Los códigos de Wimbledon envuelven a esta cita de una aura única. No por nada, es el decano de los torneos. Son clásicos el blanco impoluto de las indumentarias de los y las tenistas, las fresas con nata, el patrocinio de la Familia Real británica y la vida en general que se produce alrededor del All England Lawn Tennis Club (AELTC).
Tradición es que los jugadores se alojen en las viviendas de las inmediaciones del club de tenis. El motivo es simple: no hay hoteles cerca. Wimbledon es casi la única ocasión de la temporada en la que los tenistas pueden recuperar su vida casera durante un torneo y la mayoría lo prefiere así. Anualmente, las mejores raquetas del mundo se camuflan entre los vecinos de esta zona residencial inglesa por unos días.
Esas casas que por dos-tres semanas alquilan Rafa Nadal, Novak Djokovic y compañía realmente son, durante el resto del año, el lugar donde viven centenares de familias británicas. Su arrendamiento mueve grandes cantidades de dinero y hay varias empresas que se encargan de ser el nexo entre los tenistas y los vecinos de SW19 -código postal del All England-.
Joanna Doniger lleva desde 1993 al frente de la más conocida de estas compañías, Tennis London. Es difícil contactar con ella estos días, en los que ya se dedica exclusivamente a recibir a sus clientes. No solo son tenistas; medios de comunicación, patrocinadores y proveedores del torneo también se han ido sumando a esta tradición y alquilan sus propios domicilios.
Aún así, Joanna ha sacado tiempo para atender a EL ESPAÑOL. "Cuando suena el teléfono, ¡es solo porque hay un problema!", bromea. En total, alquila hasta 150 viviendas individuales por un mínimo de dos semanas. Los precios van desde 1.800 hasta 17.500 euros por semana. Varía en función de las dimensiones del hogar y la cercanía respecto al AELTC.
La vida en SW19
Todo empieza con la llamada de un propietario: "Se ponen en contacto conmigo y voy a su casa para ver si es el tipo de hogar en el que mis clientes se sentirían cómodos. No acepto casas en las que personalmente no me gustaría vivir de dos a cuatro semanas. Y todas están a poca distancia del All England. He estado haciendo esto durante casi 30 años, ¡así que tengo una buena idea de lo que funciona y lo que no!", explica.
Lo fundamental para los tenistas es montar su 'centro de operaciones' cerca de las instalaciones de Wimbledon. Algunos se llegan a alojar a solo cinco minutos andando del club de tenis, siendo 20-25 (zonas de Southfields y Ridgway) el límite que marca Tennis London para gestionar un alquiler.
Así, por ejemplo, una casa con una o dos camas, situada en Southfields rondará las 1.600 libras por semana y casi se duplicará (3.000 libras) si se sitúa en la zona del AELTC. En el extremo contrario, en el de mansiones con más de cinco camas irá desde las 7.000 hasta las 15.000 libras según su proximidad al club.
Las casas tienen todas ese estilo british, pero las hay con más lujos. Las de alta gama llegan a contar con su propio parking detrás de puertas electrónicas y cuentan con "un hermoso jardín". De todo este proceso, Tennis London se lleva el 15% del alquiler y el resto va para los propietarios, que aprovechan estas fechas para irse de vacaciones.
Si les ha ido bien Wimbledon en una casa en particular, los tenistas quieren volver al año siguiente
Algunos tenistas repiten casa de un año a otro, pero tampoco es la norma: "Si les ha ido bien el torneo en una casa en particular, quieren volver al año siguiente. Igualmente, si les va mal no quieren volver a encerrarse en esas cuatro paredes al año siguiente. Muchos jugadores son muy supersticiosos", cuenta Joanna.
Roger Federer, baja este año, siempre alquila dos apartamentos para él, su familia y su cuerpo técnico. Nadal acude cada edición a la misma vivienda desde que debutara en Wimbledon como júnior. Los hay que conviven con los miembros de su equipo o cogen apartamentos separados y se juntan para hacer actividades como ver películas o jugar a juegos de mesa. Allí la vida es tranquila.
Nadal, en declaraciones a El País, decía hace unos años que en la villa de Wimbledon hace "lo mismo que en casa". En sus redes sociales se ha ido mostrando una edición tras otra haciendo la compra en una tienda de alimentación como uno más o cocinando la cena en su apartamento. También se suele ver a Djokovic yendo en bici al club de tenis. Lo excepcional para estas grandes estrellas se vuelve cotidiano al sur de Londres.
Los tenistas campan a sus anchas entre el verde de extensas praderas y muchas flores, y sin un harén de seguridad detrás. Salen de la rutina del resto de torneos y los vecinos están más que acostumbrados a su presencia. Si hay algún problema, en el caso de los clientes de Tennis London, es Joana la que se encarga de solucionarlo.
Cosas de tenistas
El trato es muy personal y, una vez se instalan los inquilinos, la empresa asume la limpieza y los problemas que puedan surgir de fontanería, electricidad, televisión, etcétera. No suele haber disputas con los propietarios: "Si hay un problema, digamos una alfombra manchada o algo roto sin darse cuenta, lo solucionaré en nombre del cliente".
Luego están las peticiones de cada uno. "Todos los tenistas quieren aire acondicionado, pero las casas en Reino Unido no tienen porque rara vez hace tanto calor. Los jugadores quieren camas grandes, duchas de alta presión, grandes pantallas de TV, wifi excelente, una decoración moderna...", detalla la empresaria.
Claro que, en ocasiones, hay que pelearse con las excentricidades de algunos tenistas. Pete Sampras, por ejemplo, hizo que un propietario accediera a quitar las ventanas de su casa. El de Maryland quería instalar una cama de grandes dimensiones en una habitación pequeña y no había más forma que esa.
Joanna Doniger compró Tennis London hace tres décadas por 100.000 libras y desde entonces ha trabajado con los mejores tenistas. Desde Federer hasta las hermanas Williams. También con la mayoría de tenistas de nuestro país: "¡Y con la Federación española para los Juegos Olímpicos de 2012!", apunta. Ahora hay varias empresas más que se dedican a eso, ya que también la demanda aumenta.
Tras un parón de dos años -en 2020 se canceló el torneo y en 2021 la organización reunió a los tenistas en un céntrico hotel de Londres-, la actividad ha vuelto al SW19 este verano. Son las semanas de más jaleo para Joanna y sus colegas de profesión, aunque la actividad no cesa el resto del año: "Tardo 9 meses en organizarme", apunta. Tras el torneo seguirá buscando casas y, para enero, comenzarán de nuevo las reservas.