedó en las primeras rondas y en torneos medios como el de Umag o Winston avanzó hasta la final y semis. Pero sus exhibiciones llegaron, paradójicamente, con derrotas. La eliminación en cuartos del US Open, por ejemplo, permitió ver cómo el público se rendía a su potencial.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero ya ha apostado todo a luchar por el número uno del mundo. Todavía le queda mucho por trabajar, pero con su edad y su actual décima posición en la ATP demuestran que está capacitado para alcanzar dicha meta.
Badosa, futuro más allá de Muguruza
El tenis español había quedado algo huérfano con la caída en el ranking de Carla Suárez. Pero en los últimos años apareció una Garbiñe Muguruza que revitalizó el sector en España con sus títulos de Roland Garros y Wimbledon entre 2016 y 2017. Esa explosión no ha ido acompañada de estabilidad y ahora, como refleja el ranking, se ha visto adelantada por Paula Badosa.
La jugadora de 24 años (1997) ha afrontado unos últimos meses que han servido para confirmar su evolución. Los medios de la juventud han dejado espacio a una serenidad y seguridad en la pista que la han permitido ascender hasta el número tres del mundo en el ranking WTA. Todo gracias a un trabajo que, aunque comenzó en 2012 con su incorporación al ITF, vivió un gran cambio en 2021.
Badosa empezó a jugar en la élite en 2013 con una breve aparición en unos clasificatorios de la WTA para Palermo. Sería en 2015 cuando se asentara en el circuito. Y en 2021, ya con una madurez suficiente como para triunfar, comenzó su escalada hasta estar en el podio mundial.
La tenista encadenó unas semifinales en Charleston con otras en Madrid, donde cayó ante la anterior número uno del mundo, Barty. En Belgrado alcanzó la final que acabaría ganando ante Konjuh. En Roland Garros se quedó en cuartos, en Wimbledon en dieciseisavos y en Tokio recuperó su mejor versión. Tanto que llegó a cuartos de final y solo las condiciones climáticas la obligaron a retirarse entre mareos.
Badosa prosiguió con su buen estado de forma y jugó cuartos en Cincinnati. Su gran confirmación llegaría poco después en Indian Wells, donde Badosa se llevó el título ante una potencia como Azarenka. En Guadalajara cayó en semis ante su compatriota Garbiñe y este 2022 pelea por acechar la primera plaza del ranking desde el puesto tres que ahora ocupa. Si las lesiones se lo permiten, varapalos como el de Miami serán casi anecdóticos.
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