"El de Rafa". Así respondía días atrás Iga Swiatek (Varsovia, Polonia; 2001) cuando le preguntaban sobre si enfocaba su carrera como Novak Djokovic o Nadal. Se decantó por el balear, sin pensar en récords y solo disfrutar del tenis, como espejo al que mirarse durante su reinado como número uno del mundo.
Solo lleva 19 días al frente del ranking de la WTA. Hasta ahí llegó impulsada por la prematura retirada de Ash Barty. Swiatek se convirtió en la mejor tenista del planeta con solo 20 años, pero hasta ahora ha demostrado que estaba más que capacitada para ello. Suma 22 victorias consecutivas, siendo la rusa Samsonova su última víctima.
Swiatek jugará su cuarta final seguida. Venció en Doha, Indian Wells y Miami y ahora quiere hacerlo en Stuttgart. Delante podía haber tenido a Paula Badosa, que el próximo lunes será la nueva número 2 del mundo. Sin embargo, la derrota de la española en semifinales pondrá a la bielorrusa Sabalenka como la rival de la polaca por el título.
No se dará ese primer duelo entre una Swiatek en lo alto del ranking y una Badosa virtualmente segunda. Por tanto, para la polaca será una gran oportunidad de seguir distanciándose en el liderato, como ha estado haciendo desde que ocupara la posición. Este sábado la brecha era de 1.851 puntos, que aumentará más o menos dependiendo del resultado de la final de Stuttgart.
Badosa hace historia con el salto que da en el ranking, oficial a partir del lunes. La tenista de Begur se convertirá en la cuarta española en alcanzar la segunda plaza de la tabla WTA en toda la historia. Antes que ella solo lo lograron Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez y Garbiñe Muguruza, llegando dos de las tres al número uno.
Para superar a Swiatek en lo que resta de temporada tendrá que acumular grandes resultados. El nivel mostrado por la polaca desde febrero no invita a pensar en otro cambio en la primera posición del ranking. "Me concentro en el día a día, en el siguiente partido. Me ayuda a mantener la calma. No gastar energía en otras cosas", decía una Swiatek que no se pone otros objetivos que ese.
Una relación cercana
Entre Swiatek y Badosa impera el respeto y les une una buena relación desde el plano competitivo: "Nos presionamos mucho mutuamente y ella es agradable. En mis entrenamientos, si tuviera que estar con malas vibraciones o mala energía, no me gustaría. Ella lo hace todo muy fácil", decía Paula de Iga justo antes de Stuttgart. Cuando la polaca llegó al número 1 tuvo este gran detalle en público: "Muchas felicidades, mi amiga. Muy merecido, contenta por ti".
La realidad es que Swiatek y Badosa se han alzado como las dos líderes de los nuevos vientos que soplan en el tenis femenino. "Las dos podemos elevar esta joven generación", decía la polaca nada más estrenar su número 1. Se conocen bien. Comparten entrenamientos en cada torneo al que van y prometen dar grandes enfrentamientos en el futuro.
"Paula es una jugadora muy poderosa. Físicamente, es ese tipo de jugadora con un despliegue enorme, que no se rinde y que va a por todas las bolas; mentalmente, también tiene una gran fortaleza, como ya se vio la pasada temporada, demostrando que está en el nivel más alto. Además, es una persona fantástica", elogiaba la 1 a la 2 del mundo. No será en Stuttgart, pero Swiatek y Badosa prometen guerra.
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