Este lunes Carlos Alcaraz comienza su segunda aventura en Wimbledon. El año pasado, en su estreno, se pasaba de media una hora de ida y otra de vuelta en el coche de turno de la organización para llegar hasta el All England Tennis Club. Para la edición que arranca tendrá muchas más facilidades y una de ellas es que puede jugar al ajedrez con su equipo, algo que dice que le ayuda para el tenis. Aún así, su preparación no ha sido la mejor y lo asume antes de afrontar su primer partido.
Enfrente estará el alemán Jan-Lennard Struff, alguien que ya le ha ganado en el pasado y que será una piedra de toque relevante para comprobar el estado de ese codo. Alcaraz y su equipo se toman Wimbledon con calma. Nada de favoritismos o de pensar más allá de la primera semana. "No pude jugar un torneo antes, así que esta semana va a ser difícil para mí, pero me estoy preparando", apuntó este domingo. Esa protección sigue en su brazo en los últimos entrenamientos.
También aseguró que se ha fijado en los movimientos de Federer, Nadal, Djokovic y Murray en hierba para mejorar su juego en esta superficie: "La movilidad en hierba para mí es lo más complicado. Personalmente en la hierba cuesta arrancar, cuando te hacen una dejada, cuando te desplazan a un lado. Ese primer paso rápido me cuesta, estoy trabajando en ello. Intento copiarme de los mejores, de Rafa, de Roger, de Novak, de Andy, que para mí son los mejores en tema de movimientos".
Pasó este domingo por rueda de prena y afrontó preguntas de candidato al título. Él rebaja la euforia. "Intento no pensar en las expectativas de la gente. La gente quiere que gane siempre y no piensa más allá. Cuando pierdes es una decepción para la gente, No para mí. A cada torneo que voy juego para mí, juego para mi gente, para mi gente más cercana. Mientras no les decepcione a ellos es otra historia. Intento apartar las expectativas de la gente", sentenció.
Además, el pupilo de Juan Carlos Ferrero relató cómo ha cambiado este año su alojamiento en el torneo, del hotel del año pasado a alquilar una casa cerca del All England Club, como hacen habitualmente otros jugadores como Djokovic y Nadal. "Este año hemos alquilado una casa por aquí cerca, lo cual es más cómodo para nosotros porque el año pasado estuvimos en un hotel y con el tráfico tardábamos una hora en coche y era mucho, una hora de ir y otra de volver. Era mucho tiempo perdido", explicó.
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Pero el detalle que más llamó la atención fue que desveló que se relaja en esa casa jugando al ajedrez: "Mi abuelo fue quien me enseñó a jugar al ajedrez, Mis hermanos y mi padre también jugaban. En mi equipo hay gente que juega muy bien, como Juan Carlos o Albert (su representante). Nos divertimos jugando. Me ayuda para muchas cosas. El ajedrez es muy de intuir qué va a hacer el otro, de hacer movimientos por delante y el tenis es muy parecido, saber dónde te va a tirar el otro, intuir los golpes".
Le preguntaron por la ausencia de los jugadores rusos, pero el murciano no ha querido exponer abiertamente su opinión y ha preferido mantenerse un poco neutral en este aspecto. "Bueno, es difícil que un torneo no permita jugar al No. 1. Todos quieren ver jugar al No. 1 en cada torneo. Es una pena perderse a algunos de los mejores jugadores del mundo. Esto es todo lo que puedo decir", relató.