El partido de los partidos ya está aquí de nuevo, y esta vez mucho antes de lo normal. El próximo martes, Rafael Nadal (3-6, 6-3, 6-2, 3-6, 6-3 a Felix Auger-Aliassime) y Novak Djokovic (6-1, 6-3, 6-3 a Diego Schwartzman) se enfrentarán en los cuartos de final de Roland Garros en otro enfrentamiento más de la rivalidad con más encuentros de todos los tiempos (58, 30-28 para el serbio en el cara a cara). La hora de la verdad ha llegado. Por el mismo lado del cuadro también habrá un gran duelo entre Carlos Alcaraz (1-6, 4-6, 4-6 a Karen Khachanov) y Alexander Zverev.
Para citarse con el número uno, Nadal tuvo que arremangarse y solventar una tarde fea, fría y pesada, que Auger-Aliassime buscó hacer suya desde el comienzo, y a la que no renunció nunca. El canadiense, número nueve del mundo, llegó a dominar 6-3, 1-1 y tuvo un par de pelotas de break para 2-1, estuvo luego contra las cuerdas (3-6, 6-3, 6-2, a un parcial de caer eliminado) y se revolvió en el cuarto hasta llevar a su oponente a un territorio casi desconocido para Nadal en Roland Garros: el quinto set, donde solo Djokovic y John Isner le han citado .
Sentado en la primera fila del palco presidencial de la Philippe Chatrier, Toni Nadal, tío y extrenador del español, hoy asesor del canadiense, vio un encuentro dominado por Auger-Aliassime y conquistado por Nadal. El número cinco mundial, un experto en buscar soluciones sobre la marcha, descubrió la manera de desconectar a su contrario del partido cuando peor lo estaba pasando, y terminó avanzando a destellos, con mucha garra y mezclando grandes tiros con errores poco habituales.
Después de perder el primer set, y ante la solidez ofensiva de Auger-Aliassime, el mallorquín apostó por abrir más la pista por los lados, obligando al canadiense a golpear en posiciones incómodas para forzarle a fallar. Buscando más profundidad con su drive, sumándole kilómetros a la velocidad de crucero de ese golpe fundamental en su esquema de juego, Nadal consiguió abrirse paso ganando la segunda y tercera manga, y colocándose a tiro la clasificación a cuartos.
Que Auger-Aliassime forzase el quinto set, una exhibición de resistencia, no hizo temblar a Nadal. Al límite, el balear mantuvo la frialdad para gestionar con precisión el delicado momento para sortear una derrota que tuvo cerca. Como siempre, no hay nadie como Nadal cuando todo se aprieta.
Alcaraz, intratable
Carlos Alcaraz salió como un auténtico torbellino a la Philippe Chatrier. El español desarboló desde el primer juego del partido. Impuso su saque y después mandó con el resto en los cinco primeros parciales. Khachanov solo pudo ganar 11 puntos en todo el primer set.
En el segundo set, el ruso sí hizo acto de presencia. Alcaraz siguió inflexible al saque, ganando más del 80% de los puntos que conectaba con su primer servicio. El juego clave sería el séptimo, cuando 'Carlitos' aprovechaba la segunda bola de break que tenía. Impasible, Khachanov solo podía mantener el ritmo y nunca ponerse por encima del español. 'Charly' sentenciaba el parcial en su segunda bola de set.
La historia siguió el mismo camino en el tercer set. Carlos Alcaraz siguió igual de firme al servicio y además encontró el break en el tercer juego. El ruso no bajó los brazos y encontró su recompensa. En el sexto juego consiguió romper el saque del español por primera vez. El problema fue que la respuesta del murciano fue otro break. Pudo cerrar el encuentro antes al resto, pero 'Carlitos' confirmó con su saque el 6-4 definitivo para cerrar el encuentro en dos horas y 20 minutos.