Se acaba la segunda aventura de Carlos Alcaraz en Wimbledon. Esta vez llegó a los octavos de final donde se encontró a un inconmensurable Jannik Sinner. El italiano dominó el encuentro y cuando perdió el timón del partido lo recuperó rápidamente, impidiendo la reacción del español. Construyó su victoria en un primer servicio que el murciano fue incapaz de restar y en una derecha que sumó más ganadores que la de la joven perla de El Palmar. [Narración y estadísticas: Jannik Sinner 3-1 Carlos Alcaraz (6-1, 6-4, 6-7, 6-3)]
El resto lo hicieron los errores no forzados del número seis del mundo que notó su poca experiencia todavía sobre la hierba. Si ante Oscar Otte conectaba todos sus buenos golpes, ante Sinner el español solo pudo levantar al público en el tie-break del tercer set. Hasta entonces, el italiano de 20 años llevó la manija del encuentro dejando a Alcaraz sin opciones de hacer un break. Es más, no la tuvo hasta el cuarto set y tampoco las aprovechó.
Este duelo Next Gen fue para Sinner, después de que los dos primeros se los hubiera llevado el jugador de 19 años. La primera aparición de Alcaraz en la pista central de Wimbledon, en la que horas antes estuvieron las mejores raquetas de la historia celebrando los 100 años de su inauguración, se salda con derrota. El murciano tendrá un aliciente más para volver el año que viene para que la gente que este domingo solo pudo ver unos destellos de su mejor tenis le vea más tras la experiencia sumada en 2022.
Alcaraz llegó a Londres alejado de la lista de favoritos, pero su tenis, especialmente en la tercera ronda, le volvió a colocar en la primera línea. Hasta que Sinner le echó de la pista durante más de tres horas, con el único paréntesis de un tie-break mágico, y de los cinco puntos de partido que salvó antes de caer. El italiano comenzó bien, pero es que Alcaraz estuvo desastroso en los primeros juegos. Se dejó siete errores no forzados en el primer parcial, por solo uno de todos los que cometió en el partido anterior.
Fueran nervios o desubicación lo de Alcaraz, Sinner, como si se tratara de un veterano con mil batallas a sus espaldas, le comía la pista y le ganaba cada choque. La falta de puntería con 36 errores no forzados se trasladaba incluso al ojo de halcón, con varias peticiones erradas por mucho. No era el día de Alcaraz, que perdió el primer set en tan solo media hora y con la sensación de estar muy fuera.
La sombra de Alcaraz
Mejoró en el segundo. No fue tan ciclón Sinner, pero todas las oportunidades llegaban por el lado del italiano que, aunque disfrutaba de un marcador más apretado, seguía con ventaja en el juego de largo. No funcionaba ni la dejada, con cinco errores, ni las subidas a la red, solo se llevó 12 de 23, ni los globos. Todos los intentos de virar el rumbo eran despejados por una manotazo del italiano, que se puntó la segunda manga por 6-4 y dejó el partido 2-0.
Le gritaban desde la grada: "Con dos cojones, Carlos". Era uno de los tres elementos que le recomendaba su abuelo, pero no había manera de levantar el partido. La mejoría paulatina de Alcaraz con el paso de los minutos le llevó a competir el tercer set, a llevarlo hasta un tie-break que fue el punto culmen del partido y uno de los mejores momentos de lo que va de torneo. Alcaraz tenía la ventaja, 6-3 a favor y tres puntos de set. Se le escaparon todos.
Fue entonces el italiano el que disfrutó de la oportunidad; dos puntos de partido. Enterrado el primero con una bola larga y el segundo con un resto suicida a la red. Para hundirle más, Alcaraz hizo uno de los puntos del campeonato, un bote pronto a media pista que cayó muerto al otro lado de la red. Ese toque mágico le dejó en bandeja el set, que cerró al punto siguiente.
Estalló el murciano, que encendido por el público vivió sus mejores minutos en pista, pero no le sirvió para derribar el saque de Sinner, fantástico con su servicio, con el que salvó las siete ocasiones de rotura que tuvo. Alcaraz, con una doble falta, regaló su saque y el partido se le fue. No hubo épica ni victoria legendaria en la Catedral. Sus mejores tardes aquí tendrán que esperar.