Momentos de tensión para Rafa Nadal en su partido de cuartos de final de Wimbledon. Yendo un set abajo, el jugador de tenis español sufrió una dolencia en su abdomen. El manacorí pasó incluso por el vestuario y todo apuntaba a una retirada. Sobre todo, porque su padre, Sebastián, y su hermana, María Isabel, se lo parecían pedir con sus gestos en la grada. El español regresó a la pista, siguió jugando y además ganó el siguiente set.
Su rival, Taylor Fritz, no se lo podía creer. Nadal empezó a servir por debajo de los 180 km/h. con regularidad. Había comenzado muy bien, no era normal que hubiera recibido un parcial de 0-5 que le costó el primer set, que acabó con 3-6. La explicación no tardó mucho en evidenciarse en la central de Wimbledon. Con 4-3 en el segundo set el español pidió la presencia del fisioterapeuta. Se tocó la zona derecha abdominal. Había problemas físicos nuevos en el cuerpo de Rafa.
Su padre, Sebastián Nadal, le hizo gestos de que optara por retirarse para que no forzara demasiado la máquina de su cuerpo pero el tenista le hizo caso omiso y siguió jugando. Una opinión que parecía compartir su hermana, María Isabel. No es la primera vez que el español pasa por situaciones críticas en una pista de tenis, pero no es nada habitual ver a miembros de su equipo diciéndole tan claramente que abandone el partido. Carlos Costa, su manager, estaba más tranquilo junto a ellos.
Nadal volvía a la pista y nadie de los allí presentes sabía qué iba a hacer el deportista español. Con paso firme, el tenista de Manacor se ha dirigido a la zona en la que guardaba su raqueta, la ha cogido y se ha ido a su puesto para continuar con el partido. Mientras, las cámaras han captado la cara de sorpresa del norteamericano, que quizá pensaba que Rafa no iba a poder continuar y se iba a llevar el partido sin tener que jugarlo entero.
Antes de ir a tratarse, a Rafa Nadal se le veía peor que otros días, sin forzar, pero es que ha llegado un momento que no ha podido más y ha pedido irse para que el físio o el médico le digan que podía. Han sido momentos de mucha tensión en incertidumbre hasta ver que sucedía. El tenista, con la cabeza gacha, pensativo y no muy buenas sensaciones, miraba a su box y decía claramente: "¿Qué hago?". Su padre quería que su hijo dejara de sufrir.
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Por orgullo, por tenis o por respeto al público que estaba viendo el partido, una razón que ha esgrimido en varias ocasiones, Nadal seguía en el partido. El español vuelve a hacer una demostración de lo que es un deportista, dando ejemplo a todo el mundo del tenis y a los futuros tenistas. Es el número uno en estas situaciones.
No es la primera vez
Hace once años ya le pasó algo parecido con su tío, y por entonces entrenador, Toni Nadal. Ocurrió en el Abierto de Australia, también en la ronda de cuartos de final, al igual que en la presente edición de Wimbledon. Entonces fue Toni el que le dijo a Rafa que se retirase.
Por aquel entonces, Rafa no dudó en decirle lo siguiente a su tío: "¡Toni, estoy en cuartos de final de Australia! ¡No me retiro ni cagando!". Once años después, Nadal demuestra que su exigencia competitiva sigue siendo la misma. De un Grand Slam no se le echa fácilmente.